Los cristianos en Sudán rechazan el Golpe de Estado y llaman a orar por la paz

El ejército vuelve a tomar el control del poder en el país, solo dos años después del derrocamiento del autócrata Omar al Bashir.

Redacción PD

JARTUM · 29 DE OCTUBRE DE 2021 · 12:12

Un manifestante exhibe una bandera de Sudán después del Golpe de Estado. / RTVE,
Un manifestante exhibe una bandera de Sudán después del Golpe de Estado. / RTVE

Sudán vuelve a vivir momentos de tensión e inestabilidad, después de que el ejército haya depuesto al primer ministro Abdallah Hamdok y al resto del gobierno. Los militares también han disuelto los principales órganos de poder en el país y están reprimiendo con violencia las protestas populares que se han organizado inmediatamente después del anuncio de Golpe de Estado. Cerca de diez civiles han muerto ya a causa de la violencia de las fuerzas armadas, y hay cientos de heridos. 

El general del ejército sudanés Abdel Fattah al Burhan ha asegurado en un discurso desde Jartum que los militares ya habían hecho “todas las concesiones necesarias” para alcanzar un acuerdo con sus socios civiles en la transición que vive el país tras el derrocamiento del autócrata Omar al Bashir, en 2019. Al Burhan ha justificado su rechazo de “todas las propuestas de solución” porque, ha dicho, el resto de partes se encontraban muy polarizadas en sus planteamientos, y ha añadido que la intervención militar se ha realizado por temor a “la desaparición del país y la guerra civil”.

Al Burhan ha remarcado que quiere completar la transición “con plena participación civil” y ha prometido elecciones democráticas para julio de 2023, un año más tarde de lo que figura en los compromisos que adquirió el Consejo Soberano que se formó tras la caída de Al Bashir. Otro de los acuerdos también fue el establecimiento de una presidencia compartida, con un militar al frente durante el primer año y medio, siendo relevado después por un civil. Algo que tampoco se cumplirá. El Ministerio de Información sudanés ha defendido tras la intervención militar la legitimidad del gobierno de Hamdok y ha asegurado que los militares violan la constitucionalidad.

“Es muy importante orar por paz y seguridad para todos Sudán”

Diferentes líderes cristianos en Sudán han reaccionado al Golpe de Estado y han criticado la maniobra de los militares. En declaraciones a Christianity Today, un líder de un ministerio estadounidense que está en contacto con fuentes del país africano, ha asegurado que “es muy importante orar por paz y seguridad para todos en Sudán”. 

El obispo católico de El Obeid y presidente de la Conferencia Sudanesa de Obispos Católicos, Yunan Tombe Trille, también ha lamentado la actitud de los militares y ha dicho a través de un comunicado que “la comunidad internacional debería presionar a la junta para valorar la vida”. Trille también ha pedido a los militares que vuelvan a entregar el poder a manos de una administración civil.

Desde Puertas Abiertas, según recoge The Tablet, el analista Illia Djadi ha manifestado que el Golpe de Estado “sitúa al país en un nuevo periodo de incertidumbre”. Djadi también ha lamentado que, “después de unos años esperanzadores”, el regreso de los militares al poder parece amenazar “todas las garantías de libertad religiosa”.

El presidente de la organización Christian Solidarity Worldwide (CSW), Mervyn Thomas, también ha afirmado sentirse “profundamente preocupado” por la situación en Sudán y ha señalado que la maniobra militar “socava la voluntad del pueblo”. “Las noticias sobre manifestantes muertos y heridos son alarmantes, alzando el espectro de la violencia estatal que se vivió bajo el antiguo régimen”, ha añadido. 

Escenario social difícil

La situación social podría agravarse en el país, después de que los trabajadores del Banco Central de Sudán se hayan declarado en huelga y que el personal médico haya rechazado trabajar en hospitales militares como muestra de rechazo al Golpe de Estado. 

Sudán ha vivido en los últimos dos años una transición democrática que había dejado algunos signos de apertura y de normalización del estado de los derechos humanos. En septiembre de 2020 el país eliminó la condición del islam como religión oficial del Estado, y dos meses antes había abolido la pena de muerte por apostasía. También, en octubre de 2020, el país anunció la recuperación de sus relaciones diplomáticas con Israel.

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