Matamoros: lucha por las libertades en España

Manuel Matamoros: 1834-1866

16 DE SEPTIEMBRE DE 2012 · 22:00

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Matamoros murió joven, siendo uno de los impulsores de la II Reforma en España. Él representa también al joven protestantismo del XIX, en cuanto sobre su persona la nueva Reforma fue perseguida y frontalmente estigmatizada como algo malo y perverso para la Nación. Su peripecia existencial difundiendo el Evangelio, su posterior prisión y la defensa hecha desde todas las partes del mundo para su liberación, no solo hicieron de él un mártir, sino que se hizo más visible el protestantismo español y se alcanzaron cuotas de libertad religiosa hasta entonces inalcanzables. Varias son ya las biografías que se han impreso desde la muerte de Manuel Matamoros. Algunas de ellas han sido traducidas a casi todos los idiomas europeos y, de sus cartas y detalles de su vida en la prisión, se han hecho eco la mayoría de las revistas evangélicas europeas. De las primeras semblanzas, la del ingeniero de ferrocarriles William Greene[i] en - Vida y Muerte de D. Manuel Matamoros. Relación de La última persecución de cristianos en España, extractada de Cartas y otros Documentos originales,quienescribió la mayor parte de la biografía desde las innumerables cartas y documentación que tenía de Matamoros y también desde el afecto y hasta devoción por su amistad personal.De ahí que Menéndez Pelayo haya calificado su obra “un libro de fanático, en estilo bíblico a ratos, y a ratos como de vida de santo, o de testimonio en causa de beatificación”. Sin embargo Greene tiene una perspectiva de Matamoros distinta de la Menéndez Pelayo y por eso dice de él en su prólogo: “Pertenece –Matamoros- al número de las figuras históricas, que como los mas altos montes y los monumentos ciclópeos necesitan ser vistos y admirados de lejos, y cuando haya mucho sol sobre el horizonte que disipe toda nube y toda niebla. Las almas serenas no pueden apreciarse sino cuandohay trasparencia y serenidad también en el medio que las contiene”. La última biografía de Matamoros, la del profesor Juan Bautista Vilar, Manuel Matamoros. Fundador del protestantismo español actual, parece estar en esta perspectiva histórica que lo contempla como fundador del protestantismo actual, aunque esto suponga una exclusión de figuras más importantes que él. ¿Porqué se considera a Matamoros fundador, cuando el trabajo evangelístico, hasta la fecha de su conversión al protestantismo, había sido inmenso en España por otras personas más significativas que él y muchas congregaciones estaban ya establecidas en la clandestinidad? ¿Qué cualidades le distinguen de los demás? Aunque Matamoros sea un referente de las libertades conseguidas posteriormente, sin embargo otras batallas en este sentido se habían librado anteriormente en España y es necesario recordar todos aquellos hombres del Reveil (avivamiento-despertar) europeo que pronto equiparon a los españoles más despiertos y entusiastas para la divulgación del movimiento reformado. Matamoros parece representar una clase española diferente a la de los ex clérigos católicos convertidos al protestantismo y misioneros que habían polarizado el liderazgo del protestantismo del XIX. Podríamos decir que su figura es más popular y cercana, pero no en el sentido que apunta Juan Bautista Vilar de haber dirigido el mensaje de salvación solamente a las clases del campo, los obreros y los pobres de las ciudades, sino porque se dirigió a todos los hombres con nuevas luces, despiertos de mente y libres de espíritu. La relación que tiene el protestantismo con la sociedad española del XIX no contiene ningún complejo de inferioridad, ni se considera “religión de gente anónima y en parte marginada” como insiste Juan Bautista Vilar en la biografía de Matamoros. Igualmente habrá que demostrar que el protestantismo del siglo XIX no se dirigió también a esas minorías culturalmente elitistas, ni siquiera a las clases medias urbanas, como asegura este autor, porque desde los liberales protestantes exiliados Lorenzo Villanueva, José Muñoz de Sotomayor, Juan Antonio Puigblanch, Agustín de Liaño, José Melchor Prat, Álvaro Agustín de Liaño, Manuel Pardo Andrade, hasta Usoz i Rio, con otros oradores del Ateneo como Francisco Javier Galvete o Fliedner y otros como Luis Vidart, Gómez y Tovar, Calderón, José Joaquín de Mora, Ángel Herreros, Blanco White, Tristán de Medina, Curros Enríquez, Gorría, Pedro Sala Villaret, Carrasco, Cabrera, profesores como José Vázquez, Moisés Calvo Redondo, Demetrio Nalda y otros autores que olvido[ii], influyeron poderosamente en los intelectuales y políticos. No descuidaremos la influencia de las revistas y tratados evangélicos distribuidos profusamente y que muchos de estos autores protestantes también ejercían su influencia escribiendo en otras revistas nacionales y laicas[iii]. El Krausismo español bien pudo haber sido influenciado por algunos de estos nombres citados, logrando una ideología al menos semiprotestante en Fernando de Castro, Azcárate, Altamira, Zulueta etc.. Afirmar esta pertenencia al protestantismo cuando toda ideología en España se tamiza para convertirlo en culturalmente