La fe es la base de todo lo que hacemos
Todas nuestras esperanzas y aspiraciones apuntan a Jesucristo, porque fue Él quien nos hizo creer que nada es imposible para Dios.
29 DE MARZO DE 2025 · 21:33

Nuestra fe cristiana nos lleva a creer que cada persona es creada a imagen de Dios y merece la vida en toda su plenitud. En nuestro trabajo alrededor del mundo, vemos cómo a niños y niñas se les impide alcanzar su máximo potencial. Vemos cómo la injusticia, la desigualdad, la corrupción y los desastres afectan a la vida y el futuro de los niños en todos los contextos. Allí donde vamos mostramos nuestro compromiso cristiano en nuestro trabajo, llamados como estamos a ser testigos y a servir como reflejo del amor incondicional de Dios.
Impulsados por nuestra convicción cristiana y experiencias, respondemos.
Nuestro llamamiento como organización humanitaria cristiana, de servir a los niños y niñas más vulnerables, lleva a nuestro personal a algunos de los entornos políticos y físicos más difíciles del mundo. Es en estos lugares donde buscamos ver vidas transformadas por Jesucristo, obrando a través de nuestras vidas, hechos, palabras y señales. Creemos que a través de la esperanza, la restauración y la renovación son posibles incluso en los lugares más difíciles, por lo que trabajamos con enfoques de ayuda en emergencias, desarrollo y defensa en contextos donde la infancia más vulnerable lucha por sobrevivir.
Somos parte de un movimiento
La fe desempeña un papel vital en nuestro mundo. Más del 85% del mundo es religioso, y los líderes religiosos son en quienes más confían las comunidades en muchos lugares. Trabajamos con personas de todas las religiones y de ninguna, porque creemos que el Señor puede obrar a través de todas las personas para lograr sus propósitos. No podemos lograr nuestra misión solos; buscamos colaborar con una amplia gama de socios, colaboradores y otras personas para transformar la vida de niños, niñas, familias y comunidades.
Inspirados por nuestra fe y nuestra experiencia en el mundo, vemos que la mayoría de las personas comparten valores comunes como la compasión, el amor y la misericordia, y están dispuestas a colaborar para cambiar la vida de la infancia. Por ello, impulsamos y nos unimos a movimientos por el bienestar infantil, movilizando a todas las personas, incluyendo donantes y colaboradores, cristianos y las iglesias, así como a otros líderes religiosos, instituciones seculares y actores gubernamentales.
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Oramos porque nuestra fe en el Señor nos da la esperanza de que la restauración y la renovación son posibles incluso en los lugares más difíciles. Vemos la esperanza reflejada en vidas transformadas y relaciones restauradas, y tenemos pruebas de que esta esperanza es creíble.
Todas nuestras esperanzas y aspiraciones apuntan a Jesucristo, porque fue Él quien nos hizo creer que nada es imposible para Dios. En Jesucristo, el amor, la misericordia y la gracia de Dios se nos dan a conocer a nosotros y a todos los hombres. De esta abundancia desbordante del amor de Dios encontramos nuestra llamada al ministerio.
World Vision busca estar disponible para que Dios nos use como sus instrumentos para hacer realidad su visión. Esta es también nuestra oración por cada empleado, cada donante, cada comunidad y cada organización con la que colaboramos: que el poder de Dios actúe en nosotros y haga mucho más de lo que nos atrevemos a pedir o imaginar por el bien de cada niño independientemente de su religión, raza, etnia o sexo.
Orad con nosotros por los pobres, los impotentes, los afligidos, los oprimidos y los marginados. Oremos por la esperanza y la dignidad de todas las mujeres y niños. Oremos para que se cuestionen las actitudes y los sistemas injustos y para que se compartan los recursos.
Nieves Carabaña es coordinadora de Relaciones con Iglesias de World Vision
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Infancia plena - La fe es la base de todo lo que hacemos