En Níger, los cristianos difieren en sus opiniones sobre el golpe de Estado
Desde Asambleas de Dios en la capital, Niamey, aseguran que “la población parece haber aceptado” la situación, aunque otras voces se refieren a lo ocurrido como “algo inesperado”.
NIAMEY · 23 DE AGOSTO DE 2023 · 19:02
Níger ha puesto de manifiesto que la política de alianzas internacionales es delicada. Un golpe de Estado efectuado el pasado 26 de julio por la guardia presidencial contra el presidente Mohamed Bazoum ha llevado a una junta militar a tomar el mando en el país. Desde entonces, el Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria, encabezado por el general Abdourahamane Tchiani, ha realizado distintas acciones con el fin de mostrar que cuenta con el suficiente apoyo popular para seguir adelante. Por ejemplo, un baño de masas en el Estadio de Niamey, con los diferentes ministros de la junta desfilando ante miles de personas.
A nivel internacional, el mensaje general sobre lo ocurrido ha sido y es de rechazo. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) amenazó desde el primer momento a los militares con la imposición de sanciones si no restituían a Bazoum. Ignorado el plazo estipulado, el organismo internacional se debate entre la aplicación de nuevas sanciones y la prolongación de la vía diplomática, o la intervención militar. Por su parte, la Unión Africana ha suspendido a Níger “hasta que se restablezca el orden constitucional”.
“La situación es tranquila”, explica a Protestante Digital el presidente de las Asambleas de Dios en Níger, Ali Moussa Hamani, aunque señala que tanto “las fronteras aéreas como las terrestres permanecen cerradas”. Lo cual, dificulta la llegada de alimentos y medicinas.
Diversidad de percepciones
Hasta el momento, los cristianos en Níger se han pronunciado de diversas maneras respecto al golpe de Estado. “Los cristianos aceptan la situación tal como se ha presentado, sabiendo que las autoridades han sido designadas por Dios. Oran por la paz, la estabilidad y la prosperidad a todos los niveles en Níger”, asegura Moussa Hamani. “La población parece haber aceptado el golpe porque miles de personas han salidoespontáneamente a las calles e incluso al Estadio General [de Niamey] para apoyar a las nuevas autoridades militares”, añade.
Por su parte, el analista nigerino de Puertas Abiertas Illia Djadi asegura sentirse “muy triste”. “Esto ha sido algo inesperado. Níger ha sido un refugio seguro, una isla de paz en una región muy inestable”, remarca. “Aunque el país afronta problemas de seguridad alrededor de sus fronteras, ha sido el único país de la zona capaz de mantener un nivel de seguridad. Hay miles de refugiados en Níger porque se sienten seguros allí […] Níger se une a este grupo de países dirigidos por militares. Se está produciendo una especie de efecto dominó. Malí, Burkina Faso, Guinea, Chad y ahora Níger”, agrega Djadi.
¿Injerencia internacional?
Que la situación en Níger se ha convertido en una cuestión de relevancia en el plano internacional, es algo reconocido por todos. Mientra la junta militar que dirige el país acusa a la CEDEAO de imponerle sanciones “ilegales e inhumanas”, las banderas de Rusia han ondeado en las diferentes manifestaciones en Niamey a favor del golpe de Estado. “Viva Rusia, viva Níger y los nigerinos”, podía leerse en el cartel que sostenía un joven en una de las marchas de apoyo a los militares.
Aunque desde el Kremlin han insistido en una resolución diplomática del conflicto, en las últimas semanas se ha hecho público que uno de los generales golpistas, Salifou Mody, aprovechó una visita oficial a Mali en marzo para pedir apoyo al grupo paramilitar ruso Wagner, según ha explicado el periodista Wassim Nasr a The Associated Press.
En el bloque occidental, la CEDEAO ha pasado de imponer sanciones que han agravado las condiciones de vida en Níger, a dividirse entre miembros partidarios de una intervención militar en el país y los que siguen prefiriendo una solución diplomática, aunque con intereses. Entre los primeros se encuentran Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal, y los segundos son países que, o bien se oponen al uso de la fuerza, como Argelia o Guinea-Conakry, o que están controlados por juntas militares, como Mali o Burkina Faso, y aseguran que interpretarían una intervención militar como un ataque también contra ellos.
