Victoria ondeando la bandera blanca
Podemos ir por ese camino y disfrutar de su beneplácito o podemos seguir en rebeldía contra Él y sufrir las consecuencias.
01 DE SEPTIEMBRE DE 2024 · 18:32

La Palabra de Dios divide la humanidad en dos grandes grupos: Los que están en contra de Cristo y los que se someten a Él:
“¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Dios y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Dios me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Dios con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían” (Salmo 2).
Se dice que “el que avisa no es traidor”. Llegará el momento en que Dios juzgará con mano firme como vemos en esta profecía. Pero no quiere desmenuzar sino que nos da la pauta para evitar ese desenlace inevitable en caso de que nuestra rebeldía persista.
La pregunta es ¿Admitimos amonestación? Si no es tu caso, sigue meneando tu puño contra Dios pero no quiero estar en tu piel sabiendo la que se avecina.
Si admites amonestación, entonces lee los términos y condiciones para la paz:
El salmista ha dicho claramente en la primera mitad del Salmo 2:12: “Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira”. Habla de Cristo. Y Cristo está de acuerdo:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
Dios se burlará de los rebeldes. No quiere que la gente se rebele pero si la gente se niega al único camino de salvación, entonces no hay alternativa.
“Este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1ª Juan 5:11-12).
En otras palabras, Dios ha trazado el camino. Podemos ir por ese camino y disfrutar de su beneplácito o podemos seguir en rebeldía contra Él y sufrir las consecuencias.
“Bienaventurados todos los que en él confían” (Salmo 2:12b) es cierto. Pero que lo sepas meramente no sirve de nada. ¿Confías tú en Cristo como tu único y suficiente Salvador? ¿Te has arrepentido de veras o sigues en pecado pensando que ganarás la guerra? La ira de Dios contra el pecado va a manifestarse. Solo es cuestión de tiempo y no sabes de cuanto tiempo dispones mientras Dios es paciente contigo. Sugiero que ondees la bandera blanca y sigas al Señor antes de que tu derrota sea, no inminente, sino irrevocable (Lucas 12:58-59).
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