Aspectos destacados de un viaje al Cáucaso

Un relato de primera mano sobre una visita a las iglesias, a los héroes de la fe en un contexto musulmán y al trabajo pionero entre mujeres, niños y ex-drogadictos.

  · Traducido por Rosa Gubianas

18 DE NOVIEMBRE DE 2024 · 13:19

Estación de ferrocarril de Suvorovskaya. Desde aquí fueron deportados a Siberia los colonos alemanes de la zona en 1941. / Johannes Reimer.,
Estación de ferrocarril de Suvorovskaya. Desde aquí fueron deportados a Siberia los colonos alemanes de la zona en 1941. / Johannes Reimer.

Visita al Cáucaso Norte

Hace sólo unos años, el Cáucaso de mayoría musulmana se consideraba un bastión islámico. Los escasos pueblos cristianos entre los más de 100 grupos étnicos de la región, como los armenios o los georgianos, habían resistido durante siglos la presión de la islamización, pero tampoco habían conseguido apenas abrirse paso entre las puertas firmemente cerradas de las naciones musulmanas.

Con la radicalización del islam en Irán, Azerbaiyán, Chechenia y entre los pueblos de Daguestán, comenzó un lento proceso de alejamiento de la población del islam. Al fin y al cabo, no era así como la mayoría de la población había imaginado su vida y su fe. Y esto abrió espacio a las misiones cristianas. Hoy, la mayoría de los pueblos caucásicos cuentan con creyentes que siguen a Jesucristo y profesan abiertamente su fe.i

En octubre de 2024, viajé a la región del Cáucaso Norte junto con el jefe de la misión alemana en el Cáucaso. Volamos a Mineral'nyje Vody y desde allí viajamos a Cherkessk, en la república autónoma de Karachayevo-Cherkessia. Aquí, la Asociación Iglesia de Dios del Arca ha fundado varias congregaciones y está llevando a cabo una fructífera labor misionera, dirigida por el obispo Garik Gundanian.

Visitamos iglesias, vimos sus proyectos y dimos gracias al Señor por lo que había hecho. Los encuentros con los creyentes cristianos locales se reflejan en este artículo. Deberían motivar a los lectores a dar gracias y a seguir intercediendo por esta región.

Aspectos destacados de un viaje al Cáucaso

El obispo Garik Gundanian (a la izquierda) con sus invitados de Alemania (nosotros) con las montañas del Cáucaso como telón de fondo. / J. Reimer.

Para mí, el viaje también tenía una conexión muy personal, ya que mi familia era originaria de esta región. Mis antepasados fundaron pueblos enteros aquí, en el Cáucaso Norte, mis abuelos vivieron aquí y mi padre también nació aquí.

Todos ellos fueron deportados desde aquí como alemanes al norte de Kazajistán en 1941 y puestos bajo la comandancia especial, lo que equivalía a un exilio forzoso. Mis dos abuelos perdieron la vida poco después. Visitar la zona donde mi padre nació y mi madre fue a la escuela y quedarme en la estación de ferrocarril de Suvorovskaya, desde donde mi familia fue deportada a las frías estepas de Siberia fue una experiencia profundamente emotiva. Al mismo tiempo, me acercó a los habitantes de la región que, como mis antepasados alemanes, fueron expulsados de su patria por Stalin y su régimen en 1941.

Mi historia familiar me abrió las puertas a fascinantes conversaciones con karachayanos y cherqueses. La historia de sufrimiento de nuestros antepasados creó un vínculo de amistad que trascendió todas las fronteras nacionales o religiosas. Alibek, un karachayo, lo expresó así: “Eres mi hermano: pase lo que pase, seguiremos juntos”.

El trabajo misionero es ante todo una labor de amor

La primera visión de la labor misionera de las iglesias de la región ya lo dejó claro: aquí, a la gente se la gana menos con palabras que con hechos, es decir, con la vida de los creyentes cristianos. Siempre que es posible, los seguidores de Jesús se comprometen con las necesidades cotidianas de sus vecinos y colegas.