Sobre la importancia de Níger en la región oeste del continente africano, Djadi asegura que el país “es el aliado clave de los países occidentales en la lucha contra el terrorismo”. Un argumento que coincide con la preocupación de Francia, la antigua metrópolis colonial que mantenía buena relación con Bazoum y a quien la junta militar también ha acusado de querer intervenir en el país. “Cuando las tropas francesas fueron expulsadas de otras naciones de África Occidental, se desplegaron en Níger. Alemania hizo lo mismo. Ahora se abre una nueva era de incertidumbre”, agrega Djadi.
“Es exactamente lo que ocurrió en Mali”, remarca. “Todo empezó en 2012, con el golpe de Estado por la gestión del gobierno de la rebelión tuareg. Desde entonces, el país no se ha recuperado. Siguen intentando luchar contra los yihadistas. Es un golpe tras otro. Luego ocurrió lo mismo en Burkina Faso. Es un grupo intentando arreglar al otro. Este último golpe en Níger es realmente un enorme revés y motivo de preocupación”, considera Djadi.
Moussa Hamani observa los motivos del golpe de Estado a partir del discurso de la junta militar. “Se debe principalmente a la inseguridad y a la mala gobernanza económica y social”, dicen, y evitan hablar del plano internacional.
Preocupación por las consecuencias de las sanciones
Las sanciones de la CEDEAO en respuesta al golpe de Estado pasan, hasta ahora, principalmente por el aislamiento de Níger. El cierre de sus fronteras dificulta la llegada de alimentos y medicinas, provocando un agravamiento en la situación de millones de personas. Según Unicef, dos millones de niños necesitan ayuda humanitaria en el país.
Desde el Programa Mundial de Alimentos también se han mostrado preocupados por la situación. Alertan de la “inflación” y la “escasez de alimentos”, que empeorarán ya que los agricultores y ganaderos nigerinos dependen en gran parte de “las exportaciones de Nigeria y Benín”. “Esto tendrá un impacto negativo en la productividad”, señalan. La organización pide “que se establezcan rápidamente excepciones humanitarias” a las sanciones para garantizar el abastecimiento de la población.
“Se necesitan alimentos y productos farmacéuticos”, dicen desde las Asambleas de Dios en Níger, al mismo tiempo que piden oración ante la situación. “Las existencias se están agotando y, debido a las sanciones impuestas actualmente a Níger, nada entra en el país”, añaden.
El golpe de Estado en Níger, ¿una oportunidad para el yihadismo?
Ali Moussa Hamani, presidente de Asambleas de Dios en Níger, explica a Protestante Digital que “los cristianos [en el país] consideran que estas nuevas autoridades parecen un poco más imparciales” a nivel de pluralismo religioso (los protestantes representan menos del 1% de la población), y aseguran que “la Iglesia no está siendo marginada en la gestión de los asuntos del país”.
Sin embargo, el problema del yihadismo en Níger (uno de los países con territorio en el que ha operado Boko Haram y ha crecido la actividad yihadista) lleva siendo observado desde hace tiempo por organizaciones dedicadas a monitorear la persecución religiosa en el mundo. De hecho, Puertas Abiertas incluyó al país entre los 50 países más peligrosos para la población cristiana en 2022, y agravó su calificación este año, pasando del puesto 33 al 28. Recientemente, la prensa internacional ha informado de un aumento en la intensidad de la violencia por parte de grupos terroristas en el país desde el golpe de Estado.
Mientras la junta militar ha planteado un proceso de transición de tres años, son muchos los que critican su capacidad para gestionar la compleja diversidad del país en un periodo de tiempo tan extenso. “Lo que ha ocurrido [en Níger] abrirá las puertas a los insurgentes. El ejército tendrá una capacidad limitada para luchar contra los yihadistas”, subraya Djadi.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - En Níger, los cristianos difieren en sus opiniones sobre el golpe de Estado
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