Las siete puertas: Rut, de Mark Greene
Es la historia de una viuda moabita que se convierte en matriarca de una línea monárquica que no solo llegará al rey David, sino al mismo rey Jesús.
09 DE ENERO DE 2025 · 22:10

Un fragmento de “Las siete puertas: Rut”, de Mark Greene (Andamio Editorial, 2024). Puede saber más sobre el libro aquí.
Rut es uno de esos libros cuyas riquezas nunca parecen agotarse. Puedes leerlo en diez minutos y apreciarlo durante toda una vida.
Superficialmente, es una historia simple y muy corta sobre dos viudas de la Edad de Hierro que intentan encontrar el modo de avanzar en medio de una cultura en decadencia espiritual y caracterizada por una mezcla de hambruna, pobreza, devastación, desplazamientos, migración, amenaza sexual, exclusión, sexismo, racismo y sufrimiento.
También es la historia que cuenta cómo dos de las personas más destacadas y admiradas de toda la Biblia hacen frente a obstáculos raciales, económicos y étnicos, y llegan a casarse.
Además, es la historia de una viuda moabita que se convierte en matriarca de una línea monárquica que no solo llegará al rey David, sino al mismo rey Jesús.
Más profundamente, este libro trata del amor abnegado en acción (chesed). Chesed a veces se traduce como “bondad”, o como “benevolencia”, “misericordia”, “amor” o “compasión”.
Este vocablo aparece tres veces en Rut, pero como concepto es el combustible de la trama y el rasgo distintivo de Rut, Booz, Noemí (en menor medida) y esencialmente, de Dios. De hecho, en los Salmos, se suele aplicar a Dios. Chesed, entendido como “gracia” en español, evoca una generosidad que no se relaciona con el mérito del beneficiario. Es el amor que no tiene por qué ser y, aun así, es.
Después de todo, Dios no tiene que continuar mostrándonos misericordia, ni que seguir perdonándonos, ni tenía por qué enviar a su Hijo a dar su vida para que tuviéramos vida eterna.
La palabra suscita el tipo de amor que va más allá de las convenciones sociales o, incluso, de los requisitos de la ley. El amor de Dios, sin embargo, se expresa de manera muy clara a través de sus leyes, como Jesús explicó en Mateo 22:37-40.
Toda la enseñanza de Moisés y los géneros proféticos son una expresión del amor de Dios, pues todos pretenden ayudarnos a ver cómo amarle a él y a nuestro prójimo.
Chesed, por tanto, incluye y va más allá del amor que una persona comúnmente amable puede mostrar. En su forma superior, es una cualidad de amor que, si alguien te la demuestra, te dejaría absorto, sin aliento ni palabras.
De hecho, es posible que ni te des cuenta. Orfa no hace mal al seguir la orden de Noemí de que volviera con su familia. Pero cuando alguien te muestra chesed, te hace quedarte sin aliento, cautiva tu atención y te deja sin palabras... hasta que vuelves en ti con actitud de alabanza.
Como veremos, Rut es, sin duda, una mujer ordinaria de un lugar sin nombre y una nación de segunda. Pero el amor no solo despierta el asombro y la admiración hacia las personas que se encuentra, sino hacia el sorprendente grado de bendición del Dios del chesed.
Sus acciones, según parece, proceden de un pozo donde se acumula un amor más profundo, que prefigura la expresión perfecta de ese amor más intenso en el sacrificio voluntario de su descendiente: Cristo, el Cordero de Dios.
El ejemplo de Rut se hace todavía más llamativo y fascinante precisamente porque es una mujer común y corriente, una simple campesina. Nos recuerda a todos nosotros que nuestras tan ordinarias vidas cristianas en el trabajo, en la familia, en las relaciones o en nuestra comunidad, son una pieza en los propósitos superiores de Dios en el tiempo y en la eternidad. Y desde luego que lo son.
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