Tesis sobre ‘95 Tesis para la nueva generación’, de Lucas Magnin
El autor provoca al pensamiento, invoca a la Biblia, convoca a personas de la historia (tradición)… para afirmar que la Reforma necesita una reforma.
17 DE NOVIEMBRE DE 2022 · 16:00

Lucas, con un lenguaje lleno de metáforas, paradigmas, citas, nacido de la reflexión, nos invita a sumarnos a la guerrilla de los revolucionarios de la espiritualidad. Una pacífica guerrilla que va sumando cada día a hombres y mujeres de mente inquieta, que no se conforman con repetir ideas sin que antes pasen por la criba de la Escritura: auténticos bereanos del siglo XXI, que investigan “para ver si estas cosas eran así”. Ya llamó a los revolucionarios en su primer libro “La rebelión de los santos” un par de años atrás; ahora los invita a la avanzadilla.
El libro constituye un diálogo entre Martín y Magnin (o entre Lutero y Lucas): elija usted la inicial que elija, van a coincidir. Y van a coincidir también en ciertas intenciones sobre la necesidad de hacer una revisión de lo que llevamos acumulando por años, pero van a disentir también en otras cuestiones. Y usted y yo haremos lo mismo. Leeremos al autor y pensaremos que es demasiado revolucionario en algunas ideas; o quizás en nuestro interior haya un pálpito que nos indique que ojalá lo hubiera dicho antes. Pero Lucas lo que hace es provocar. Provoca al pensamiento, invoca a la Biblia, convoca a personas de la historia (tradición)… para afirmar que la Reforma necesita una reforma.
Nos presenta a un Lutero dinamizador de la fe rancia, estancada y obsoleta que se había instalado en su época. Aquello fue una encrucijada de caminos que coincidieron y que fueron el caldo de cultivo para lo que vino después. Exceptuando a las “cinco solas”, uno podría pensar que ciertas tesis de Lutero han sufrido una especie de obsolescencia, y que, por lo tanto, hay que enunciar y clavar otras nuevas. No hace, sin embargo, Magnin una demolición de “la fe dada de una vez por todas a los santos”, sino que nos invita a reflexionar sobre la esencia (aquello que tiene siempre validez como conocimiento) de la misma y sobre los aditamentos que a lo largo de los siglos se le han ido añadiendo. Estos aditamentos son anacrónicos; la esencia permanece intacta. Lo que él llama el “edificio teológico” no se va a venir abajo porque hagamos un ejercicio de revisionismo (tesis 3), purificando las costumbres (tesis 5). No es una reforma por la reforma, sino un proceso serio, consecuente, sensato y lúcido de revisión, deconstrucción, meditación y filtración de nuestras ideas sobre Dios y sobre el mundo que nos rodea para reformar nuestra espiritualidad. Y dicha reforma se debe realizar inexorablemente en Cristo (tesis 9), no siendo un lavado de cara o una capa más de maquillaje que tape las imperfecciones y arrugas (tesis 11). Es, en suma, una sincronización de aquellas tesis con nuestra historia actual.
Cada tesis te hablará en tu circunstancia particular o eclesial. A mí me han servido algunas para mi estado espiritual actual, y estoy seguro que otras me servirán para el futuro de la misma manera que otras me hubieran venido bien leerlas en el pasado para no cometer ciertos errores. Una voz profética que resonará a menudo en nuestra memoria y acaso en nuestra conciencia. Hablará de Dios, de la Iglesia, de la Biblia, de la escatología, de ser cristiano, del sacerdocio de todo creyente, y sobre Cristo, ese Cristo que nos hace más humanos y nos dignifica. Ninguna de sus tesis tiene desperdicio, así que te invito a emplear tiempo disfrutando de este libro.
La pregunta sobre la que deberíamos reflexionar es esta: ¿La iglesia siempre debe estar reformándose? ¿Deber ser una ecclesia semper reformanda? o por el contrario, ¿debería ser siempre una iglesia vigilante (ecclesia semper vigilanda)? Porque toda bendición para la Iglesia se encuentra en Cristo, en Él se despliegan toda clase de bendiciones, ¿no será que lo que necesitamos sea un continuo cuidado de que dichas bendiciones no las tomemos como algo ya aséptico, como una especie de placebo para nuestra espiritualidad? La vigilancia es imperativa.
Lucas nos presenta al Lutero más humano, a ese que lucha consigo mismo a causa de su teología; que discrepa consigo mismo, con sus demonios, con su yo para que venza el supremo Otro. Y de cada episodio de la vida de Lutero nos escribe, como si de una metáfora se tratara, una reflexión que nos provoca.
Sirva este libro para despertarnos del letargo; avivar las ascuas humeantes. Será un soplo de aire que avive el fervor por la fe y su praxis; la ortodoxia y la ortopraxia. Una voz profética para la Iglesia postmoderna.
CLIE ha sido la puerta de Wittemberg donde Magnin ha clavado sus 95 tesis para que podamos leerlas a nivel privado y en público, desafiando a un cristianismo que se adormece a ser revolucionarios en el siglo XXI.
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