40 aniversario de la Iglesia Bethel Murcia
El pasado domingo, día uno de junio de este año 2025, tuvo lugar la celebración del 40 aniversario de la Iglesia Bethel de Murcia.
28 DE JUNIO DE 2025 · 22:24

El pasado domingo, día uno de junio de este año 2025, tuvo lugar la celebración del 40 aniversario de la Iglesia Bethel de Murcia. La Iglesia fue fundada por Don José Párraga Rovira en 1985, quien fue su pastor hasta que partió con el Señor el día 31 de diciembre del 2009. A las dos semanas de su fallecimiento ocupó el lugar su hijo Ismael Párraga Rodríguez, quien continuó en el pastorado hasta el 2020. Tras un año de transición, en enero del 2021, fue elegido como pastor hasta la fecha, Israel Jonathan Riquelme Pérez.
Rubén López y Marta López presidieron el acto dando paso a las diferentes participaciones que se fueron sucediendo de manera armoniosa. Hubo tiempo para unas alabanzas al principio y posteriormente un baile flamenco de Priscila López, quien con mucho arte interpretó la canción “Como las alas al viento”, compuesta por Agustín Abellán Malla y popularizada por Rocío Jurado. Los niños también tuvieron oportunidad de cantar y danzar. A continuación, vino un momento muy tierno, donde tuvo lugar la presentación de la pequeña Aina Reverte Gálvez, hija de Josías Reverte y Keila Gálvez. El Pastor Israel llamó al frente a los dos abuelos de Aina, Juan Reverte y el que suscribe, para orar por la bebé ante toda la congregación. Tras unas palabras del pastor, se dio paso a Paqui Terol, alcaldesa de Alcantarilla, y al concejal Luis Salinas, quienes alabaron la fe de los creyentes de la Iglesia Bethel en estos cuarenta años, así como la ternura de la presentación de Aina. El grupo de teatro de la iglesia, dirigido por Mari Reverte García, interpretó una preciosa obra en la que mostraron diferentes escenas bíblicas que se iban sucediendo enlazadas por la simpática joven Davinia. Los actores, de todas las edades, animaron más de una carcajada entre los asistentes, hasta dirigirles a una preciosa reflexión en el momento en que Jesús se entrega por toda la humanidad. Se dio paso a los pastores de las dos iglesias hijas de Bethel, por un lado al pastor Eusebio Perona de la Iglesia Bethel de Mula y por otro, al pastor de la Iglesia Bethel Alhama, Andrés Ruiz. Dieron un saludo los pastores de Costa Rica, William Obando y Gonzalo Mora, que visitaban Murcia para la ocasión.
Hubo tiempo para un vídeo, donde hermanos de diferentes lugares del mundo, que habían colaborado con la Iglesia de Murcia, enviaban saludos y felicitaciones desde Estados Unidos, Australia, Irlanda, Suecia, etc. Luego se dio paso a un precioso vídeo donde muchos hermanos y hermanas de diferentes edades expresaron en pocas palabras lo que había significado para ellos la Iglesia Bethel desde que se convirtieron y que se podría resumir en dos palabras: una familia y un hogar. La Iglesia Bethel, ha sido y es, la Casa de Dios (Génesis 28: 19) que abre sus puertas cada día para que muchas personas reciban la luz de Jesús (Juan 8: 12).
El pastor Israel dio paso al pastor anterior, Ismael Párraga, con quien le unen vínculos familiares. Fue un momento de enorme ternura y significado cuando Ismael alabó la visión y el esfuerzo de sus padres dirigiéndose a su madre Carmen, todavía con vida, quien en su silla de ruedas ya estaba muy mermada en sus capacidades: “Mamá, ¡todo esto es por vosotros, por vuestra obediencia a Dios! ¡Gracias!”. Acto seguido pasaron al frente todos los descendientes de los Párraga y hubo un tiempo de oración por todos ellos.
Entre los pastores de la región que quisieron acompañar a la Iglesia Bethel en su aniversario, estuvo Benjamín Parra, pastor de la Iglesia A los pies del Rey de Murcia, junto con su familia. También se recibió una felicitación de Carlos Peña, presidente del Consejo Evangélico de Murcia.
