Unión de Iglesias Bautistas de Cataluña

En 1922 se inaugurará el primer Seminario bautista, que sería clausurado después de la Guerra Civil y no volvería a abrir hasta 1948.

17 DE FEBRERO DE 2016 · 13:29

Enrique Lund,
Enrique Lund

La obra bautista comienza en España en 1867 con la llegada de William Knapp, quien en 1870 funda la primera iglesia bautista en Lavapiés -Madrid-. Los viajes de Knapp por toda España y lega a Hospitalet y Cornellá de Llobregat La obra en Cataluña proviene también del trabajo de Lund, quien fundó una iglesia en Figueras por 1881. Abrió también puntos de misión en otras poblaciones del Ampurdán. El 1883 organizaría una iglesia en Barcelona. Con Knapp y Lund trabajaron Francisco de Paula Preví (natural de Málaga) y Ricardo P. Cifre (natural de Catalunya).

Los bautistas del norte de los Estados Unidos, después de la partida de Lund, siguieron apoyando la obra en España. Sería nombrado representante de ellos en España, Manuel Marín, un español que llegó a Barcelona en 1902 después de haber visitado América y  haber fallecido su esposa. Al llegar se encuentra un panorama desalentador y que trasmite a la Unión Bautista Misionera Americana en estos términos: “Todo desordenado, división en la iglesia, celos entre los obreros, desconfianza en todo y consecuentemente la temperatura espiritual a cero”(i).

En 1905 Marín se traslada a Sabadell donde, ayudado por su hermana y un pequeño grupo, dirigió los cultos y publicó “El Eco de la Verdad”, revista mensual. Anglada dejó Figueras para hacerse cargo de la iglesia de Barcelona y otros lugares de predicación. No sería nada extraño que tanto Marín como Anglada estuviesen desanimados al comprobar que el número de bautistas en Cataluña no pasaba de sesenta y siete personas. Manuel Marín fallecería en 1910 y Gabriel Anglada quedó al cuidado de las iglesias de Barcelona, Sabadell y los puntos de misión. Pronto se retiró a Figueras con problemas de salud, siendo sustituido por Ambrosio Celma.

Nombrado Celma superintendente de los bautistas en España por la Sociedad Bautista Americana de Misiones Foráneas, nuevo nombre dado a la organización de los bautistas del norte de los Estados unidos, es cuando la obra bautista parece despegar. Por el espacio de un año, Celma interrumpe el trabajo emprendido, para estudiar en Nimes, Francia, con el pastor Robert Dubarry, habiendo quedado la iglesia de Barcelona en manos de los jóvenes Antonio Almudévar y Juan Tasqué.

De regreso a Cataluña comienza a revivir, especialmente la de Sabadell que casi había desaparecido. En 1922 Celma informaba de la en Barcelona, Sabadell, San Cugat, Palamós, Figueras y La Escala, con una membresía total de 170 creyentes, cinco escuelas dominicales con más de 200 asistentes y tres grupos de jóvenes. Mención especial para esta época del despertar bautista fueron las mujeres que no solo se mantuvieron fieles sino que supieron organizar obras sociales como en Barcelona con la formación  de “Priscila” que más tarde en Sabadell se formaría otra sociedad semejante. Destacaba Antonia Zapater a la que Marín calificaba de “muy trabajadora, inteligente, con decisión, voluntad y empuje”. Algunos de sus escritos aparecen en “El Eco de la Verdad” pero su labor estaba entre las escuelas dominicales y la evangelización.

En 1922 también se inaugurará el primer Seminario bautista, que sería clausurado después de la Guerra Civil y no volvería a abrir hasta 1948. A partir de 1929 año en que se celebra la primera Convención de los bautistas españoles en Barcelona, se forma la Unión Evangélica Bautista Española, una de las denominaciones que tiene más iglesias en Cataluña. De esa Unión surgiría la “Unión de iglesias Bautistas de Cataluña”. En este desarrollo de la obra fue también muy importante la labor de españoles tales como Vicente Mateu, Manuel Marín, Gabriel Anglada, Ambrosio Celma, Antonio Almudévar, etc. En una conferencia de pastores y otros miembros, celebrada en Valencia el 1.928, se decidió organizar la Convención Bautista Española (en 1.953 se reorganizaría y cambiarían el nombre por Unión Evangélica Bautista Española, U.E.B.E.) celebrándose su primera reunión en Barcelona, en 1.929. Se reunieron más de 60 delegados y se hicieron planes para una constitución y sus reglamentos. Los cargos elegidos en esta convención fueron: presidente, Julio Nogal, pastor en Madrid; vicepresidente Francisco País, pastor en Albacete; secretario, Samuel Vila, pastor en Tarrasa (Barcelona); y tesorero, Ambrosio Celma, pastor en Barcelona.

