Fray Luís de León y el Cantar de los Cantares

Oreste Macri, uno de los estudiosos de más prestigio que existen en el mundo sobre la vida y obra de Fray Luís de León, dice que “la nota más característica de su pensamiento filosófico es la vertiente hebraica-cristiana, su profundo amor a las Escrituras inspiradas del Viejo y del Nuevo Testamento. Fue más evangélico que Martín Lutero, más que Calvino. Por su obra, la literatura cristiana en castellano adquiere una pureza y unas dimensiones intelectuales y espirituales de carácter ejemplar. Con

09 DE DICIEMBRE DE 2006 · 23:00

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Fray Luís de León nació en Belmonte, provincia de Cuenca, el año 1527. Su padre era un abogado de prestigio, vinculado al trabajo en la Casa Real. Ejerció en Madrid y Valladolid, ciudades donde estudió Fray Luís. A los 14 años ingresó en el convento de San Agustín, en Salamanca; allí profesó como monje el 29 de enero de 1544. En la Universidad de Salamanca se graduó como maestro en Teología. En 1551 inició su actividad docente en la citada Universidad. Los estudiantes salmantinos se agolpaban para poder escuchar sus clases. Sus biógrafos concuerdan en que Fray Luís de León participaba en todas las luchas que por entonces tenían lugar en el recinto universitario. El gran interés que desde niño manifestó por la lectura y estudio de las Sagradas Escrituras se incrementó con motivo del encuentro que en 1556 mantuvo en la Universidad de Alcalá de Henares con Arias Montano, traductor de la llamada Biblia Complutense, versión realizada por encargo del rey Felipe II. Fray Luís de León conocía perfectamente el hebreo, en razón de su origen judío y de sus estudios de la lengua. Enamorado de el Cantar de los Cantares, libro que constituye una perla literaria y amorosa en el texto del Viejo Testamento, hizo una versión castellana de esta obra, partiendo del original hebreo y ofreciendo una nueva y revolucionaria interpretación natural de los ocho capítulos escritos por Salomón mil años antes de Cristo. Uno de los más duros adversarios que tuvo Fray Luís de León fue el monje dominico Fray Bartolomé Medina. Este le denunció al tribunal de la Inquisición presentando 17 cargos contra él, entre el que figuraba haber dicho que el Cantar de los Cantares era un poema amatorio. Cuál no sería el poder y la intransigencia de la Inquisición en aquella época que ni siquiera un hombre del prestigio de Fray Luís de León pudo librarse de sus garras. El 26 de marzo de 1572 Fray Luís fue condenado a cinco años de cárcel por el siniestro tribunal. El odio de sus enemigos llegó al extremo de pedir para él el tormento, pero sus inquisidores no aprobaron tanta crueldad. Al salir de la cárcel compuso uno de sus más conocidos poemas:
Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado: dichoso el humilde estado del sabio que se retira del aqueste mundo malvado; y con pobre mesa y cama en el campo deleitoso, con sólo Dios se compasa, y a solas su vida pasa, ni envidiado ni envidioso.
Para José María Bermejo, el mensaje de Fray Luís de León continúa teniendo vigencia en nuestros días. Frente a una sociedad que tiende a destruir la armonía del ser y del universo, existe la posibilidad y la certeza de reencontrarla porque es un reino que está dentro de nosotros desde el principio. Frente a la fatua vanidad competitiva, la serena y sabia renuncia para ir a lo hondo y a lo lejos.

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