El ideal en la Biblia (II)
Jesús llama al rey Herodes “zorra”. La zorra es símbolo de astucia. El ideal no se deja engañar por nadie. Jesús indica que su vida tiene un plan definido y no está dispuesto a detenerse.
19 DE FEBRERO DE 2015 · 22:45

DAVID: EL DEAFÍO DEL IDEAL
David está considerado como el más grande y el más amado rey de Israel.
En el Antiguo Testamento se le menciona 800 veces y 60 en el Nuevo.
Siendo un adolescente sus padres lo mandaron al campamento militar de Israel para que llevara alimentos a tres hermanos suyos que peleaban contra los filisteos.
Fue allí donde vio al gigante Goliat. Los soldados judíos huían de su presencia, atemorizados. David asumió el riesgo y dijo al rey Saúl:
“No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra ese filisteo” (1ª Samuel 17:32).
David peleó y venció. Con una simple honda y piedras de río mató al gigante Goliat, fuertemente armado.
El gigante constituía un desafío para todos los soldados hebreos. Ninguno quiso asumirlo. David lo hizo.
David se nos presenta aquí como un joven de ideales. Sabe que el ideal acepta todos los desafíos por muy grandes o muy peligrosos que estos sean.
Lo que nunca hace el ideal es darse por vencido de antemano, como el boxeador que sube al cuadrilátero asustado por la potencia del contrincante y su preparador arroja la toalla al primer toque de campana.
JESÚS: LA VALENTÍA DEL IDEAL
El ideal no es temerario; pero tampoco es cobarde.
Jesús padeció muchas amenazas de muerte. Lucas relata una de ellas:
“Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra. Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén”. (Lucas 13:31-33).
Jesús llama al rey Herodes “zorra”. La zorra es símbolo de astucia.
El ideal no se deja engañar por nadie.
Jesús indica que su vida tiene un plan definido y no está dispuesto a detenerse.
Caminará durante un tiempo hasta llegar a Jerusalén, su destino final.
Un paso atrás, ni para tomar impulso.
El ideal está revestido de un coraje, de una valentía, de una intrepidez tales, que no se acobarda ante las amenazas.
Ni siquiera ante las amenazas de muerte.
PABLO: EL IDEAL Y LA CREENCIA
Escribiendo a Timoteo en su segunda epístola, Pablo le dice: “Yo sé a quién he creído” (2ª Timoteo 1:12).
Esta es una de las características más destacadas del ideal: seguridad en lo que se cree.
Firmeza en las convicciones.
En nuestro caso de cristianos, certeza de que el ideal está depositado en Cristo e impulsado por Él.
Necesitamos el ideal para crear al hombre nuevo.
El hombre nuevo del mundo.
Y ése hombre nuevo sólo puede ser creado en Cristo.
Como el árbol tiene sus raíces en la tierra, el ideal las tiene en las ideas, en la mente. De aquí la necesidad de tener ideas luminosas si queremos ser personas de ideales elevados.
Un idealista es una persona que lleva dentro de sí misma una fuerza superior.
Confianza en sus posibilidades.
Fe en la vida.
Espíritu ardiente.
Alma inflamada.
Predisposición a la lucha.
Metas concretas.
Capacidad de sacrificio.
Energía entusiasta y renovadora.
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