Nace el primer centro para aprender a perdonar
Qué difícil es perdonar a aquél que ha hecho daño o ha mostrado desprecio, a aquella persona que ha robado o que ha causado cualquier otro mal. Difícil pero no imposible, porque un experto norteamericano ha «redescubierto» el poder del perdón y ha ideado una nueva terapia psicológica que –unida a la fe- permita que las personas dejen atrás su odio y acojan de nuevo en su vida la esperanza perdida.
Madrid · 17 DE OCTUBRE DE 2005 · 22:00
El Instituto Internacional del Perdón está situado en Madison (Wisconsin) y funciona desde 1994, aunque es ahora cuando su éxito ha desbordado a sus creador, el psicólogo Robert Enright. Los pacientes ingresan en él para llevar a cabo la «terapia del perdón» a través de un itinerario en el que las personas deben reconocer que han sido tratadas de forma injusta, lo que les ha afectado emocionalmente y ha provocado en ellos un estado de ánimo airado. El primer paso es estudiar qué es el perdón e intentar aplicarlo progresivamente a través del pensamiento: los médicos les piden que imaginen a su «enemigo» y dialoguen con él para lograr perdonarlo interiormentey así ir forjando el perdón.
LA GRACIA DE DIOS
«De esta forma, poco a poco los pacientes conseguirán perdonar. La siguiente etapa es la del perdón emocional, la apertura de uno mismo a la compasión y al amor hacia este hijo de Dios que le ha golpeado», afirma Enright a la agencia Zenit, quien también sostiene que «estamos seguros de que la gracia de Dios actúa en cada caso». Son considerables las personas que gracias a dicha terapia están cambiando su vida. Los que más acuden a estos especialistas son ciudadanos que han tenido problemas con la droga, matrimonios a punto de divorciarse, jóvenes que se encuentran en prisión o mujeres y hombres que fueron víctimas de algún tipo de abuso.
El Instituto del Perdón redescubre lo que para Robert Enright es «un don de Dios que está íntimamente ligado a su gracia», en la que «la oración (…) y la confianza en la acción de Dios en el corazón humano forman parte del perdón». Los expertos que trabajan impartiendo la psicología del perdón comprenden que «no podemos entender completamente la obra de Dios, por lo que debemos estar abiertos al misterio del perdón sin tener en cuenta el historial personal», aunque «tras veinte años de estudio, todavía nos sorprendemos al ver cómo ateos declarados y fervorosos cristianos perdonan».
Por los innumerables beneficios que provoca, «tratamos de que esté presente en la escuela, en la casa y en el lugar de culto como si fueran comunidades de perdón para que se pueda dar también la paz». ¿Perdonar es posible? Para aquellos que se lo pregunten diariamente, Enright ha vuelto a demostrar que sí lo es y que, además, tiene relación directa con Jesucristo porque «Siempre que se perdona, se entra en el amor de Cristo manifestado por su cruz».
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