La abuela-esclava en su oasis feliz

Las personas mayores con nietos aseguran estar encantadas de tapar los déficit educativos, laborales y de servicios sociales. Su rol de 'cuidanietos' –el 10% a diario y el 7% varias veces por semana- es provisional, porque sus hijas no piensan hacer lo mismo.

MADRID · 01 DE ABRIL DE 2007 · 22:00

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Que "la mujer no se jubila nunca" es una realidad contrastada, igual que los 'abuelos cuidanietos', que en Europa rondan el 50% y en España superan el 60%. Pero de ahí al llamado síndrome de la abuela-esclava hay un abismo. Ella misma es la primera en desmentir cualquier imagen propia de sobrecarga doméstica y de agotamiento físico y emocional: no sólo asume ese rol con naturalidad, sino que se declara encantada de hacerlo. Así lo señala un trabajo expuesto en el I Congreso de Abuelos y Abuelas en Marcha (Abumar) por el Grupo de Investigación sobre Gerontología de la Universidad de Barcelona (GIG-UB), tras estudiar a fondo a 20 abuelas que dedicaban más de 12 horas semanales a cuidar de sus nietos: absolutamente todas se mostraron satisfechas. Carmen Triadó, catedrática de Psicología Evolutiva, añadió que los motivos de satisfacción de las abuelas eran diversos, desde el amor a sus nietos hasta la posibilidad de sentirse activas, pasando por el "tener compañía" en el caso de las viudas. Dos tercios asumieron su rol cuidador debido al trabajo de sus hijas, pero lo hicieron "como algo natural", unas veces por "responsabilidad hacia sus hijos" y otras porque "la alternativa sería demasiado cara" en el plano personal (dos mujeres habrían tenido que dejar su empleo y tres resignarse al hijo único) y económico. Mayte Sancho, presidenta del Observatorio de Mayores del Imserso, señaló que el 22% de ellas y el 24% de ellos realizan ahora mismo esa función (antes lo hacían el 48% y el 37% respectivamente). Otro detalle importante es que el 44% de ese cuidado (casi el 10% del total) se lleva a cabo todos los días, y el 30% (7% del total) varias veces por semana. Otro perfil es el de abuelos como recurso de conciliación de la vida familiar y laboral. Tras cifrarlos en nueve millones (casi ocho millones de abuelos y un millón de bisabuelos, el 59% mujeres), se afirmó que es lo que más ayuda a la mujer trabajadora, especialmente la abuela materna (27%), por encima incluso de la pareja (25%), solo el 9% acude a ayuda remunerada. RETO PARA EL ESTADO En ese complejo escenario de una sociedad en proceso de cambio, Anna Freixas, psicóloga de la Universidad de Córdoba, subraya que "no es lo mismo ser abuela que abuelo" (no había un solo hombre para estudiar a "cuidanietos" de 12 horas semanales), y cree que ese compromiso femenino está "impidiendo que nuestras hijas renegocien con sus parejas nuevas formas de relación" más igualitarias. "Cuidar está bien, pero no solas", remachó. Y hay indicios de que algo se mueve en esa dirección, como sugiere el dato "sorprendente" aportado por Tobío: quien más aporta a la conciliación familiar y laboral de las españolas es la abuela materna, y después, el abuelo materno, que protagoniza así una "vía de incorporación del hombre al cuidado". La experta de la Carlos III concluye que las abuelas, con creciente ayuda de los abuelos, sustituyen la insuficiente acción social del Estado y la mala organización de horarios laborales y escolares y reparto de tareas en la familia. Y advierte de que los agujeros del sistema ya no podrán ser tapados en el futuro por el sacrificio de las abuelas, que contestan ya con un rotundo no a la pregunta de si cuidarían a sus nietos como ahora lo hacen sus madres.

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