El incidente, calificado ya de “tragedia nacional”, se produjo en la mañana del martes 10 de junio, cuando un antiguo alumno entró con dos armas de fuego en un instituto de enseñanza secundaria de la ciudad austriaca de Graz y mató a diez personas, siete alumnos y tres profesores.

Otras trece personas resultaron heridas y fueron trasladadas a centros sanitarios, mientras equipos especializados de la policía evacuaban el edificio.

El atacante, de 21 años, se suicidó tras enfrentarse a las fuerzas de seguridad. Aún no se ha revelado su identidad, pero se sabe que poseía legalmente las armas y no tenía antecedentes penales.

El canciller austriaco, Christian Stocker, afirmó ante la prensa que “hoy es un día negro en nuestra historia», ya que la violencia en una escuela «golpea el corazón de nuestro país”.

El gobierno nacional declaró tres días de luto nacional para responder como sociedad a una “tragedia nacional que nos conmociona profundamente”. Se trata del peor atentado de la historia moderna del país.

“Los cristianos tenemos los mismos sentimientos que los demás”

Oliver Stozek, secretario general de la Alianza Evangélica de Austria, declaró a Evangelical Focus que “un acto así te hace sentir impotente, incomprensible e indefenso. Las palabras te fallan”.

“Has oído hablar de actos así en el extranjero, creo que aquí en Austria nadie podría haberlo imaginado. Todo el país está paralizado y en estado de shock”.

Stozek admite que “los cristianos no somos diferentes a nadie, los sentimientos que tenemos son los mismos (...) Y por supuesto nos preguntamos cómo podemos ayudar”.

“Sabemos que no hay que tener miedo a la muerte, como dice Jesús”, añade, pero esta creencia no cambia la trágica realidad de “las familias de las víctimas, e incluso de la familia del agresor”

Lamento y oración

El representante evangélico, sumándose al lamento expresado en toda Austria, declaró a Evangelical Focus que los cristianos también pueden sentirse “impotentes”, pero “nuestro Padre celestial es la fuente de todo consuelo y tiene un futuro para los afectados”.

Esta comprensión del Evangelio es lo que impulsa a los cristianos de Austria a orar por los afectados más directos por el tiroteo, para que puedan “tener un encuentro con el Salvador, que también puede liberales de esta experiencia traumática”, concluyó Stozek.