Los holandeses apoyan cada vez más a los políticos protestantes del «cinturón bíblico»

A sólo noventa minutos en automóvil desde Amsterdam, hay un pueblo tan convencido de sus ideales cristianos que hasta insultar está prohibido. Y debido a su defensa del domingo como día de descanso, hasta el cajero automático no entrega efectivo ese día de la semana. Forma parte del llamado «cinturón bíblico» protestante holandés. Holanda, más conocido en el extranjero por sus políticas liberales en materia de sexo, drogas y homosexualidad, es también hogar de un "cinturón bíblico" protestante, que se plasma en pueblos como el mencionado Staphorst. Ante el desarrollo de la felicidad amoral holandesa, que ha desembocado en desencanto y anarquía, un pequeño partido político cristiano protestante, el Christen Unie (CU), está recibiendo cada vez más apoyos; beneficiándose cada vez más de los votos favorables de diferentes regiones de Holanda, debido a una nostalgia evidente por una sociedad más moral en sus leyes y más solidaria y justa con todas las formas de pensamiento. De hecho, ha llegado a formar coalición con el partido socialista, en un proyecto común de respeto y colaboración en sus programas. INTEGRIDAD PROTESTANTE Staphorst está a un mundo de distancia de las grandes ciudades como Amsterdam o Rotterdam, donde las tensiones sociales y raciales están a punto de estallar ante la evidente falta de soluciones realistas y definitivas. El ascenso del CU, liderado por el cristiano evangélico Andre Rouvoet, se ha debido a que este político se ha convertido en un modelo de integridad para muchos votantes, lo que ha alarmado a quienes apoyan los valores holandeses más liberales, pero en la práctica bastante menos íntegros en su forma de actuar. La base de CU siempre ha estado tradicionalmente en lo que se ha llamado “el cinturón bíblico”, pero recientemente este apoyo se ha ampliado y está ganando cada vez más votos en las grandes ciudades; e incluso en el sur, tradicionalmente vinculado a los cristianos católicos. El movimiento protestante holandés, como en otros países, incluye además de la tradicional iglesia protestante -formada históricamente en la reforma de Lutero del siglo XVI- a un creciente movimiento evangélico. Según cifras oficiales, el 41 por ciento de los holandeses no tiene religión formal, el 30 por ciento son nominalmente católicos, el 18 por ciento se declaran protestantes, y un 6 por ciento son de fe islámica.