Los centros de rehabilitación para hombres y mujeres adictos al alcohol y las drogas se han convertido en una verdadera atracción. Esta confesión relativamente pequeña gestiona cinco centros de este tipo en el Cáucaso, en gran parte sin ayuda del extranjero. Cientos de consumidores han pasado por la terapia en los últimos diez años. Por término medio, el 60% de ellos se han liberado de su adicción.

Arsen, que pertenece al pueblo ossetin, es uno de ellos. Nacido en una familia musulmana, se drogó durante 17 años; luego experimentó la liberación y ahora dirige un centro de rehabilitación en Rodnitzki y es pastor de una creciente congregación en la ciudad vecina. Más de 100 personas asisten ya a sus servicios religiosos. Y el centro de rehabilitación atiende hasta 40 personas, en su mayoría hombres, que vienen de todas partes y buscan la ayuda de los cristianos.

Los centros de terapia estatales son conocidos en todas partes por su ineficacia. Los cristianos, en cambio, ofrecen verdaderas oportunidades para recuperarse y empezar una nueva vida. Hace tiempo que esto se ha extendido por todo el país. “Cientos de personas nos preguntan si pueden acudir a nosotros. Y son ateos, cristianos ortodoxos y musulmanes”, nos cuenta Arsen. “Saben que somos cristianos, que leemos la Biblia con nuestros pacientes todos los días, oramos y trabajamos juntos y aun así quieren venir a vernos porque aquí encuentran libertad”.

El Centro Rodnitzki tiene capacidad para un máximo de 40 personas en sus pocas habitaciones. Arsen y su personal oran por conseguir fondos para adquirir un terreno baldío con una casa en las inmediaciones del centro. Con esta casa podrían duplicar su capacidad. Pero el precio de 10.000 euros por la propiedad es astronómicamente alto para ellos. “El Señor tendrá que intervenir”, dice, “ya que no tenemos tanto dinero”.

Aspectos destacados de un viaje al Cáucaso

Centro de rehabilitación en Rodnitzki. / J. Reimer.

Mujeres valientes y sus hijos

A menudo son mujeres las que encuentran la fe en Jesucristo desde la miseria de sus familias musulmanas en el Cáucaso. Pero su valiente paso tiene un alto coste. Sus familias reniegan de ellas, las ponen en la calle y las amenazan de muerte.

Las jóvenes iglesias acogen a estas mujeres, las esconden en sus casas y lo hacen a riesgo de ser ellas mismas agredidas. Llevan años orando por algo parecido a una casa segura para las mujeres.

El pasado año, las comunidades consiguieron por fin adquirir un terreno y ahora se está construyendo lentamente la primera casa de este tipo. En ella encontrarán asilo 15 mujeres. El terreno está situado en un suburbio de una ciudad habitada principalmente por cristianos. Esto significa que, dadas las circunstancias, las refugiadas pueden estar seguras de que aquí permanecerán a salvo. Y las autoridades sociales apoyan la causa. Los refugios para mujeres son desconocidos en esta parte de la Federación Rusa. Una vez más, los creyentes protestantes marcarán aquí nuevas pautas.

Aspectos destacados de un viaje al Cáucaso

Aquí se está construyendo el primer refugio para mujeres del Cáucaso Norte. / J. Reimer.

Justo a tiempo para la llegada del invierno hemos traído a los cristianos locales una importante donación de la Fundación Horsch y la Iglesia Evangélica Libre de Waldbröl (Alemania). Este dinero se utilizará ahora para cubrir el tejado, y después podrán instalarse las ventanas y comenzar las obras interiores. Los responsables calculan que se necesitarán otros 20.000 euros para este proyecto. Pero son valientes y confían en que este dinero también les será concedido.

Y Cristo obra milagros

Visitamos muchos otros proyectos sociales del joven movimiento protestante del Cáucaso. Las congregaciones se ocupan de los sin techo, los ancianos, los enfermos y los niños.

