Celebrando Pentecostés en Cambrils
Día de comunión y evangelismo en Cambrils, donde varias iglesias se unieron en una celebración que tuvo diversas actividades.
Joaquim Campistrón · 15 DE JUNIO DE 2015 · 17:44
Quien sabe si el mismísimo apóstol Pablo la visitó para predicar el Evangelio. No sería de extrañar, puesto que según algunos historiadores se puede asegurar que por lo menos estuvo en otra ciudad muy cercana que, como ella, cuenta con una rica presencia de la antigua civilización romana.
Por su término municipal discurría la Vía Augusta, y actualmente se la conoce, entre otras cosas, por sus espléndidas playas, su puerto, paseo marítimo, y lonja de pescado; por su sencillo y acogedor barrio antiguo cargado de historia, por sus espaciosos parques, por su aceite de bien merecidos premios nacionales e internacionales; y en palabras de Manolo, uno de los miembros de la comunidad evangélica afincado desde hace años en el lugar, por su tranquilidad y calidad de vida -a pesar de que en época estival dobla el número de habitantes- que hicieron que tanto él como su familia acabaran trasladándose a esa localidad. Me refiero a Cambrils, ciudad catalana en plena Costa Dorada.
Este año la bella ciudad mediterránea tuvo el privilegio de albergar el pasado sábado 23 de mayo la celebración de Pentecostés. El grupo de iglesias evangélicas de Asambleas de Dios de la Costa Daurada (Els Pallaresos, Torredembarra, Reus, Cambrils i Salou), organizó la actividad, contando con la colaboración de otras 10 iglesias de la misma denominación, y del Ayuntamiento de Cambrils que hizo todo lo que estuvo en sus manos para facilitar el desarrollo del evento.
El tiempo de preparación ha potenciado la vida de las iglesias organizadoras, que con ánimo y fe se volcaron en el trabajo organizativo, logístico y espiritual, con “vigilias” y “marchas de oración” en los puntos donde iban a llevarse a cabo las actividades, en los días previos a la celebración.
Las iglesias de Asambleas de Dios en Catalunya se reunían cada año para celebrar el día de Pentecostés. Se trataba de un clásico encuentro en un parque en el que el objetivo principal era la confraternización intereclesial. Pero desde hace tres años han cambiado de objetivo. No dejando de lado la comunión entre iglesias, ahora la actividad principal se centra en la evangelización.
Para ello, cada año, una iglesia organiza en su localidad un día de actividad evangelística. Juan Antonio López, pastor principal de las comunidades evangélicas reseñadas anteriormente, hace notar que en la Biblia se ve claramente que Pentecostés nos habla de evangelización y de impacto en el lugar donde se produce la venida del Espíritu Santo, y como lo hizo para quedarse, marca el inicio de la actividad principal de la Iglesia: dar a conocer el Evangelio a todos sin distinción. Eso les lleva a tener la visión de predicarlo a todos los pueblos de la Costa Dorada, convencidos de que transmiten el mejor mensaje que hay en el mundo: Jesucristo.
El día fue un poco ventoso, pero se agradeció, puesto que mitigaba en buena medida el calor que también estuvo presente. Por la mañana, repartidos en grupos por las distintas zonas de la ciudad de Cambrils se realizaron diversas actividades que mostraron el mensaje de salvación, además de invitar a los transeúntes a la actividad de la tarde.
Hubo mimo, danzas, “caja roja”... y hasta un hecho anecdótico: mientras el pastor Guillermo estaba orando, otra entidad que se dirigía a su lugar para realizar una actividad distinta a la de esta crónica, al pasar por al lado, uno de sus componentes espetó con descaro al grupo evangélico con un “Dios no existe” seguido de una palabrota. El pastor, que en ese momento coincidió que concluía la oración grupal, no se arredró, y arrancando a voz en grito proclamó el eslogan tan conocido por los cristianos evangélicos “¡Cristo vive!”, que fue coreado al instante y repetidas veces por el grupo. Acabadas las actividades en los distintos lugares de la población, todo el mundo se concentró en el Parc del Pescador para dirigirse en manifestación hacia el Parc del Pinaret, en el transcurso de la cual se gritaron eslóganes reivindicativos a Jesús y los valores evangélicos.
Después de comer en el espacioso y tranquilo parque mencionado, que se encuentra frente a los vestigios de la muralla medieval que cuenta con una puerta de entrada en la que contrasta su sencillez con su pesada carga histórica, se dio paso a las actividades de la tarde. Previa a la predicación, se realizó en el mismo lugar una actividad infantil muy concurrida.
Una vez terminada, los asistentes se juntaron en el anfiteatro para escuchar el mensaje que en ese “Día de Esperanza” Dios tenía preparado para todos. El pastor Juan Antonio López dio la bienvenida a los presentes en esa abierta y dorada Cambrils, a la vez que agradecía la bienvenida que les daba la ciudad. Después de leer el texto referente al Espíritu Santo de Hechos 2:39, dirigiéndose a la gente de la localidad dijo que venían a dar a conocer a Jesucristo, el único que trae esperanza y solución para los problemas que nos atenazan. Seguidamente hubo un tiempo de alabanza, representaciones teatrales, mímicas y de danza, así como un testimonio de conversión a Cristo y otro de sanidad que provocaron entusiasmados aplausos de los presentes.
Carlos Yélamo, venido desde Zaragoza tuvo a su cargo la exposición de la Palabra de Dios. Empezó pidiendo a los asistentes un aplauso para el Dios que nos ha concedido este tiempo de libertad para predicar su Evangelio sin restricciones, no sin dejar de recordar a nuestros antepasados que, a pesar de las prohibiciones, lucharon con sufrimiento para traerlo a la tierra que pisamos.
Con la sencillez, claridad y concreción que le caracteriza, empezó exponiendo su testimonio de conversión a Cristo cuando tenía 16 años, remarcando la fecha (28-9-1990), así como el hecho de que fue entonces cuando se dio perfecta cuenta que era pecador y que no podía por si mismo dar un cambio a su vida, y que Jesús era la pieza clave que le faltaba para solucionar su problema, que es común a todos.
Después de decir que “la religión mata” pasó a exponer las cuatro verdades divinas que se encuentran en Efesios 2:8: gracia salvadora inmerecida, fe en el único que puede salvar: Jesucristo, incapacidad humana para poder hacer nada a fin de alcanzar la salvación eterna, y recepción de la salvación por el sacrificio expiatorio de Cristo a través del arrepentimiento sincero. El llamado a la conversión a Cristo por parte del predicador fue respondido por algunas personas que se acercaron al entarimado para dar testimonio de su decisión.
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