James Thomson, inicio de su labor en Latinoamérica

Inicialmente Thomson viaja a Latinoamérica como representante del sistema de escuelas lancasterianas,  y paulatinamente crece su compromiso con los objetivos de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera.

02 DE ABRIL DE 2018 · 12:06

James Thomson,James Thomson, Diego Thomson
James Thomson

Su esforzada labor abrió caminos para una fe distinta a la tradicional y dominante en Latinoamérica. En octubre de 1818 llegó a Buenos Aires, Argentina, James Thomson. Tenía treinta años y en estas tierras sería conocido como Diego.

Los datos sobre la infancia y juventud de James Thomson son escasos. No obstante, la información disponible sobre aquellas etapas de su vida es relativamente suficiente para hacernos una idea del perfil de quien recorrería la inmensa geografía latinoamericana con los objetivos de poner en circulación la Biblia y contribuir al avance educativo de las jóvenes naciones de nuestro Continente.

Tercer hijo de William Thomson y Janet Burnet, James nace el primero de septiembre de 1788, en Creetown, de acuerdo con los registros de la Iglesia presbiteriana de Kirkmabreck, en el condado de Kirkcudbright, Escocia.[1] En su adolescencia Thomson entra en contacto con los hermanos Robert y James Haldane, escoceses revivalistas. Los Haldane, originalmente presbiterianos, son atraídos por un movimiento revigorizador de las cuestiones espirituales que tuvo lugar en Escocia hacia fines del siglo XVIII. A partir de entonces dedicaron sus vidas a promover el estudio de la Biblia y el compromiso diario con la ética cristiana.

A través de la predicación de los hermanos Haldane se convirtieron muchas personas, las cuales comienzan a reunirse en células hogareñas, esto les atrajo la animadversión de la Iglesia presbiteriana, que era la oficial y dominante en Escocia. En 1798 Robert y James fundan la Sociedad para la Propagación del Evangelio en el País. Para 1808 los Haldane se identifican plenamente con las enseñanzas de la Iglesia bautista, y contribuyen a su diseminación en territorio escocés.

Antes de viajar a su primer destino en América Latina, la ciudad de Buenos Aires, en Argentina, James Thomson trabaja con los hermanos Haldane en la Iglesia bautista de Leith Walk, en Edimburgo. Sus mentores tenían decidido compromiso con los esfuerzos misioneros hacia el extranjero, por lo que impulsaban los trabajos de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, así como los de la Sociedad Misionera de Londres. Robert Haldane invita a Thomson, en 1816, para que le acompañe a Francia y Suiza, viaje que finalmente el discípulo se ve impedido de realizar. Entre los varios convertidos en las campañas evangelísticas de Robert Haldane, en el periplo franco-suizo, se cuentan Merle D’Aubigne y Frederic Monod.[2]

El viaje que en 1818 emprende James Thomson hacia Argentina es sufragado por los Haldane y sus allegados, así como el primer año de la estancia bonaerense.[3] Inicialmente nuestro personaje recorre América Latina como agente de un movimiento educativo impulsado por el cuáquero Joseph Lancaster, quien ve coronados su esfuerzos en 1808 con la formación de la Society for Promoting the Royal British or Lancasterian System for the Education of the Poor, que cambia de nombre por el de British and Foreign Schools Society en 1814.[4]

Diego Thomson informó a quienes le comisionaron para realizar obra educativa en América Latina que llegó a Buenos Aires el 6 de octubre de 1818. Lo hizo después de haberse embarcado en Liverpool, desde donde navegó doce semanas y tres días. La mayor parte de los tres meses los pasó enfermo. Poco después de haber llegado se puso en contacto con  personajes del gobierno argentino a quienes les propuso adoptar el sistema lancasteriana en el sistema educativo de la nación.