católica, parecerá atrevido, pero en otros contextos fuera de España, estos autores se sentían protestantes. Otra cosa diferente es que los intelectuales no encajasen en la misión evangelizadora cuya carga y vocación fue una opción de vida de los primeros protestantes. El compromiso que exigía el predicar un Evangelio que aparecía ante la opinión pública como “secta de renegados al servicio de la pérfida Albión”, tenía muchos “Nicodemos” durante el día, pero que la noche dejaba ver con nombres de krausistas, jansenistas e independentistas de la iglesia católica, y otros de ellos que eran protestantes en sus ideales y pensamientos. La figura de Matamoros es relevante porque marca, como dice Vilar, la reactivación de la Reforma en la España contemporánea y se le ha calificado como “campeón y mártir de la Libertad Religiosa en España”. El mismo III Congreso Evangélico celebrado en Madrid, se clausuró recomendando la celebración del Centenario del nacimiento de Manuel Matamoros, asumiendo la representatividad que su persona gozaba en el protestantismo español. Decía en concreto la nota:[iv] “Recomendar que el 8 de Octubre del año en curso se celebre por las Iglesias Evangélicas de España el centenario del nacimiento de Manuel Matamoros. Recomendar que el día que las Iglesias conmemoren la Reforma, se dedique un recuerdo a las víctimas de la Inquisición por cumplirse el centenario de la abolición del Tribunal de la Inquisición. Procurar llegar a la constitución de un Comité Juvenil de inter-ayuda para la intensificación de la propaganda evangélica, que se recojan firmas entre todas las mujeres españolas adhiriéndose a la campaña en pro de la paz mundial iniciada por las mujeres francesas y finalmente, que se solicite de la Alianza que convoque para el año próximo una conferencia de pastores donde puedan estudiarse los diferentes problemas de la Iglesia Evangélica”. El “caso Matamoros” que tanta prensa había tenido a su lado para favorecerle en sus prisiones, encontró en Usoz y Rio un consejero menos inclinado al sensacionalismo y el ruido de las imprentas. Usoz desde Madrid, había enviado a la cárcel libros y cartas a Matamoros en varias ocasiones, pero siempre aconsejándole dejase de mandar escritos a los medios informativos favorables, dejase de hacer declaraciones inútiles y cumpliese la condena con resignación cristiana para no perjudicar al Evangelio. Usoz pretendía de Matamoros que fuese discreto a la espera de mejores tiempos. Le decía: “Encargo mucho la discreción de Vd., porque repugno el martirio”. Era evidente que Usoz creía que hasta el martirio podía ser un sacrificio inútil. Por esta causa y viendo que Matamoros no seguía sus consejos, no siguió con el intercambio de cartas hasta seis mes después donde le respondía que al no tener que comunicarle nada útil o favorable y estando tan lleno de correspondencia y “asuntos en ese martirio de injusta carcelaria que acrisola a Vd., no he aumentado, con carta mía, dosis de cartas y trabajo, a quien le sobra de todo ello”. La fina ironía de Usoz nos hace entender que aquel ajetreo mediático, lleno de visitas en la prisión “Excitan. Incitan. Irritan” – le dice. Le aconseja tenga un tiempo para él mismo pues -señala Usoz-, “deseo ver en España respetado más el silencio. Esta nación de frailes y monjas es la más charlatana de la tierra. Los únicos que callan en España son los que hacen hablar a todos para su provecho: los jesuitas”. Cuando Matamoros rechazó el indulto por considerar que el hacerlo llevaba implícito la negación de sus creencias, entonces Usoz se mostró conforme, considerando que era preferible la dolorosa prisión e incluso el martirio antes que la apostasía. Le decía Usoz a Matamoros: “ahí en la cárcel está Vd., en su puesto y mejor alojado que la hija de Fernando VII en su palacio”. Todo esto le hace ver a Vilar[v] que un intelectual nato como Usoz, estaba convencido de que la Reforma solamente se abriría paso en España a través de los libros y mediante la educación en vez de ruidosos testimonios como el de Matamoros. Añade Vilar que Usoz minusvaloraba a Matamoros y sus compañeros como gente vulgar, advenediza, ignorante, afanosa de notoriedad y en algún caso consideró el caso Matamoros como “oscuras historias andaluzas”. Llama la atención la colección de más de 250 fotos que guardaba Matamoros con dedicatorias de los mismos fotografiados, personajes todos relevantes en el protestantismo europeo, distinguidos en política y en humanidades. También sobresalen las mujeres, todas ellas de relieve por ellas mismas o vinculadas a sus esposos. Muchos son pastores conocidos en Gibraltar, Francia, Suiza y en Reino Unido e Irlanda principalmente. Las ciudades que sobresalen son París, Ginebra, Lausana, Frankfurt, Stuttgart,Glasgow, La Haya, Róterdam, Utrecht, Nimes, Montauban, Marennes, Burdeos, Marsella y muchos de Pau y Tolouse. Sin embargo creemos que es de tal índole la propaganda que se generó sobre la persona de Matamoros y el afecto y simpatía que desplegó el protestantismo internacional, que es necesario conocer los medios de comunicación y sus enfoques para hacernos una composición de lo que representó Matamoros en el incipiente protestantismo español de la Segunda Reforma.