 

Antonio Almúdevar

En 1.931 el misionero Everelt Gil informó: "Al fin lo inesperado, de hecho parecía imposible, pero ha sucedido. España es una República y el pueblo tiene libertad religiosa". Pero pronto cesaría esta ola de libertad. Unas nuevas elecciones en el 1.933 cambiaron las cosas; entró un gobierno de centroderecha; las rebeliones empezaron con fuerza. En las elecciones de 1.936 ganó el Frente Popular; pero España estaba lista para la guerra civil. Estalló en este año; el movimiento nacionalista se llamó una "Cruzada por Dios y la Nación". Se cerraron las iglesias no católicas. Los protestantes, y entre ellos los bautistas, fueron mirados como anti-católicos. En 1.937 el Foreign Mission Board informó que la Misión Española había sido casi extinguida y que cuando terminara la guerra habría que empezar de nuevo.

Al no poder detallar los inicios de las congregaciones bautistas en las distintas poblaciones catalanas por el número de ellas y falta de datos, simplemente citaremos algunas de ellas. Es necesario repetir lo que Pablo García Rubio decía sobre el estudio del protestantismo en el siglo XVI que “es una tarea pendiente por realizar; esta tendrá que enmarcarse en las coordenadas de la religiosidad y la cultura del momento –otra gran incógnita en lo que se refiere al siglo XVI. Requerirá el concurso de historiadores, antropólogos, sociólogos y teólogos, y sospecho que los resultados pueden ser sorprendentes de lo que a primera vista puede parecer”. Nosotros nos limitaremos a la simple divulgación que también es hacer historia, aunque sea más liviana.

Las congregaciones bautistas en Cataluña que se inician a partir de 1968, procedentes, en sus inicios, también de otras denominaciones y las nombra así  Estruch(ii):

Hay cinco iglesias en la ciudad de Barcelona, una más en el Barcelonès y tres en el Baix Llobregat: de las de Barcelona, una está situada en la parte alta de la ciudad, hecho bastante excepcional; y otra, en un barrio periférico, que congrega sobre todo a una comunidad china (en este caso lo excepcional es que esta comunidad esté integrada en la Unión y no sea una iglesia independiente). Pero la comarca que reúne un mayor número de iglesias es la del Vallès Occidental: ocho en total. Las ciudades de Terrassa y Sabadell, con tres iglesias cada una, tienen ya una tradición histórica de presencia bautista. La otra mitad se distribuye entre el Bages (cinco comunidades), el Alt y Baix Empordà (tres comunidades, hijas de la implantación inicial del siglo XIX), el Maresme, el Vallès Oriental, Osona, el Alt Penedès y el Baix Camp, y las ciudades de Tarragona, Lleida y Girona; una última iglesia está situada en las tierras de la Franja de Ponent. Teniendo en cuenta que en 1967 la Unión de Iglesias Bautistas tenía veinte iglesias en Cataluña, el crecimiento ha sido notable, en particular en la comarca del Bages. Mencionemos finalmente que dependen directamente de la Unión un Jardín de infancia en las afueras de Barcelona, y una Residencia de ancianos en la comarca del Alt Penedès.

Otro de los impulsores de la obra bautista por 1922 fue “el Dr. Everett Gill, misionero representante de la Convención Bautista del Sur de Estados Unidos, comprometida en ayudar a la obra bautista de España, sustituyendo a los bautistas de Suecia que lo habían llevado a cabo anteriormente, convoca una reunión nacional de obreros bautistas, dando lugar a la organización de la UNIÓN EVANGÉLICA BAUTISTA ESPAÑOLA. ("El Mensajero Bautista", nº 1, Enero/1923). Se dan los primeros pasos para formar un comité ejecutivo central, organizar un departamento de publicaciones y fundar una escuela de teología. El propósito es unificar a los bautistas españoles, dándoles una cohesión estructural. Nicolás Bengtson y Ambrosio Celma (que realizaría la función de Secretario-Ejecutivo) son empleados para este fin. Una escuela, llamada Instituto Bautista, es abierta en Barcelona con siete estudiantes. La enseñanza está a cargo de los citados E.Gill, A.Celma, N.Bengtson y también de Percy Buffard. Tres años más tarde llega a España Vernon Leroy David, quien se hace cargo del Instituto Teológico Bautista (Seminario). Otra casa fue alquilada y empezó su cuarto curso con 14 estudiantes. Dicho Director comentaba: "Nuestro propósito es desarrollar un buen número de predicadores laicos... hasta que tengamos ministros preparados". En ese año hay en España 22 Iglesias con 667 miembros”.
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(i) Los bautistas en España.( Los bautistas en Cataluña 1900-1921) Juan David Huguey 1985
(ii) Las otras religiones. Minorías religiosas en Cataluña. Icaria editorial. 2007

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