Adenda: Itinerario intelectual de Samuel Escobar hacia el Congreso Internacional de Evangelización Mundial de Lausana en 1974 (XI)
Al cumplirse 45 años de la fundación de la FTL, en 2015 en São Paulo, Brasil, Samuel Escobar afirmó: “Me siento anabautista y en el siglo XVI fueron obligados a emigrar de un país a otro por causa de su fe”.
01 DE MARZO DE 2025 · 20:47

En ocasión de los 90 años de Samuel Escobar, maestro generoso, como un pequeño reconocimiento por tanto que he recibido de él.
En la serie publicada en esta sección de Protestante Digital sobre Samuel Escobar intenté dar, a grandes rasgos, el caminar reflexivo y práctico sobre su entendimiento del ser y hacer de los cristiano(a)s. Escobar fortaleció ciertos descubrimientos personales y grupales en su lectura de la Biblia, historia del cristianismo y la realidad latinoamericana, cuando tuvo contacto con la tradición anabautista a partir de 1970.
Lo expuesto por él en el Congreso de Evangelización Mundial en Lausana, Suiza, en 1974, dejó claras evidencias de que era necesario regresar a la Palabra y, sobre todo, al modelo de Cristo, para quitarle el “ropaje anglosajón” evangelicalista que obnubilaba la integralidad de la identidad y misión, a la luz de las enseñanzas bíblicas, del pueblo cristiano en tierras latinoamericanas. Ahora ofrezco un agregado a la mencionada serie, con unas pinceladas, más bien unos pequeños trazos, sobre el andar de Samuel Escobar posterior a Lausana I.
Aunque ya tenía varias participaciones en foros internacionales en los cuales el tema había sido en torno a las características de la misión cristiana, fue a partir de Lausana I cuando Samuel Escobar comenzó a recibir invitaciones de todos los continentes para dar conferencias y talleres sobre misiología. Él mismo lo destacó así: “El genio del movimiento que surgió en Lausana en 1974 fue dar seguimiento a la agenda sugerida por el Pacto en consultas en las que se reunieron practicantes y teólogos [de la misión]. Tuve el privilegio de participar en ese proceso” [1]. Lo mismo sucedió con C. René Padilla, quien coincidió en muchos foros con Escobar y en coautoría de libros.
No es posible en este espacio dar cuenta pormenorizada de la influencia de la voz anabautista representada por Samuel Escobar en las décadas posteriores a Lausana I. Sus conferencias compiladas en libros y las obras escritas por él diseminaron una forma de misión relegada por el evangelicalismo dominante. Escobar ha dejado plena constancia de su anabautismo en varios escritos y cómo influyó esta corriente de la Reforma radical en evaluar y visualizar el futuro de la misión cristiana [2].
Al cumplirse 45 años de la fundación de la FTL, en 2015 y cuya celebración tuvo lugar en São Paulo, Brasil, Samuel Escobar afirmó: “Me siento anabautista y los anabautistas del siglo XVI fueron migrantes, obligados a emigrar de un país a otro por causa de su fe”. Las causas de su migración forzada perfilaron hacer misión desde abajo, despojada del poder social, económico, político y religioso. Escobar agregó: “me siento parte de una diáspora latinoamericana en España. Hoy en día se está comprendiendo mejor el papel que han juzgado las ‘diásporas’ en la realización de la misión cristiana. Aunque hoy se le da un uso secular no debemos olvidar que el término diáspora es de origen bíblico” [3].
En el que tal vez sea su último escrito sobre el anabautismo y la riqueza de su propuesta para el fondo y forma de la misión cristiana, Samuel Escobar puntualiza que la misión de la época del Nuevo Testamento “fue una misión “desde abajo”, llevada a cabo por personas que no representaban un país poderoso o una cultura superior ni tampoco una situación de afluencia económica. La misión desde África, Asia o América Latina en el siglo veintiuno tendrá que parecerse más a la misión de la época del Nuevo Testamento que a la misión anglosajona y europea de los siglos diecinueve y veinte”. Para respaldar su afirmación echó mano de
La experiencia histórica de los anabautistas con su énfasis en seguir a Jesús en el mundo de la persecución y la marginación, por la naturaleza radical de su fe, de rechazar la alianza entre iglesia y poder político, y el ejercicio de la violencia con fines religiosos, propios de la experiencia constantiniana vigente para católicos, luteranos y calvinistas, hizo que adoptaran un estilo de vida dispuesto al sufrimiento. Redescubrieron la validez del modelo de discipulado del Nuevo Testamento, en una experiencia cristiana que suponía una decisión y una opción por Cristo rechazando la visión y los valores de la sociedad ambiente. [4]
Samuel Escobar impulsó, junto con René Padilla, Orlando Costas y otros integrantes de la primera generación de la Fraternidad teológica Latinoamericana, en colaboración con teólogos de África y Asia, la creación de la International Fellowship of Evangelical Mission Theologians (INFEMIT, que con las mismas siglas cambiaria de nombre por el de International Fellowship for Mission as Transformation). Oficialmente INFEMIT inició actividades en 1987, aunque desde 1980 existieron contactos e inquietudes entre quienes consideraban la evangelización como parte integrante de la misión, pero no la misión en su totalidad.