Y experimentan los milagros de Dios una y otra vez. Por ejemplo, en la residencia de ancianos o en el hospital: “Llevamos a los afectados algo de comer, o ropa si es necesario y les dedicamos nuestro tiempo, dice uno de los pastores. Y, por supuesto, les ofrecemos nuestras oraciones. Los musulmanes, en particular, aceptan encantados nuestra oferta. Más de una vez hemos visto a Dios obrar un milagro y curarles. Por regla general, a los musulmanes no se les puede convencer de Cristo con argumentos y palabras, pero les atraen los milagros concretos. No existen en su fe islámica. Y cuando Jesús les toca, pronto están dispuestos a seguirle sistemáticamente”.

Este fue también el caso en la vida de la doctora a la que aquí llamo Gulnara. Tras años de drogadicción y estrés psicológico, la oración de los cristianos la restauró por completo y así esta mujer abasí decidió seguir a Jesús, una de las primeras de su pueblo en hacerlo.

Aspectos destacados de un viaje al Cáucaso

Gulnara, una de las primeras cristianas abasias. / J. Reimer.

Hoy, esta mujer de 70 años es muy activa en la atención pastoral a las mujeres, ora por las personas que la visitan y experimenta una y otra vez cómo Dios responde a sus plegarias.

Renunciar es imposible

Visitamos a Nikolai Doroshenko en el pueblo de Ust-Dzigutta. Este pintoresco pueblo situado en medio de las montañas, que antes se llamaba Pueblo Judío, alberga muchas mezquitas, así como una comunidad cristiana que fue fundada en los años veinte por Ivan Doroshenko, un molokán que fue exiliado al Cáucaso por el gobierno zarista junto con muchos otros miembros de esta secta ortodoxa.

A principios del siglo XX se produjo un despertar espiritual entre los molokanes. Los primeros cristianos evangélicos y congregaciones baptistas se establecieron en medio de los asentamientos molokanes. La familia Doroshenko también encontró a Jesús y se unió a una iglesia evangélica.

Hoy, en Dzigutta sólo viven unos pocos rusos y ningún judío. El pueblo judío está habitado ahora por musulmanes, cherqueses, abasíes y karachayanos. Las numerosas mezquitas marcan con orgullo su dominio. Muy pocas personas de estos pueblos se han hecho cristianas hasta ahora. Unos pocos se han unido también a la comunidad del Arca de Dzigutta.

Nikolai vive en Ust-Dzigutta desde hace muchos años. Este hombre de 95 años es el último hijo superviviente de Ivan Doroshenko, un activo fundador de iglesias en el Cáucaso que se vio obligado a huir a Alemania en 1943 con el ejército alemán en retirada de Rusia.

Doroshenko había evangelizado y fundado iglesias en el Cáucaso junto con Ioann Mark Galustian (1899-1987). También se le puede encontrar en los archivos alemanes como miembro activo de la Unión Bautista Eslava. A principios de la década de 1950, Doroshenko emigró a Australia, donde fue elegido presidente de la pequeña Unión Bautista Eslava. Su familia permaneció en Rusia. Para no poner en peligro su seguridad, sólo se comunicaba indirectamente con su mujer y sus hijos.

Su hijo Nikolai tampoco volvió a ver a su padre tras su marcha en 1943. Pero permaneció fiel a él y, sobre todo, a su fe. Arriesgó repetidamente su libertad durante los años de terror soviético contra los cristianos. “Pero no podía dejar de evangelizar”, me dijo durante una conversación.

Aspectos destacados de un viaje al Cáucaso

Nikolai Doroshenko en una conversación. / J. Reimer.

Y todavía hoy no puede parar. “Reparto la palabra de Dios a mis vecinos musulmanes, les cuento poemas y a veces incluso les canto una canción. Les doy un Nuevo Testamento y les digo que es nuestro Corán. Y lo aceptan encantados. Hace poco incluso fui a una escuela para imanes. También aceptaron mi regalo, escucharon mi testimonio y luego me llenaron los bolsillos de fruta y plátanos”.

Nikolai hablaba y entremedias saltaba, recitaba varios poemas espirituales y parecía absolutamente feliz de darnos su testimonio. ¡Y eso a los 95 años! Cuando le preguntamos si no era demasiado viejo para todo esto, respondió con una expresión de asombro en el rostro: “Nunca se es demasiado viejo para mostrar a la gente tu amor. Y estoy seguro de que sólo me dejan hacerlo porque soy muy viejo. En nuestra cultura, la edad todavía cuenta mucho”. Y luego sonrió como si estuviera orgulloso de su edad y también de la aceptación de su testimonio entre los musulmanes.

