Cristianos en Alepo aseguran que “la situación es muy difícil” tras la ofensiva rebelde en Siria
A las dificultades para conseguir asistencia médica o alimentos, se suma el peligro letal de los bombardeos rusos, que ya han dejado más de 110 civiles muertos.
ALEPO · 05 DE DICIEMBRE DE 2024 · 11:46
Una nueva escalada de enfrentamientos en el noroeste ha reactivado el conflicto en Siria. Se trata de la mayor ofensiva contra el ejército oficial y el gobierno de Bashar al-Assad en años, después de que en 2020 Rusia y Turquía negociaran un alto el fuego que frenó los ataques del Estado para recuperar la ciudad de Idlib.
Ahora, grupos rebeldes enfrentados al régimen de al-Assad desde que la guerra civil comenzó en 2011, tras el fallido intento de derrocar al mandatario, han tomado una amplia extensión de territorio en el noroeste del país, incluida la ciudad de Alepo, la segunda más grande de Siria.
“La entrada de las fuerzas armadas rebeldes en Alepo ha sido muy rápida y supone una gran conmoción para los cristianos de la ciudad, que recuerdan lo que les ocurrió durante los primeros años de la guerra civil”, explica a Protestante Digital desde la misma ciudad de Alepo el pastor Abdallah, de la Iglesia de la Alianza.
Entre las fuerzas rebeldes opuestas al régimen, la más destacada en el ataque que ha supuesto una rápida retirada del ejército del gobierno es la milicia Hayat Tahrir al-Sham, considerada como una organización yihadista por Estados Unidos, Reino Unido, Naciones Unidas y un grupo de países. Y es que, hasta 2016, el nombre de este grupo era Frente al-Nusra y estaba vinculado con Al-Qaeda.
Un escenario complejo
Es difícil comprender los motivos de este ataque en este momento dada la evolución que la propia Guerra Civil de Siria ha experimentado desde 2011, con diferentes momentos de intensidad y actores que en un principio tuvieron mucha presencia pero que la han ido perdiendo, como los rebeldes del Ejército Libre Sirio o el autodenominado Estado Islámico.
La entrada de otros países en el conflicto también ha complicado todavía más el escenario. De hecho, algunos analistas justifican este nueva ofensiva rebelde por la debilidad que pueden haber experimentado algunos de los apoyos externos de al-Asad, como Rusia, enfocada en la guerra en Ucrania, Irán o Hezbolá, que han sufrido graves pérdidas en sus enfrentamientos con Israel a raíz de la Guerra de Gaza. Rusia e Irán han apoyado desde el principio al gobierno de al-Assad, tanto con presencia militar sobre el territorio, como a través de bombardeos. De hecho, en abril de 2024 un ataque israelí a la embajada de Irán en Damasco acabó con la vida de tres altos mandos militares iraníes.
Por otro lado, Turquía también ha intervenido en el conflicto, específicamente en el norte de Siria, y actualmente los grupos rebeldes a los que apoya controlan de facto dos franjas de territorio sirio que limitan con su frontera. La preocupación de Ankara se ha enfocado en las milicias kurdas que controlan el noreste del territorio sirio, dado el conflicto que el gobierno turco mantiene desde hace décadas con los independentistas kurdos. Y es que, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, parece haber visto en la Guerra de Siria una oportunidad para ampliar sus fronteras y poner fin a la cuestión kurda. Por eso, no se ha posicionado a favor del gobierno de al-Assad.
Así, mientras desde Irán dicen estar “firmemente al lado del gobierno sirio y de su gente” y Rusia califica la nueva ofensiva rebelde de “un ataque a la soberanía Siria”, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, señala que “sería un error tratar de explicar lo que ocurre en Siria por cualquier interferencia extranjera” y pide al gobierno sirio que “se reconcilie con su pueblo y con la oposición legítima”.
Por su parte, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania han emitido una declaración conjunta reclamando la “desescalada por parte de todos los actores y la protección de los civiles y las infraestructuras para prevenir más desplazamientos y la interrupción del acceso a la ayuda humanitaria”.
Desde el inicio de la guerra en 2011 se calcula que ha muerto medio millón de personas y otros 12 millones han sido desplazados de sus hogares. En lo que va de esta última ofensiva han muerto más de 700 personas, entre milicianos de Hayat Tahrir al-Sham, miembros de los grupos rebeldes aliados y soldados del ejército del gobierno. De entre las víctimas, al menos 110 serían civiles, 87 de las cuales a causa de los bombardeos de los cazas rusos y del gobierno de Damasco, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Del “pánico” a “interactuar con la nueva realidad”
Desde Alepo, ciudad especialmente castigada por un terremoto que tuvo lugar en febrero de 2023, el pastor Abdallah explica que la reacción inicial de la población tras la entrada de los rebeldes y los yihadistas en la ciudad fue el “pánico”, pero que de ahí ha evolucionado con el paso de los días a una “interacción con la nueva realidad”. No obstante, asegura que “la situación es muy difícil”.
“Los milicianos no han hecho daño a nadie, ni a cristianos ni a musulmanes, y respetan los derechos de todos, prometiendo dar a todos un trato justo y equitativo, independientemente de su fe. Hasta ahora, no hemos sido testigos de ningún daño por su parte a los cristianos de Alepo”, relata Abdallah. “Sin embargo, el futuro es una incógnita”, dice. Y es que, uno de los objetivos declarados de Hayat Tahrir al-Sham es establecer algún tipo de gobierno islámico en Siria, como su autoproclamado Gobierno de Salvación de Siria. “La mayoría de la gente tiene miedo e intenta marcharse, porque si los rebeldes resultan ser extremistas, los cristianos se enfrentarán a un futuro muy funesto. La gente de la iglesia se siente confundida sobre si permanecer en Alepo o huir”, añade.
Respuesta a las necesidades
Con la llegada de los rebeldes a la ciudad y la intensificación de los ataques aéreos por parte de Rusia, la situación humanitaria se agrava en Alepo. “Actualmente no hay oportunidades de empleo, y la gente cobra sueldos o pensiones del gobierno, y los precios de todos los productos básicos son cada vez más altos”, explica Abdallah. “Muy pronto todos los ahorros de la gente se acabarán y no tendrán nada, ni para comprar pan”, dice.
En este escenario, afirma el pastor, desde la iglesia local están “considerando cuál es la mejor manera de proporcionar las necesidades básicas nutricionales y médicas”. “La iglesia en Alepo se ha encontrado en una nueva realidad y sigue haciendo su misión, pero sigue explorando la situación para valorar la mejor manera de ayudar a las personas que viven en esta nueva realidad”, subraya Abdallah.
“Orad para que el Señor nos proteja”
Atrapados en una guerra que no termina y que se recrudece de forma intermitente, los cristianos en Alepo muestran su preocupación por la situación y piden la implicación de la iglesia en otros países. “Por favor, orad para que el Señor nos proteja de los daños del conflicto armado, ya sea de fuerzas externas a Alepo, como los bombardeos de Rusia y del gobierno, o de los conflictos entre los distintos grupos militares, como los rebeldes y las fuerzas kurdas. Que el Señor calme los corazones y ayuda a acabar este conflicto para que podamos vivir en paz”, afirma.
Este pastor en Alepo también pide oración por “sabiduría, valor, poder y los medios para ayudar a la gente y llegar a ellos con el amor y la salvación de Jesús”.
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