Se hace necesario detenernos un poco sobre Joseph Lancaster, cuyo apellido quedaría asociado al sistema escolar promovido por Diego Thomson. La pertenencia de Lancaster a los cuáqueros es indiscutible. Al igual que a otros grupos, a los cuáqueros les viene de su entorno exterior el nombre con el que son popularmente conocidos. Se les comienza a llamar en inglés quakers (temblorosos) hacia 1647, dado que en sus reuniones algunos de los congregantes experimentan arrebatos espirituales y los evidenciaban físicamente con temblores. Los cuáqueros prefieren ser conocidos como “Amigos”, y para ello se basan en Juan 15:13-15, donde Jesús se refiere a quienes le siguen como sus amigos y que por ellos daría su vida.

El movimiento cuáquero emerge del agitado fermento religioso inglés de mediados del siglo XVII. George Fox (1624-1691), líder teológico y eclesiástico del cuaquerismo, enseñaba que para practicar las enseñanzas de Cristo eran innecesarios los ministros ordenados y las fastuosas edificaciones. Los cuáqueros, por lo tanto, desde sus inicios fueron anticlericales. La horizontalidad de sus células, que se reunían en casa y/o lugares libres de ornatos litúrgicos, les marcó desde sus orígenes. Dado su no conformismo (oposición a la Iglesia anglicana, oficial en Inglaterra), más de 20 mil cuáqueros fueron castigados y/o encarcelados, y por lo menos 450 murieron en las galeras hasta antes de la promulgación del Acta de Tolerancia de 1689.[5] Es entonces cuando cesan las persecuciones en su contra. Tanto por convicciones bíblico/teológicas, como por haber experimentado en su historia violencia y persecuciones, los cuáqueros son fervorosos defensores de la tolerancia y de las vías pacíficas para dirimir controversias y enfrentamientos personales y colectivos.[6]

El sistema pedagógico promocionado por Joseph Lancaster consistía en el uso de los alumnos más avanzados para servir de monitores a sus compañeros de clase, aquéllos, a su vez eran capacitados por un maestro para que los monitores reprodujeran en los grupos lo aprendido. Así con pocos recursos humanos y materiales podían ser escolarizados amplios números de niños y niñas. Para enseñar a leer a los infantes se hacía uso de cartillas preparadas ex profeso y de la Biblia, a la que se tenía como libro de texto.

El sistema de monitores lo desarrolla inicialmente en Inglaterra el pastor anglicano Andrew Bell, pero es Joseph Lancaster quien lo difunde con más fuerza. Lancaster abre su primera escuela en 1798, localizada en Borough Road, en Londres. Debido a su rápido éxito, el novedoso método de enseñanza recibe apoyo financiero de un importante número de simpatizantes, lo que redunda en la gratuidad de la escuela para los estudiantes. Una diferencia sustancial entre el acercamiento de Bell y el de Lancaster es que mientras aquél solamente se enfocaba en niños de confesión anglicana, el último no hacía distinción en la adscripción religiosa de los infantes.

El cambio de nombre de la Sociedad fundada por Joseph Lancaster se debe a diferencias que con éste tienen otros integrantes del movimiento. Señalan ineficacia financiera, aunque no malos manejos ni corrupción, y conductas violentas de Lancaster hacia los estudiantes. La mayoría decide excluir al fundador, y para diferenciarse de él adoptan un nuevo apelativo, en el que ya no aparece lo de Lancasterian System, como en la identificación anterior.

Respecto a los vínculos de Lancaster con América Latina cabe mencionar que Simón Bolívar lo conoce a él y su método educativo en Londres, en 1810. Entonces queda gratamente impresionado por lo atestiguado, e intenta el envío de docentes venezolanos con el fin de que aprendieran el sistema bajo la enseñanza directa de su fundador. A invitación de Bolívar llega Lancaster a Venezuela en 1825, donde permanece hasta el 18 de abril de 1827, cuando abandona Caracas en compañía de su esposa.

