Quiero enamorarme más de ti...

¿Se habrá enfriado nuestro primer amor?

29 DE AGOSTO DE 2020 · 19:00

Imagen: Jacqueline Alencar.,
Imagen: Jacqueline Alencar.

Es el título de una canción cristiana que habla de nuestro amor por Cristo, pero de un amor que no se diluye con el paso del tiempo y de las circunstancias, que siempre quiere más… No es un amor y compromiso que va cayendo en el conformismo, la parálisis, en la exclusión, en el ser un mero espectador, dejando que esa hoguera, que se encendió en nuestro corazón cuando decidimos aceptarle como nuestro único Señor, fuese menguando hasta convertirse en un hilo de luz que amenaza con extinguirse ante un leve soplo. A tal punto que el Señor nos tenga que decir como a esa Iglesia de Éfeso del Apocalipsis: "Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia... y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor".

Cuando empezamos a leer este pasaje, nos sentimos casi arrullados por esta grata melodía de alabanza inicial a esta iglesia. ¡Pero el remate es contundente! y logra sacarnos de ese estado de ensoñación para sacudirnos con ese: ¡Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor! ¡Qué fuerte! Tan fuerte es, que nos lleva a preguntarnos cuál es nuestro porcentaje actual de pasión respecto al que teníamos cuando pusimos en marcha nuestro proyecto de andar con Cristo. ¿Se habrá enfriado nuestro primer amor? ¿Habremos caído en la rutina? ¿Dios tiene sustitutos? ¿Nos da igual nuestro prójimo? ¿He dejado de ser siervo? ¿Ya no lavo los pies a mis hermanos? ¿No doy de comer y de beber, no amo a mis enemigos? ¿Mis pruebas son mayores que mi Dios? ¿Él ha dejado de ser mi torre fuerte, mi refugio, mi escudo, mi ayuda en tiempo de necesidad? ¿No necesito alimentarme de Su palabra? ¿Ha dejado ésta de ser mi manual de instrucciones? ¿Ya no hay diálogo? Esperemos que no haya ni un sí como contestación a alguna de estas cuestiones. Y si lo hay que podamos rectificar y ponernos al día con nuestro Señor de todos los días, ése que hemos probado y se ha tornado tan necesario como si fuese el aire que necesitamos para respirar, el alimento que requiere nuestro cuerpo para continuar funcionando, el motor que nos mantiene ¡vivos!, creativos, contentados, amados y amorosos, fuertes aun en medio de pruebas, hablando de Su amor mientras nos queda aliento... Que nos hace postrarnos y adorar, como dice la sencilla canción que mencionábamos al inicio, que, sin embargo, está cargada de verdades incuestionables. Os dejo un fragmento de la misma.

Cuando pienso en Tu amor

y en Tu fidelidad,

no puedo hacer más que postrarme y adorar.

Cuando pienso en lo que he sido

y hasta dónde me has traído, me asombro de Ti.

No me quiero conformar,

he probado y quiero más.

Yo quiero enamorarme más de Ti… 

La escuché por vez primera en un encuentro de mujeres en Toledo.

(Publicado en el Blog ‘La palabra en el surco’)

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Muy Personal - Quiero enamorarme más de ti...