Evangélicos en Sudáfrica ante la crisis permanente en el país: “Sí, la situación es grave”

Con una inflación y una tasa de desempleo elevadas, y una sucesión de gobiernos instalados en acusaciones de corrupción, el país se asoma a escenarios inexplorados.

Jonatán Soriano

CIUDAD DEL CABO · 10 DE MAYO DE 2023 · 15:22

El desempleo en Sudáfrica sobrepasa el 32% de la población, y el 61% cuando se trata de jóvenes. / <a target="_blank" href="https://unsplash.com/es/fotos/Dn7r7-4_6-0#:~:text=Foto%20de-,Julia%20Fiander,-en%20Unsplash">Julia Fiander</a>, Unsplash.,
El desempleo en Sudáfrica sobrepasa el 32% de la población, y el 61% cuando se trata de jóvenes. / Julia Fiander, Unsplash.

Sudáfrica continúa inmersa en una situación de crisis económica, social y política de la que muchos se preguntan si podrá recuperarse. El país se encuentra oficialmente en “estado de desastre” desde el mes de febrero por una escasez de recursos energéticos que ha llevado a la compañía energética nacional Eskom a tener que comprar cerca de 300 MW a productores privados y países vecinos.

Por otro lado, desde la dimisión del expresidente Jacob Zuma, acusado de hasta 800 causas de corrupción, el gobierno del Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés), el partido fundado por Nelson Mandela, se ha instalado en una pérdida de confianza progresiva por parte de la población, que ha salido a la calle para protestar. 

De hecho, el presidente actual, Cyril Ramaphosa, que sustituyó a Zuma tras las elecciones de 2019, también se ha visto envuelto en un escándalo de corrupción, después de que se encontrasen millonarias cantidades de dinero en efectivo en propiedades suyas. No obstante, ha sido reelegido para encabezar la candidatura del partido para las elecciones presidenciales de 2024.

Todo ello, sumado a una creciente desigualdad, con el 10% de la población que posee el 80& de la riqueza nacional, y que según el Banco Mundial sitúa a Sudáfrica como el país más desigual del mundo, han llevado a un estado de crispación social que parece permanente. Un escenario, dicen desde la Alianza Evangélica de Sudáfrica (TEASA, por sus siglas en inglés) que “se traduce en pobreza para muchos hogares, y que se ve agravado por los cortes regulares de electricidad y la corrupción”. “Así que sí, la situación es grave”, asegura su secretario general, Moss Ntlha.

¿Pérdida del estatus de potencia continental?

Sudáfrica es considerada desde hace años la potencia económica del continente africano. Su PIB creció un 200% entre los años 2000 y 2020, según datos compartido por Spectator Index. Su riqueza se basa en la exportación de oro, diamantes y platino, aunque también ha crecido en servicios turísticos y en la industria tecnológica en los últimos años. 

Evangélicos en Sudáfrica ante la crisis permanente en el país: “Sí, la situación es grave”

El país, considerado la potencia continetal desde hace años, se ha visto cada vez más dependiente de importaciones extranjeras. / Jacques Nel, Unsplash.

Sin embargo, el país afronta una crisis económica en los últimos años que le ha llevado a ser introducido en la lista gris (mala calificación) por el Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF, por sus siglas en inglés). 

El país registraba en marzo de 2023 una inflación anual del 7,1%, más de cuatro puntos superior a la de hacer tres años a estas alturas. Una tasa de desempleo del 32,7% de la población, que en el caso de los jóvenes alcanza el 61%, han levantado voces de alarma sobre la situación. 

“Sudáfrica ha tenido una tasa de inflación superior a la de Europa durante muchos años y la inflación no es nada nuevo para el país o la economía, matiza el director de la Red Paz y Reconciliación de la Alianza Evangélica Mundial (PRN-WEA, por sus siglas en inglés), Johannes Reimer, quien conoce bien la realidad sudafricana. 

No obstante, matiza Reimer, “Sudáfrica ha sido incluida recientemente en la ‘lista gris’ del GAFI por no cumplir las normas establecidas por la propia institución”. “Las razones son muchas, pero el principal problema parece ser la captura del Estado relacionado con la Comisión Zondo y la investigación de casos de corrupción, y los problemas asociados”, añade. “Todo ello contribuye a que muchas empresas no estén dispuestas a invertir en Sudáfrica e incluso retiren sus negocios del país debido a la inestabilidad, que a su vez aumenta la inflación”, remarca.

Si la situación no se revierte, consideran desde la Alianza Evangélica de Sudáfrica, el país podría afrontar “nuevas rebajas por parte de las agencias de calificación”, lo cual podría comprometer el estatus de potencia continental. Algo que, para Reimer, podría tener su parte positiva.