[i]La primera obra de Greene era -Manuel Matamoros y sus compañeros de prisión, una narrativa de la actual persecución de los cristianos en España. Elaborado a partir de las cartas originales, escritas en la cárcel. Por William Greene, con una fotografía de Matamoros en su celda. Londres, Morgan, & c. 8. º, 192 Páginas. (1863) _Vida y Muerte de D. Manuel Matamoros. Relación de La última Persecución de cristianos en España, extractada De Cartas y Documentos Originales Otros. Por Guillermo Greene ... Madrid, imp. de JM Pérez ... 1871. 8. Más VIII º 256 págs. _Otras biografías, serían las de Abraham Capadosse, Aimè Bonifas o Klaus vander Grijp
[ii]No hemos de olvidar a pedagogos extranjeros ingleses y americanos desde William H. Rule, William Ireland Knapp, con los Guick, Enrique Payne, Albert Fern, Charles Faihtfull, William Thomas Brown etc. o los maestros españoles Emilio Mora Martínez, Albricias, María Calvo, Cifré, Eximeno, Félix Moreno Astray, Luis López Rodríguez, etc. que trabajaron por elevar la enseñanza en España.
[iii]Los artículos aparecidos en la Revista de España firmados por Pedro Sala y Villaret como «La restauración escolástica» (jul.-ago. 1877); «El deísmo moderno» (ene.-feb. 1883); «La teología en España» (jul.-ago. 1886); «Opiniones religiosas de Spencer» (nov.-dic. 1886); y otros, son de gran relieve.
[iv]El Heraldo. Periódico evangélico, científico e ilustrado. Figueras, septiembre de 1934, pág, 2
[v]Manuel Matamoros. Fundador del protestantismo actual. Juan B. Vilar. Editorial Comares, S.L. Granada 2002 Pág. 84. Nos remitimos a Vilar porque no he podido leer aún las cartas a Matamoros de la Antología

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