Despertares
En la década de los años 80, se filmaron muchas películas sobre historias reales relacionadas con la medicina y las enfermedades. Una de las más famosas fue “Despertares” con Robert de Niro y Robin Williams como actores principales.
30 DE AGOSTO DE 2007 · 22:00

La trama nos llevó a conocer al Dr. Malcolm Sayer, que trabajaba con pacientes crónicos en el bronx de Nueva York, intentando que tuvieran sensibilidad, que hiciesen trabajos normales y pudiesen (en sus propias palabras) “volver a la vida”.
Uno de los pacientes se llama Leonard, y cuando llegó al hospital, su madre explicó: “Nació un hijo perfecto y fuimos muy felices con él, pero nunca dimos gracias porque había nacido, porque estaba bien. Más tarde enfermó y entontes sí nos preguntamos la razón por la que le pasaba”.
En un momento de la película, Leonard que estaba completamente inmóvil y gracias al tratamiento que el médico le dio, pudo recuperarse después de 30 años inmovilizado, dijo “Todo son malas noticias, la gente vive triste y no sabe apreciar todo lo que tenemos, lo más sencillo de la vida, la amistad, la familia, el amor, etc.”
El mismo doctor que durante la película sólo estaba absorto en su trabajo, al final de la película admite un café con una de las enfermeras, se da cuenta de lo que significa apreciar los actos sencillos de la vida, la belleza de las cosas que nos ocurren todos los días, y que no sabemos agradecer. El, que estaba ayudando a otros a vivir, se da cuenta de lo que significa disfrutar de la vida.
Hace tiempo recibí un email de un buen amigo que decía:
“Con el tiempo aprendes que sólo quien es capaz de amarte con todos tus defectos, es el que puede darte la felicidad que deseas…
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste durante toda la vida…
Con el tiempo aprendes que discutir, cualquiera lo hace, pero perdonar pertenece sólo a corazones grandes…
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones y los mismos desprecios…
Con el tiempo aprendes que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, explicarle a alguien que lo extrañas o gritar que quieres ser su amigo delante de una tumba, no tiene ningún sentido…
Hoy es el momento de aprender, de no dejar que pase el tiempo, porque las personas nos hacemos viejas demasiado pronto, y sabios demasiado tarde…
Cuando ya no hay tiempo”
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Despertares