Cristianos ucranianos condenan la gestación subrogada porque “viola los derechos de la madre y del niño”
Una unión de iglesias pentecostales denuncia el “negocio rentable” de los vientres de alquiler.
Evangelical Focus · KIEV · 18 DE JUNIO DE 2020 · 10:30
Una de las imágenes más impactantes de la crisis de la Covid-19 ha sido la de una habitación de hotel en Kiev, Ucrania, con decenas de recién nacidos de los llamados vientres de alquiler esperando a ser recogidos.
El cierre de fronteras ha dejado a estos bebés aislados, mientras los adultos de países extranjeros que habían pagado por el proceso de subrogación no podían entrar al país. El debate ético sobre la gestación subrogada ha regresado con fuerza a la opinión pública en Ucrania. En las últimas semanas, todo tipo de colectivos sociales han manifestado sus puntos de vista sobre la cuestión de los derechos de los niños y los adultos.
Entre los cristianos ucranianos que han alzado su voz se encuentra la federación de iglesias pentecostales Cristianos por Ucrania, que ha rechazado de forma tajante esta controvertida práctica legal que ha convertido al país en un ‘exportador’ de bebés a otros países de Europa y del resto del mundo.
El colectivo evangélico ha señalado que “condena inequívoca” de lo que consideran como un “escándalo”. El principal obispo de Cristianos por Ucrania, Mykhailo Panochko, ha remarcado que “la gestación subrogada viola los derechos de la madre y del niño, como resultado de lo cual se rompe el vínculo entre el niño y la madre que dio a luz al bebé”.
“La mayoría de la gestación subrogada en Ucrania es comercial, un negocio rentable que convierte a la madre en un objeto explotado y al niño en una mercancía viva”. En esencia, esta subrogación comercial es tráfico humano que se está dando en Ucrania en el siglo XXI”.
El defensor del niño: “Riesgo para las mujeres y los bebés”
El comisionado para los derechos del niño en Ucrania, Mykola Kuleba, ya había expresado previamente su desaprobación de la gestación subrogada, comparándola con “tráfico infantil”. Kuleba también ha puesto atención en una serie de riesgos y peligros tanto para los niños como para la madre.
Según Kuleba, que una madre acepte ser un vientre de alquiler es esclavitud voluntaria, puesto que la mujer solamente accede a ello por razón de pobreza. El defensor del niño también ha denunciado la imposibilidad de las autoridades ucranianas de monitorear el futuro de los bebés nacidos de la gestación subrogada, apuntando que ha habido casos en los que familias “ficticias” han recibido un bebé recién nacido.
La legislación ucraniana permite a las parejas casadas y registradas utilizar los servicios de gestación subrogada en el país.
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