Una mesa de invitados de 500 metros en honor de Martín y Catalina

Del 13 al 15 de junio, Wittenberg, al sur de Berlín, se traslada en el tiempo a 1525, el año que Martín Lutero se casó con la monja Catalina de Bora, en lo que luego fue un matrimonio simbólico del cambio profundo que sufrió la Iglesia en Alemania y el resto de Europa.

La llamada Lutherstadt (Ciudad de Lutero) conmemora estas bodas cada año, pero los 500 años en 2025 convertirán la ciudad en epicentro de celebraciones.

Tras una boda sencilla y precipitada, Martín y Catalina (él de 41 años, ella, 26) tuvieron seis hijos (2 murieron prematuramente). El matrimonio vivió en Wittenberg, el lugar en el que Lutero se había formado como teólogo y donde difundió las 95 Tesis que iniciaron el conflicto con el papado de Roma.

La ciudad alemana, de 46.000 habitantes en la actualidad, aloja también el museo Lutherhaus (casa de Lutero), que cuenta en sus estancias muchos aspectos de la vida diaria de la familia. En otros lugares, como el Marktplatz (plaza del mercado), hay estatuas conmemorando a Lutero y otros reformadores, como Felipe Melanchthon.

Decenas de miles se esperan este fin de semana, que tendrá como epicentro el ayuntamiento de estilo gótico de la ciudad, y la Iglesia de Santa María, donde Martín y Catalina se casaron, y donde él predicó a menudo.

“Más de 150 paradas del mercado medival, 30 asociaciones históricas,

“More than 150 market stalls, 30 historical associations, artesanía tradicional, música, narración de cuentos y un programa festivo único darán vida al espíritu de la Reforma”, explican los organizadores.

Un desfile de actores interpretando a la famosa pareja, junto a 2.000 invitados, recorrerá la ciudad, con música, y animales que recuerdan al ambiente rural del siglo XVI.

Otro día, 400 niños de clubes, kindergartnes y escuelas de Witternberg tendrán su propio desfile, desde el museo de Lutero. Más atracciones para los niños incluyen juegos de mesa, un carrusel de manivela, un castillo de caballeros, figuras talladas en madera.

Pero además de a las familias, el festival se dirige también a los fans de la Historia, permitiendo acceso a lugares más emblemáticos de la ciudad, que en 2017 ya celebró el medio siglo del inicio de la Reforma.

“En la Coswiger Straße se puede ver cómo los herreros dan forma al hierro con potentes golpes de martillo y los tejedores crean tejidos artísticos a partir de finos hilos”, dice la información previa. “Los sopladores de vidrio crean obras de filigrana, mientras que los escultores y canteros crean impresionantes esculturas a partir de materias primas”.

Como atracción central, este año también se montará en la plaza del mercado la mesa de invitados de boda de 500 metros, donde  hasta 2000 asistentes podrán sentarse a la vez.

Eso sí, el programa detallado de los actos no parece resaltar de forma concreta la fe de Lutero y Catalina, o el papel central que el mensaje de la Biblia jugó en la Reforma, quedándose el festival principalmente en el plano secular y cultural.

Algunas iglesias protestantes en la ciudad sí tendrán servicios dominicales especiales durante el fin de semana, en inglés, además de actos de bendición de parejas.

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