XXIV Olimpiada evangélica en Galicia, historia de sueños

"Atrévete a soñar en grande, porque servir a un Dios pequeño nunca cambió el mundo." Christine Caine

"No hay límites para lo que Dios puede hacer con una vida totalmente rendida a Él." Oswald Chambers

Todo comenzó como un sueño, en realidad sueños que venían del Señor hace muchos años en el corazón de Esther Rodríguez, Directora de la Liga de Testamento de Bolsillo, una mujer de terciopelo y acero, quien cuando recordaba su niñez, echaba mucho en falta algo para los niños evangélicos; ese sueño se hizo realidad en 1985 en Barcelona, resultando en una bendición inmensa que sigue realizándose al día de hoy.

Todo muy bien organizado con diferentes pruebas de Olimpiada, jueces federados y todo lo imprescindible, sobre todo un equipo de personas que siempre ha estado a su lado.

En 1999 comenzaron las mismas Olimpiadas evangélicas en Madrid, también como algo que nunca había existido para nuestros niños y a lo cual podían invitar a niños y padres no creyentes. Algo hecho para disfrutar, pero también con el fin de llevar el evangelio de otra manera ¡no podía caber otra cosa en el corazón de Esther!

Yo la conocía hace mucho de coincidir en diferentes eventos y en alguna ocasión de compartir púlpito con ella. Mi esposo, Tim F. Woodford, la seguía, y el Señor puso en su corazón el mismo sueño que en el de Esther; así que un día la invitó a venir a Coruña, a nuestra casa.

Recuerdo aquellas visitas y aquellas charlas a horas y a deshoras con nostalgia y con mucho cariño, en donde se creó una fuerte amistad y después de consultarlo con el resto del equipo pastoral de nuestra iglesia se hizo realidad.

En junio del año 2000 celebramos nuestra primera Olimpiada evangélica de Galicia con ilusión, cariño y mucho trabajo, resultando igualmente una bendición venida de la mano del Señor.

Un día antes llega Esther con su equipo y se encuentra con el nuestro, aquí quisiera destacar la inmensa labor de Patricia Barreiro, quien después de mi esposo lleva un peso de trabajo y coordinación inmenso.

En todos estos años, de los cuales no hubo Olimpiadas dos años a causa de la COVID-19, este año hemos celebrado nuestra XXIV Olimpiada evangélica de Galicia, coincidiendo con nuestro 150 aniversario como iglesia, ¡todo ha sido excelente gracias a nuestro Dios!

Este año han participado 25 equipos, de 22 iglesias de Galicia; ya que hay tres iglesias que cuentan con tantos niños que se desdoblan en dos equipos, para que todos los niños puedan participar.

Finalmente fueron 568 atletas, con récord de asistencia tanto en número de iglesias como en número de atletas.

Participaron las siguientes iglesias:

Iglesia Unida de Vigo, Iglesia Evangélica de Marín, Buenas Noticias El Ferrol, Mosaico Iglesia de A Coruña, Buenas Noticias de Lugo, -El Camino- Asamblea Hermanos A Coruña, Iglesia Jesús Viene - C. Colombia, El Olivo – Iglesia Evangélica, Iglesia Bautista La Esperanza, Boas Novas Lucus, Cuerpo de Cristo – A Coruña, Misión Cristiana Luz a las Naciones, Primera Iglesia Bautista A Coruña, Amor en Acción – Iglesia, AGUA VIVA Centro Cristiano, Vida Nueva Vigo, Iglesia Pi y Margall Vigo, Asambleas de Dios. Arteixo, Castiñeiras Asamblea de Hermanos, Asambleas de Dios de A Coruña, Asambleas de hermanos – Ares, Ejército de Salvación, Buenas Noticias Pontevedra, Iglesia de Hermanos de Ramallosa, Asamblea de Hermanos Lugo.

Las copas de este año fueron especialmente bonitas, os dejo las iglesias que ganaron una:

• CAMPEÓN- Iglesia Unida de Vigo.

• SUBCAMPEÓN- Iglesia evangélica de Marín

• Buenas Noticias El Ferrol

• Mosaico Iglesia de A Coruña

• Buenas Noticias de Lugo

• - El Camino – Asamblea de Hermanos A Coruña.

Quisiera qué hubierais podido ver las caras de los niños al correr, saltar, los papás acompañando a sus niños pequeñitos, la preciosidad de los relevos, las lágrimas de alegría al lograr una medalla, las de tristeza al perder algo por poquitos puntos, el pebetero, la preciosa mascota...... Me sigo emocionando cada vez que entrego una medalla y mucho más.

Desde aquí, gracias a todos por participar, a los responsables del equipo de cada iglesia, la labor preciosa y desinteresada de los voluntarios.... Y sobre todas las cosas las gracias más infinitas al Señor de nuestras vidas, sin el cual nada de esto sería posible.

“Sí, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y esto nos llena de alegría.” Salmo 126: 3