Salimos del salón parroquial donde habíamos hablado con él y el anciano nos condujo hasta su bicicleta: “Este es mi coche”, dijo con una amplia sonrisa. “Me lleva a todas partes donde la gente aún no ha escuchado mi testimonio. Mira las montañas que rodean Dzigutta. Las he recorrido todas a pie. Sólo tienes que tener voluntad y siempre llegarás”.

Dejamos Dzigutta aquel día, profundamente impresionados. Realmente habíamos conocido a un héroe de la fe.

¡Llega la escuela bíblica!

Las iglesias de la región llevan varios años soñando con una escuela bíblica. La creciente labor requiere conocimientos teológicos. Hasta ahora, sólo a unos pocos pastores se les ha permitido estudiar teología en Moscú.

Los principales hombres y mujeres del movimiento han expresado en repetidas ocasiones su deseo de recibir formación a nivel local. Incluso han encontrado un terreno en un antiguo pueblo menonita, donde podría construirse un centro.

Pero, aparte de la falta de fondos, faltan entrenadores capacitados. Estos podrían venir del extranjero. Acordamos ofrecer seminarios mensuales con profesores de Europa y Norteamérica a partir de abril de 2025. Ahora viven aquí muchos cristianos de habla rusa que han estudiado teología a alto nivel y sin duda podrían ayudar a las iglesias jóvenes. A mí mismo me gustaría estar allí mientras goce de buena salud.

Con los años, los municipios también podrán construir un centro adecuado y ofrecer una escuela diurna.

El Cáucaso necesita nuestra ayuda

Nuestro viaje al Cáucaso lo dejó muy claro: Dios es extremadamente activo en el Cáucaso llamando a la gente a seguir a Jesús. Y el compromiso de los cristianos locales me sorprendió, e incluso me avergonzó una vez más. ¡Ojalá en Europa Occidental estuviéramos al menos tan comprometidos con la gente como Nikolai Doroshenko, de 95 años, enDzigutta!

Pero el viaje también dejó claro cuánto necesitan nuestra ayuda los cristianos de primera generación del Cáucaso. Y no se trata sólo de dinero. Les faltan muchas cosas que nosotros tenemos y que a veces ni siquiera necesitamos o requerimos. Y a ellos les faltan conocimientos, conocimientos teológicos, por ejemplo.

En nuestro viaje recibimos el apoyo de amigos de Alemania y ahora hacemos un llamamiento a todos nuestros amigos para que consideren la posibilidad de orar a diario por la región y quizá por los proyectos mencionados. Su soporte puede marcar una gran diferencia. Si el Señor te anima a hacerlo, háznoslo saber. Por favor, envía tu apoyo financiero a:

Allianzmission (Alianza Misión Alemania)

IBAN: DE86452604750009110900

BIC: GENODEM1BFG

Por favor indique: Caucasus

Nombre del proyecto: 513000

 

 

Johannes Reimer, profesor de Estudios Misioneros y antiguo director del Departamento de Compromiso Público de la Alianza Evangélica Mundial (AEM).


 

Notas:

[1] i Véase: Johannes Reimer: Llegar a los pueblos del Cáucaso con el Evangelio, En: Protestante Digital, 1.02.2024. 

 

¡Protestante Digital te necesita!

Gracias a quienes aportan económicamente podemos hacer esta labor de comunicación desde una perspectiva evangélica a través de una plataforma gratuita, con el propósito de ser sal y luz en nuestra sociedad. Si quieres que Protestante Digital pueda continuar con esta labor, ¡anímate a ser parte! Te necesitamos. 

Encuentra más información en apoya.protestantedigital.com.

Si lo prefieres puedes donar por Transferencia Bancaria. Asunto “Donativo Protestante Digital” en la cuenta de la Alianza Evangélica Española (CaixaBank): ES37-2100-0853-5702-0025-3551

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Paz y reconciliación - Aspectos destacados de un viaje al Cáucaso