En junio de 1980, para dar continuidad a Lausana I, tuvo lugar en Pattaya, Tailandia, la Consulta sobre Evangelización Mundial. Por la orientación que el liderazgo de la Consulta quiso darle a la misma, “evangélicos radicales [que participaron en] Pattaya reaccionaron enérgicamente contra lo que consideraron un lamentable regreso al pensamiento misionero anterior a Lausana [I]” [5]. Costas hizo una evaluación crítica de lo sucedido en Pattaya y argumentó en favor de profundizar el espíritu de Lausana I [6].
Queda pendiente un análisis de las investigaciones históricas misiológicas de Samuel Escobar, así como de sus propuestas para el ser y hacer de la misión cristiana desde la mirada del anabautismo [7]. Su labor fue reconocida, entre otras organizaciones por la American Society of Missiology (ASM), de la que fue primer presidente en 2001-2002. La ASM instauró el Premio Samuel Escobar como incentivo a sus miembros del sur global o norteamericanos de color en la publicación de su primer libro” [8].
Concluyo con palabras de Samuel Escobar, quien las redactó a la luz de una evaluación de su propio caminar en el entendimiento y seguimiento de Cristo:
Puedo escribir acerca de un peregrinaje teológico reconociendo que mi discurso es solo el balbuceo con el cual trato de “dar razón” de cómo y por qué sigo a Jesucristo, de cómo entiendo que Dios me habla en su Palabra, de cómo discierno los impulsos del Espíritu en medio de su pueblo y hacia el mundo.
Si a Dios hay que amarlo con todo el ser, como enseña el Señor Jesucristo, repitiendo lo que por Moisés Dios había revelado, el peregrinaje teológico de una persona es en realidad su autobiografía. Mi forma de pensar la fe en Jesucristo arraiga en el sedimento que viene desde mi niñez más remota, en la ambición y angustia de mi adolescencia, en las batallas de mi juventud, en las empresas de la madurez y tal vez un día en las memorias de la vejez. Es un peregrinaje con interlocutores: el Señor mismo que nos llama y desafía en su Palabra, los hermanos que nos acompañan o a quienes acompañamos en el camino, el mundo que nos interroga o intenta intimidarnos [9].
Notas
1. Samuel Escobar, “My Pilgrimage in Mission”, en op. cit., p. 210.
2. Samuel Escobar, “Heredero de la reforma radical”, en op. cit., pp. 51-71; Christian Mission and Social Justice, Institute of Mennonite Studies-Herald Press, Scottdale-Kitchener, 1978; “Latin America and Anabaptist Theology”, en op. cit., pp. 75-88; “Notas anabautistas para una misionología latinoamericana”, en Milka Rindzinski y Francisco Martínez (editores), Comunidad y misión desde la periferia. Ensayos en celebración de la vida y ministerio de Juan Driver, Ediciones Kairós-Semilla, Buenos Aires-Guatemala, 2006, pp. 147-164; “La Reforma Radical y la misión integral”, en C. René Padilla (editor). Raíces de un Evangelio integral. Misión en perspectiva histórica, Ediciones Kairós-FTL, Buenos Aires, 2020, pp. 121-140.
3. Samuel Escobar, “Hacer teología en comunidad”, en Alexander Fajardo y David Mesquiati de Oliveira, FTL 45 anos e as fronteras teológicas na contemporaneidade: Consulta Continental 2015, Garimpo Editorial, São Paulo, 2016, p. 153.
4. Samuel Escobar, “La visión anabautista y el futuro de la misión cristiana”, p. 11. La paginación que cito corresponde al compuescrito en Word que me hizo llegar Samuel Escobar. El trabajo fue publicado en revista Protestante de Teología, vol. 3, núms. 1-2, Alcobendas-Madrid, 2017, pp. 23-46.
5. Al Tizon, Transformation after Lausanne. Radical Evangelical Mission in Global Perspective, Regnum Books International, Oxford, 2008, p. 72.
6. Orlando Costas, Christ Outside the Gate. Mission Beyond Christendom, Wipf and Stock Publishers, Eugene, Oregon, 2005, pp. 135-161.
7. Los insumos para la tarea son numerosos artículos y libros de su autoría, particularmente Tiempo de misión. América Latina y la misión cristiana hoy, Semilla-Clara, Guatemala-Bogotá, 1999, para la versión en inglés de la obra el autor agregó dos capítulos: Changing Tides. Latin America and World Mission Today, Orbis Books, Maryknoll, New York, 2002; The New Global Mission. The Gospel from Everywhere to Everyone, InterVarsity Press, Downers Grove, 2003, traducido al español con el título Como comprender la misión. De todos los pueblos a todos los pueblos, Ediciones Certeza Unida, Buenos Aires-La Paz-Barcelona-Lima, 2008.
9. Samuel Escobar, “Heredero de la Reforma radical”, op. cit., pp. 51-52. Sobre su peregrinaje son muy iluminadoras las conversaciones de Samuel Escobar con José de Segovia, que éste transformó en una serie para Al Trasluz de veinte programas. Aquí el link a la emisión final.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Adenda: Itinerario intelectual de Samuel Escobar hacia el Congreso Internacional de Evangelización Mundial de Lausana en 1974 (XI)