“El continente africano sólo puede beneficiarse de la creación de nuevos centros de negocios fuera de Sudáfrica y ésta es una gran oportunidad para que otros países la aprovechen. Los inversores extranjeros sólo buscan países adecuados en África para invertir. También podría ser una llamada de atención para Sudáfrica el hecho de que grandes empresas se marcharan a los países vecinos. Si no se toma en serio esta llamada, Sudáfrica podría sufrir las consecuencias en los próximos años”, subraya.

Crisis política

La crisis política que desencadenó el caso del expresidente Zuma ha traído cola hasta la actualidad. No solo porque su posterior encarcelamiento provocase una oleada de protestas y de vandalismo en el país, en la que más de 200 personas perdieron la vida, sino por su impacto en su propio partido, el Congreso Nacional Africano. La de Ramaphosa en 2019 fue la victoria más ajustada del partido en la historia democrática de Sudáfrica, en la que siempre ha gobernado el ANC, desde que en 1994 Mandela ganase las primeras elecciones. La pérdida de popularidad del partido, sumada a la delicada situación económica y social, y a la mayor dependencia del extranjero, podría agravar todavía más su candidatura de cara a los comicios de 2024.

“El ANC ha dilapidado, durante las últimas casi tres décadas, la confianza pública debido a la corrupción. Esta es la última oportunidad del presidente Ramaphosa y del ANC para demostrar que son capaces de renovar el partido y situarlo firmemente en la senda de la buena gobernanza y la lucha contra la corrupción. Muchos han perdido la esperanza de que puedan hacerlo a tiempo antes de las próximas elecciones de 2024, en las que el pueblo emitirá su veredicto”, asegura Ntlha.

Para Reimer, “el Gobierno de Ramaphosa parecía tener un plan mejor y un liderazgo claro, pero no parece que esto se esté reflejando en todos los ámbitos de la gobernanza”. “La corrupción está muy arraigada en el sistema y no se puede cambiar así como así”, señala. 

Por otro lado, considera “poco probable” que el ANC pierda el control del gobierno a corto plazo. “No creo que esto ocurra en los próximos 10 años, ya que sigue siendo considerado el partido de la liberación. La opción de votar a un partido diferente y la libertad de poder hacerlo no es algo tan evidente para una gran parte de la población. Además, la falta de educación y la ‘miopía’ no ayudan a explorar el panorama político”, dice.

Evangélicos en Sudáfrica ante la crisis permanente en el país: “Sí, la situación es grave”

El encarecimiento de la vida se refleja en la inflación del 7,1% registrada en marzo de 2023. / Leo Moko, Unsplash.

Las iglesias: una labor de calado a largo plazo

Desde la Alianza Evangélica de Sudáfrica ponen el foco de atención en lo que consideran “el cáncer de la corrupción” y cómo confrontarlo. “Las iglesias tienen un papel fundamental que desempeñar a este respecto, ya que, más que ninguna otra organización social, están presentes en todos los municipios y distritos. Esto les permite presionar para que el gobierno local y las empresas asuman una mayor responsabilidad en materia de buenas prácticas medioambientales y de donaciones limpias”, señala su secretario general, Moss Ntlha.

Además, añade que “las intervenciones [de las iglesias] son variadas, dependiendo de dónde se encuentre la iglesia en el contexto riqueza-pobreza”. La educación es una de las intervenciones, iniciada por las iglesias que dirigen el desarrollo de la primera infancia, que se considera una buena forma de construir una base sólida para mejorar los resultados académicos en años posteriores”, subraya Ntlha.

“Hay iglesias con más recursos dirigen escuelas de educación primaria completa. Nelson Mandela dijo una vez: ‘La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede llegar a ser médico, como el hijo de un minero puede llegar a ser el jefe de la mina, como un hijo de campesinos puede llegar a ser el presidente de una gran nación’”, agrega Ntlha. 

En este sentido, Reimer enfatiza en la necesidad de educar para continuar abordando otras de las problemáticas con un arraigo profundo en el país: el racismo. “La brecha racial sigue existiendo, aunque la generación más joven parece ser más liberal en este sentido. Una de las principales razones de que la brecha siga siendo la que es es la educación. La calidad de la educación en las antiguas escuelas ‘blancas’, en comparación con las antiguas escuelas ‘negras’, es inmensa. ¿Cómo se puede esperar que alguien esté bien educado cuando los propios profesores no lo están? Las diferencias son enormes y no pueden anularse en una generación. Lleva tiempo crear una sociedad igualitaria y se necesita un gobierno que tenga en cuenta los intereses a largo plazo y el bienestar de la población”, asegura.

A parte de la educación, dicen desde la Alianza Evangélica de Sudáfrica, “otras iglesias llevan a cabo proyectos de desarrollo de formación y creación de empleo, y otras reparten víveres para alimentar a los más vulnerables”. Todo ello, apuntan en relación con el esfuerzo que supone, se lleva a cabo desde iglesias “que son sencillas y pobres, y carecen de recursos para servir a sus comunidades de forma integral”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - Evangélicos en Sudáfrica ante la crisis permanente en el país: “Sí, la situación es grave”

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