Fue un tiempo precioso donde el Único que recibió toda exaltación por los cuarenta años de fidelidad, compromiso, fe, amor y esperanza, fue Dios.
Breve historia de la Iglesia Bethel de Murcia
Fue allá por el año 1985, un 17 de Mayo cuando oficialmente se constituyó esta congregación. Y como Dios siempre escoge a gente dispuesta para servirle, en esta ocasión escogió a un hombre honorable, José Párraga Rovira, junto con su esposa Carmen Rodríguez Canet. Don José, murciano de pura cepa, originario de Santa Cruz, en Vereda de los Roviras, en medio de la huerta murciana; y Doña Carmen, de raíces almerienses, concretamente de un pueblecito llamado Canjáyar, situado en la comarca de la Alpujarra, en el valle del Andarax. Ambos viajaron con sus padres de muy niños a Terrassa, buscando, quizá, una mejor vida para la familia.
Cuando era un muchachito de 16 años, José Párraga, que era muy religioso, se cansó de rezarle a las imágenes y sediento de conocer la verdad, comenzó a buscarla en oración sincera a Dios. Un día, cuando José se dirigía en tren de Terrassa a Sabadell para ir al trabajo en una fábrica de telares, se sentó al lado de un chico que leía la Biblia y este joven comenzó a explicarle las Escrituras cuando José le preguntó qué es lo que leía. Antes de separarse el joven le invitó a la iglesia que pastoreaba Don Samuel Vila. Llegado el domingo José fue a la iglesia, donde ese día Don Samuel predicó sobre la oveja perdida. José entendió que él era el perdido y que necesitaba con urgencia rendirse en las manos de Dios. Cuando el pastor Don Samuel Vila hizo el llamado, José Párraga se levantó en respuesta a esa oración que días antes había realizado. El amigo que le llevó a la iglesia no daba crédito de que tan rápidamente pudiera haber entendido el mensaje, y le hizo sentarse, pensando que aún no estaba preparado para que tomara tan importante decisión. Pero su conversión fue firme y radical; no sin dificultades por parte de sus padres.
José Párraga ya conocía a Carmen Rodríguez de verla por el barrio y, claro está, como un buen cristiano bien convertido de los de antes, tiempos de dictadura y de censura por doquier, donde la Iglesia Católica dominaba todos los órdenes de la vida pública y privada de los ciudadanos, y no era fácil ser cristiano evangélico, comenzó a compartir el evangelio con esta jovencita, de quien se fue enamorando. Ella creyó firmemente, hasta el punto de que su madre la castigaba sin poder ir a la iglesia, pero viendo su fuerte convicción, terminó claudicando. José y Carmen se unieron en matrimonio. En Barcelona les nacieron dos hijos y, queriendo una educación evangélica para ambos, viajaron a Holanda con la bendición del pastor Don Samuel Vila. Este les preparó contactos en esa nación y le propuso a José que se formara para ser pastor. En Holanda les nacieron otros hijos y decidieron dar un gran salto a las lejanas tierras de Australia, donde completaron una prole de cuatro niñas y cinco niños. Y como José tenía pasión por Cristo y un llamado pastoral para que las almas se salvasen; Dios los llevó a pastorear una iglesia de habla hispana, donde ejercieron su labor ministerial alternándola con sus trabajos seculares. En Australia estuvieron por varios años experimentando más del Espíritu Santo y al mismo tiempo la iglesia fue creciendo y fortaleciéndose. Un buen día José sintió la necesidad de regresar a España, su país natal, para evangelizar a los españoles; y eso fue lo que hicieron dejando en Australia gente encargada de la Iglesia. Fue duro porque parte de sus hijos quedaron en esa nación y otra parte regresaron con ellos a su país de origen. Cuando se establecieron en Murcia buscaron de inmediato una iglesia donde poder reunirse, y por un tiempo eso fue lo que hicieron. Pero, por diferentes causas, comenzaron a reunirse en su casa de la huerta con sus hijos, juntándose también con ellos algún hermano. También comenzaron reuniones en una casa de Alcantarilla, en la casa de la hermana Gloria, quien a pesar de haber perdido a su marido de muy joven, valientemente sacó a sus hijos adelante, enseñándoles en los