Mis lágrimas en tu redoma

Contadas están mis lágrimas. Ninguna de ellas cae sin que tú tengas conocimiento de su recorrido.

17 DE JUNIO DE 2010 · 22:00

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Guardadas en tu redoma, las maceras para obtener el bálsamo que curará la herida que las provoca. Aunque son dolorosas de verter y crean en mí un inconmensurable desasosiego, es necesario que las derrame ante ti, sólo así enjugaré mis ojos y veré con claridad lo que deseas mostrarme. Huiría de esta tristeza si supiera la forma de hacerlo, la abandonaría para volver a tierras fértiles. Pero… imposibilitada estoy para ello. He de aguardar, esperar a que pase la tormenta y pueda así recoger el fruto de mi dolor. He de permanecer en silencio oyendo con precisión los sones que marcas y hacen que mi corazón palpite con la regularidad que debe, aún cuando se siente desgarrado. Descanso al pensar que estás ahí, que llevas las riendas de este duro proceso de adaptación. Estás vigilante, con ganas de mostrar lo que yo ansiosamente quiero ver. Espero… Tú sabes cuándo, cómo. Tú tienes el control, por lo tanto ¿qué he temer?. Sigues guardando en tu redoma todas las lágrimas que vierto, contadas están todas ellas. Lágrimas que harán de mí una persona muy distinta, una mujer con convicciones más profundas. Una mujer que eliminando obstáculos logre arreglar el desorden que hoy la invade para poder presentarme ante ti ataviada de humildad.

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