Profundizando e inquiriendo
Cada día que recordamos y descubrimos la labor que han hecho muchos misioneros protestantes en nuestro país, reconocemos el esfuerzo que supuso para ellos, renunciar a muchas comodidades y deseos, planes y proyectos personales, para traer la Buena Nueva a la Católica y atrasada España. Sin embargo, y sin desmerecer a ninguno en absoluto, existen algunos temas en los que globalmente, no hubo coincidencia –bien por la situación política, bien por la sociedad del momento- y aún hoy en día, no están
21 DE ABRIL DE 2007 · 22:00
Recuerdo con nitidez a un querido hermano de Barcelona, que conocí en Segovia y del que no diré su nombre, que cuando le preguntaba, en el año 1988 aproximadamente, qué carrera había estudiado, decía cabizbajo y con cierto miedo, FILOSOFÍA.
¡Evidentemente! era consciente de que no se trataba de una carrera bien vista para un cristiano, y el que osara estudiarla, tendría que escuchar, durante toda su vida el versículo de Colosenses 2:8 (Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.), con cierto tono de cinismo y queriendo decir ¿qué clase de creyente es usted? o ¿Cómo entendió usted el Evangelio?
Pero he de reconocer que mi expresión fue de lo más natural, y dije: Genial !!!, es de las mejores carreras que se pueden estudiar, para profundizar y escudriñar la Biblia. El hermano quedó más sorprendido que agradecido por mi espontaneidad y con sinceridad me dijo, que yo había sido el primero en hacer aquella afirmación con tanta rotundidad, lo cual apreciaba mucho.
La filosofía tiene tan mala prensa entre los evangélicos como el ser político. A medida que avanzamos, en todos los sentidos, nos damos cuenta de que si queremos ser, lo que Dios quiere que seamos, no podemos ir contranatura. El hombre es político por naturaleza y de igual modo, por naturaleza piensa y crea silogismos, para expresar, comprender y asimilar el entorno físico y, por qué no, también el metafísico.
La trascendencia de Dios se manifiesta, entre otras formas, mediante la inmanencia de Jesucristo, al constatar que es Dios, y la asimilación de estas verdades son mediante el poder del Espíritu Santo, que convence de pecado. A través de la fe, que viene por el oír, obtenemos la Gracia, por la que somos salvos de la condenación. A partir de ahí, comienza una vida nueva con Cristo y para Cristo.
Cuando observamos la doctrina de Jesús, vemos que empleaba el conocimiento deductivo e inductivo. En la Biblia se emplea el método mayeútico (ayudar a parir el conocimiento -según palabras de Sócrates-) y también se emplea la dialéctica -Pablo en Atenas- o la reducción al absurdo (muy usado en matemáticas para la demostración de teoremas), caso de 1ª Corintios 15 con el tema de la resurrección.
¿Cómo podemos, pues, entender el versículo de Colosenses 2:8?. No voy a dar la solución y lo dejaré como ejercicio, pero, una buena pista será meditar en lo siguiente: diferenciemos de una vez por todas, entre el contenido de la doctrina (enseñanzas), y las técnicas que usa el pensamiento (la filosofía) con el fin de construir la doctrina. Es por eso que cuando nos bañemos más en la filosofía, podremos profundizar e inquirir mucho más en la Palabra de Dios.
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