caminos de Dios y procurando que su casa fuera una casa donde se enseñara la Palabra de Dios y se glorificara el Nombre del Señor. Por aquel tiempo, a un matrimonio cristiano que venía de Francia cada año por vacaciones, el Señor les mostró que esa colina era la ideal para ubicar ahí una iglesia, para que todo el pueblo de Sangonera la Seca y Alcantarilla supiera acerca de Dios y de la salvación que hay en Cristo. Y justamente se estaba vendiendo un chalet que estaba en ese lugar. José Párraga y su esposa Carmen, junto con algunos hermanos fueron a verlo y doña Carmen dijo: “Éste es el lugar, esto es lo que España necesita”. Así que compraron la casa con bastante terreno alrededor y con dos pequeñas piscinas redondas, donde pasado el tiempo se llevaron a cabo muchos bautismos. Por la gracia de Dios muchas personas fueron salvadas por el Evangelio de Jesús. Pero hubo un hecho que fue crucial, y fue la sanidad que Dios mismo produjo en un niño de corta edad que fue sanado del corazón y eso trajo mucha gloria a Dios. Esto fue un punto de inflexión en la vida de la Iglesia BETHEL. La iglesia creció y ya no se cabía en el saloncito de la casa; así que se echó abajo el chalet y se construyó un edificio de tres plantas, donde cupieran cientos de personas. Mientras se construía el nuevo edifico la congregación se trasladó a un local que llamaban “el bajo de Juan”, donde seguían con las reuniones y actividades. Algunas bodas las ofició el pastor José Párraga en ese “bajo”, dejando bellos recuerdos para todas esas nuevas familias. Terminados los trabajos se trasladaron al nuevo templo de reunión. El templo tiene cocina, un gran lugar para estar los hermanos disfrutando después de las reuniones, cenando juntos y compartiendo buenos ratos, cuenta con un apartamento en la parte de arriba para visitas de hermanos y también una sala grande para reuniones, ensayos de teatro, reuniones de jóvenes, etc. El lugar de reunión se encuentra ubicado entre la planta alta y la baja. El edificio cuenta con una guardería, salas para la escuela dominical y biblioteca. El pastor Don José Párraga, por la generosidad de hermanos holandeses de la Iglesia Reformada, pudo repartir miles de Biblias entre el pueblo gitano. Muchos de ellos lo recuerdan con entrañable cariño. Estableció una Escuela Bíblica que, hasta el día de hoy, a Dios gracias, continúa. También se puso en marcha un punto de misión en Perú, comprándose una vivienda para ubicar un proyecto educativo de preescolar dirigido por un pastor local de la zona con el que colaboramos desde 1994 con material escolar, comida para las familias de extrema pobreza, etc.
Se iniciaron campamentos de niños y jóvenes que en la actualidad siguen realizándose. Se evangelizó en el pueblo de Alhama de Murcia, y Mula; y en ambos pueblos hay iglesias hijas de BETHEL Sangonera. La iglesia de Mula está pastoreada por Eusebio Perona y la de Alhama de Murcia por Andrés Ruiz. También se dejaron establecidas obras en Callosa del Segura y Lorca donde mucha gente conoció el Evangelio. Se compró un terreno a las afueras del pueblo de Alcantarilla que se ha convertido en el albergue BETHEL para campamentos y retiros, donde infinidad de iglesias hacen sus actividades. Todo esto aconteció porque un hombre y una mujer fueron obedientes a Dios. Tuvieron UNA MISIÓN, predicar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Desarrollaron UNA VISIÓN, plantar iglesias donde no había testimonio, donde no había llegado el Evangelio, donde no había iglesias, donde otros aún no habían llegado con la Palabra. No han sido fáciles estos cuarenta años, tampoco nadie dijo que iban a serlo, ha habido luchas, desvelos, cansancio, dedicación, sacrificio, oración, gozo, alegría, gente que va y viene, personas que se salvan y que permanecen. Sin embargo, el Espíritu Santo sigue haciendo Su obra. Dios es siempre fiel y bueno. Usó a los Párraga, quienes dejaron UN LEGADO… y hoy ese legado continúa.
Breve entrevista al pastor actual, Israel Jonathan Riquelme Pérez
Kalei2Kopio. Israel, ¿cuándo te convertiste y cómo fue ese proceso de amar, servir y crecer en el Señor?