Es importante clarificar que inicialmente James Thomson hace el viaje a Latinoamérica como representante del sistema de escuelas lancasterianas,[7] y que paulatinamente crece su compromiso con los objetivos de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. De tal modo que para 1822, cuando se establece en Perú, su principal tarea es distribuir la Biblia, el Nuevo Testamento y otras porciones bíblicas. Pero antes de entregarse de lleno a ser colportor, Thomson promueve con intensidad el acercamiento pedagógico de Lancaster.

En Buenos Aires le corresponde a James Thomson el haber organizado la primera reunión que se puede caracterizar como protestante. El 19 de noviembre de 1820 en casa de un escocés dedicado al comercio, James Dickinson, nueve personas confluyen y originan un grupo que con el tiempo tendría un cariz presbiteriano (1823) y más tarde metodista.[8] Desde entonces hasta ahora prácticamente no se ha perdido la continuidad entre la célula inicial y su expresión eclesiástica protestante de nuestros días, por lo que están a punto de cumplirse 200 años de la génesis del acontecimiento encabezado por Thomson.

En tres años de labores en la propagación de las escuelas lancasterianas en Argentina, Thomson acumula aceptación y prestigio entre los cuadros dirigentes, a tal punto que cuando está por dejar el país, para dirigirse a Chile, recibe el siguiente reconocimiento:

Buenos Aires, mayo 29 de 1821. Reconociendo el gobierno el interés y empeño que ha demostrado Don Diego Thomson en el establecimiento del célebre sistema de Lancaster para la enseñanza de las primeras letras en esta ciudad; y deseando dar un testimonio auténtico del aprecio con que mira a los extranjeros ilustres y amantes del adelantamiento y prosperidad del país, expídasele carta de naturalización según lo solicita el Excmo. Cabildo a quien se le transcribirá este decreto con remisión de aquella, para que transmitiéndolos a manos del interesado, le signifique los sentimientos y consideraciones que por tal motivo merece esta superioridad.

Durante su estancia en Argentina el promotor de las escuelas lancasterianas visita Montevideo, lo hace en 1820, y para difundir aquel sistema escolar. Por invitación del gobierno de Chile, Thomson decide trasladarse a ese país, al que llega a principios de julio de 1821.

 

[1] Arnoldo Canclini, Diego Thomson: apóstol de la enseñanza y distribución de la Biblia en América Latina y España, Asociación Sociedad Bíblica Argentina, Buenos Aires, 1987, p. 17. A menos que se indique lo contrario, los siguientes datos acerca de Thomson provienen de esta fuente.

[2] Merle Jean Henri D’Aubigne (1794-1872) nace en un poblado cercano a Ginebra. Es uno de los fundadores de la Iglesia evangélica de Suiza. Más conocido por su producción como historiador con obras como Histoire de la Reformation du XVI siecle (5 vols., 1835-1853), e Histoire de la Reformation en Europe au temps de Calvin (8 vols., 1863-1878). Frederic Monod (1794-1863), importante personaje en el protestantismo francés, pastor y fundador de la Unión de Iglesias Evangélicas de Francia. Su hijo Théodore es continuador de la obra de aquel.

[3] Justo Anderson, Historia de los bautistas: sus comienzos y desarrollo en Asia, África y América Latina (tomo III), Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, Texas, 1990, p. 165.

[5] Medida promulgada por el Parlamento, que brinda a los disidentes libertad de culto público, aunque les sigue vedando el acceso a puestos gubernamentales. El Acta excluye al catolicismo, ya que concebía a los seguidores de tal religión como fieles a un poder extranjero.

[6] Sobre los cuáqueros consultar Michael L. Birkel, Silence and Witness: The Quaker Tradition, Orbis Books, New York, 2006; Pink Dandelion, An Introduction to Quakerism, Cambridge University Press, Cambridge-New York, 2007.

[7] El cargo que tiene Thomson en la British and Foreign Schools Society antes de emprender su viaje sudamericano es el de secretario,  en Hans-Jürgen Prien, La historia del cristianismo en América Latina, Ediciones Sígueme, Salamanca, España,   1985, p. 714.

[8] Arnoldo Canclini, op. cit., p. 47.

 

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