La justicia británica da la razón a Franklin Graham en el caso de la publicidad en los buses de Blackpool
La empresa municipal de transporte de la ciudad eliminó en 2018 los anuncios del Festival de la Esperanza de sus vehículos por la visión de Graham sobre la sexualidad. Ahora, un tribunal asegura que fue un acto de discriminación religiosa.
BLACKPOOL · 06 DE ABRIL DE 2021 · 19:15
Blackpool y su compañía municipal de transporte incurrieron en un delito de discriminación religiosa contra Franklin Graham y la Asociación Evangelística Billy Graham. Así lo ha dictaminado la juez del Tribunal del Condado en Manchester, Claire Evans, encargada del caso de la polémica por la campaña de publicidad del Festival de la Esperanza en Lancashire.
Los hechos se remontan a 2018, año en el que Blackpool acogió en septiembre el evento evangelístico organizado por Graham, y al que asistieron 9.000 personas. Para promocionar el evento, la Asociación Evangelística Billy Graham contrató unos servicios publicitarios en la compañía municipal de transporte de la ciudad, con el fin de incorporar cartelería del festival a los autobuses locales. Sin embargo, 24 horas después de que los vehículos comenzasen a circular con los anuncios, el Ayuntamiento de Blackpool y la empresa municipal de transporte decidieron retirarlos asegurando que era “el resultado de haber escuchado y de haber actuado según la interacción con el público y los consumidores” y que Blackpool es “un orgulloso seguidor de los colectivos LGTBI”.
Días antes de tomar la decisión, muchas personas habían protestado en redes sociales contra la visión de Graham sobre la sexualidad y habían pedido la cancelación del evento por ello. “A este tipo no se le puede permitir un escenario para promover este veneno”, señaló un funcionario público de la ciudad. El laborista Gordon Marsden también aseguró en unas declaraciones a la BBC Lancashire que algunas de las palabras de Graham eran “incompatibles con lo que Jesús dijo”.
Blackpool mostró “un desprecio total por la libertad de expresión”
Franklin Graham se defendió entonces de los ataques asegurando que no iba a Blackpool “para predicar odio”, sino “para predicar un Salvador, Jesucristo, que puede cambiar nuestras vidas si ponemos nuestra fe y confianza en él”. “No estamos aquí para predicar contra nadie, estamos aquí para hablar de Dios”, señaló.
A pesar de ello, la vía judicial se hizo imprescindible para resolver la polémica y, también, qué ocurría con la inversión económica que la Asociación Evangelística Billy Graham ya había hecho por aquellos anuncios. La jueza Evans, que ha publicado sus conclusiones en un documento de 35 páginas, considera que Blackpool mostró “un desprecio total por la libertad de expresión” y que “dio preferencia a los derechos y opiniones de una parte de la comunidad” sin tener en cuenta a los organizadores del festival ni a las personas que sí están de acuerdo con la visión de la sexualidad de Graham.
Además, Evans ha añadido que “todas las religiones y creencias son características protegidas por la ley”. “Los tribunales nacionales y el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos han afirmado constantemente que una sociedad plural y tolerante permite la expresión de muchas creencias diferentes, a veces diametralmente opuestas”, ha reiterado.
Reacciones
Franklin Graham ha asegurado, en declaraciones al The Charlotte Observer, que da gracias a Dios por la sentencia, “porque es una victoria para cada cristiano en el Reino Unido”.
También, el presidente de la junta de la Asociación Evangelística Billy Graham, James Barrett, ha asegurado que “es un día importante para la libertad religiosa y de expresión”. “El tribunal ha afirmado que los cristianos y otras personas con fe que públicamente expresan puntos de vista tradicionales y religiosos sobre el matrimonio y la sexualidad humana, están protegidos por la ley”, ha remarcado Barrett.
En un comunicado conjunto, el Ayuntamiento y la empresa municipal de transporte de Blackpool han asegurado que toman en cuenta el fallo judicial y que llevarán a cabo una revisión de su política de publicidad para comprobar si es necesario realizar cambios. En su respuesta añaden que siguen sintiéndose comprometidos para “promover la igualdad y la diversidad, eliminar la discriminación y aumentar el respeto, la tolerancia y la comprensión” en la ciudad. La justicia deberá concretar ahora a cuánto asciende el perjuicio económico causado a la organización del festival.
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