Israel. Me convertí al Señor allá por el mes de abril de 1981. Estando en El Ferrol (A Coruña), ahí estaba la base del barco: “el destructor Gravina”, ya desguazado. Éramos poquitos, no teníamos templo como tal, y nos reuníamos en el salón parroquial que nos dejó un cura; y sabía que éramos evangélicos.
Ahí estaba el que fuera mi primer pastor llamado Segundo Navaza, y ahí se hizo una campaña evangelística donde se convirtieron varias personas. Se plantó la iglesia de “Buenas Noticias, Ferrol”.
Estaba yo en la Marina Española y venía de un ámbito escolar muy religioso de acuerdo a la tradición de mis padres. Alguien me empezó a hablar del Evangelio y obviamente pensé que era una secta más, pero con el transcurrir del tiempo, fui entendiendo lo que significaba verdaderamente eso de ser creyente, hasta que tomé la decisión personal de recibir a Cristo y aceptarlo como mi Señor y Salvador. No fue fácil por el trasfondo que arrastraba, pero con la ayuda de este hermano, y de otros me hicieron entender que la salvación no se gana por lo bueno que yo pudiera ser, sino por la fe en la obra redentora de Cristo en la Cruz del Calvario.
Y como casi siempre, los principios no fueron fáciles, tampoco nadie me dijo que lo fueran; así y todo emprendí una singladura que me llevó por momentos difíciles de mi vida. Mis padres no estaban convencidos, en absoluto, de la decisión que había tomado, y la que era mi novia me dijo que si no volvía a la religión “verdadera”, terminaríamos nuestra relación. Yo le dije, básicamente, que yo no iba a hipotecar mi vida personal y espiritual por un volver a mi anterior religión. Así que se acabó aquella relación de una forma abrupta y dramática.
Proseguí en el Camino y, no sin luchas, hasta el día de hoy continúo plantándoles cara al mundo, al diablo y a mi propia carne, que no es poco. Teniendo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no tienen comparación con la gloria venidera. Luché, caí, me levanté, volví a luchar la buena batalla de la fe. Me enseñaron y aprendí, y sigo aprendiendo. Crecí y me desarrollé y sigo peleando la buena batalla. Dios siempre ha sido fiel y bueno conmigo. Me dio una bella mujer, Verónica, y nos bendijo con una hermosa familia.
K2K. ¿Como pastor en esta etapa de la iglesia cómo resumirías en una sola frase los 40 años de historia de la Iglesia Bethel?
Israel. ¿Cómo resumiría los 40 años de historia de la Iglesia Bethel en una frase? Harto complicado. Veamos… Sacrificio, dedicación, sufrimiento, gozo, visión, plantación de iglesias, sanidad y amor. Un cúmulo de situaciones que redundan más bien para el crecimiento de la Iglesia, la extensión del Evangelio y la gloria de Dios.
K2K. ¿Y cuáles son tus expectativas para los próximos 40 años de la Iglesia Bethel?
Israel. ¿Mis expectativas para los próximos 40 años de la Iglesia Bethel? Tengo 63 años más 40 años, igual a 103 años. No creo que viva tanto. Pero si el Señor no viene antes, mi anhelo es ver muchas almas salvadas para la gloria de Dios. Ese es mi deseo y el deseo de cualquiera que ame al Señor. Básicamente porque para eso fuimos llamados, para sembrar la semilla que otros cosecharán.
No es tanto hermosos edificios, que está bien; no es tanto el número de personas, que está muy bien; no es tanto los aires de superioridad que, quizá, muchos anhelan, que no está bien. Pero yo te voy a decir cuál es el mejor legado que le podemos dejar a las generaciones venideras que vienen abriéndose paso: QUE AMEN A DIOS CON TODO EL CORAZÓN, CON TODA LA MENTE, CON TODA EL ALMA Y CON TODAS LAS FUERZAS; Y A SU PRÓJIMO COMO A ELLOS MISMOS (Mateo 22: 37-39). Ahí se encierra todo. Eso es lo que yo espero que haga estos próximos 40 años la iglesia Bethel de Murcia.
Benji Gálvez
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kalei2Kopio - 40 aniversario de la Iglesia Bethel Murcia