Mucho ha sucedido en Francia en la última media década. Han surgido fuertes debates sobre temas como los ataques terroristas islamistas que conducen a un mayor control sobre las religiones, las crisis en torno a los precios de los combustibles, las restricciones por la Covid-19 y el severo impacto en toda Europa de la invasión rusa a Ucrania.

Pero algo permanece sin cambiar mientras millones de personas se preparan para emitir su voto el próximo 10 de abril. El presidente de la república, Emmanuel Macron, y su principal rival a la derecha, Marine Le Pen, siguen siendo los favoritos. Ya se enfrentaron en la segunda vuelta de la última présidentielle. Entonces, el centrista Macron ganó con facilidad (66% contra 34%), pero las encuestas dicen que la carrera está mucho más reñida ahora en 2022.

“Muchos evangélicos evitan los temas políticos y, a veces, incluso cualquier compromiso cívico, lo cual es una pena”.

¿Los evangélicos se involucran con la política?

¿Pero irán los evangélicos a los colegios electorales el domingo? Depende de cómo entiendan la política, dice Raphael Carrier en una columna en el sitio web Tout Pour Sa Glorie. “No debemos esperar de los políticos lo que solo podemos esperar de Cristo. De lo contrario, nunca votaríamos. Debemos estar dispuestos a votar por una persona imperfecta”, escribe. Una mala comprensión de la política (“Solía ​​exigir a los políticos todas las respuestas”) lleva al desencanto.

Romain Choisnet, portavoz del Consejo Nacional de Evangélicos en Francia (CNEF), también reflexiona sobre esta desconexión con los asuntos públicos: “Veo una interpretación muy cautelosa de la ley de 1905 que prohíbe las ‘reuniones políticas’ en los lugares de culto”, señala.

El editor de la revista francófona Christianisme Ajourdhoui añade otro factor: “Para estas elecciones, la actualidad está cambiando el contexto. El debate ya no se basa únicamente en la división progresista/conservador, que ya había reemplazado a la tradicional división derecha/izquierda, sino también en las divisiones soberanista/globalista, pacifista/militarista, social/liberal”.

A nivel público, ha sido la CNEF (que representa a 31 denominaciones evangélicas y más de 600.000 personas) la que más se ha involucrado en asuntos sociopolíticos, alentando a los cristianos a no ocultar su fe en el trabajo o en la escuela. Para estas elecciones presidenciales han editado un folleto presentando las “convicciones de los evangélicos”.

“Francia ha pasado de un pacto de tolerancia a una política de vigilancia de las religiones”

Evangelical Focus ha preguntado a Thierry Le Gall, director del Servicio de Pastoral de Parlamentarios del CNEF y autor del libro Un avenir, une espérance (2022), sobre cómo ve las elecciones.

Pregunta: ¿La mayoría de los cristianos evangélicos franceses votarán este domingo? ¿Y a quién apoyarán?

Respuesta: Los cristianos evangélicos franceses, según una encuesta encargada por las Asociaciones de Familias Protestantes publicada en diciembre de 2021, votan mayoritariamente a la derecha. El electorado evangélico está generalmente atento a cuestiones de libertad de conciencia, expresión, ética y bioética.

En realidad, encontramos dentro de las iglesias, una sociología del voto que muchas veces está influenciada por la realidad de las condiciones de vida de la población local.

P: Las iglesias evangélicas en Francia son muy diversas étnicamente. ¿Estáis preocupados por una creciente “derechización” de la política que añada más estigmas a las minorías religiosas y étnicas? ¿O aprobaríais este movimiento a la derecha como formar de proteger los valores conservadores que importan a los cristianos?

R: No se puede justificar una política de inspiración cristiana basada en la exclusión y el rechazo del otro. Incluso si estos abusos han existido en el pasado (apartheid, esclavitud, segregación), los cristianos evangélicos franceses son sensibles a la acogida incondicional de su prójimo en el nombre de Cristo.

Sin embargo, existe una verdadera tentación de votar conservador como reacción al desmantelamiento de la ética cristiana en Francia por parte de ciertas corrientes (maternidad subrogada, procreación médicamente asistida para parejas del mismo sexo, legalización de la eutanasia, etc.).

P: ¿Qué ideas darán forma al futuro de Francia en los próximos 10 años?

R: La libertad de expresión religiosa en Francia debe ser vigilad como la “leche al fuego”. En nombre de la seguridad interna del país frente a una minoría islámica radicalizada o politizada, los parlamentarios y el gobierno piden de tanto en cuanto a los líderes religiosos que acepten “mordisquear” un poco nuestras libertades individuales para proteger a la población.

La laïcité francesa, que promueve la tolerancia hacia las religiones desde 1905, se ha visto profundamente transformada por la votación de la ley contra el “separatismo” en 2021. Esta ley convierte a todos los creyentes y practicantes en ciudadanos “separados” cuyas asociaciones deben ser monitoreadas en nombre de la influencia que representan en la sociedad civil.

Hemos pasado así de un pacto republicano de tolerancia a una política de vigilancia de las religiones por parte de las autoridades del Estado.

Se plantea también la cuestión de la enseñanza de la ética cristiana en el seno de las iglesias y de las familias cristianas, que podría ser cuestionada en nombre del “pluralismo” de las opiniones y la mutación de las costumbres en nuestras sociedades occidentales.