Confusiones en una primera impresión
Las primeras impresiones reflejan la forma en que nos perciben los demás desde el principio. Aunque no siempre sean definitivas, tienen el poder de influir en las relaciones y oportunidades futuras.
09 DE MARZO DE 2025 · 22:05

La primera impresión que nos llevamos de un lugar, una persona, una situación o, incluso, un objeto, nos empuja a pensar de una forma u otra y nos condiciona. Resulta, pues, que la afirmación del escritor, poeta y dramaturgo Wilde (Dublin,1854-Paris,1900) es, hoy, más actual que nunca.
En una ocasión leí acerca de un hombre al que le ocurrieron varias cosas:
Primero, mientras compraba en un supermercado, alguien consideró que era un ladrón; cuando salia del edificio, un empleado le dijo, disculpe, hay muchos artículos en su carro que no están embolsados, una buena estrategia para quienes roban en las tiendas; pero al ver que eran productos demasiado grandes para poner en las bolsas, se disculpó y le dejó seguir su camino.
Más tarde, en el estacionamiento, una mujer miró su gorro deportivo bordado en dorado y lo confundió con un sombrero militar. Entonces le salió del alma un grito: ¡Gracias por defender nuestro país!
Misma persona, mismo atuendo, mismo carro de compra, y en poco tiempo, para uno era un ladrón y para la otra un militar.
Las primeras impresiones son importantes porque reflejan la forma en que nos perciben los demás desde el principio. Aunque no siempre sean definitivas, tienen el poder de influir en las relaciones y oportunidades futuras.
Cuando damos una buena primera impresión, en principio, mostramos nuestra autenticidad, confianza y respeto hacia los demás.
Estas primeras interacciones crean una base positiva sobre la que se puede construir una conexión más profunda, ya sea en el ámbito personal o profesional.
Además, las primeras impresiones, aunque no siempre sean justas, nos permiten mostrar nuestras mejores cualidades en un corto período de tiempo, lo que puede marcar la diferencia en cómo nos perciben los demás.
Pero, ¿y cuando nos ocurre como al hombre del principio? Porque eso ocurre todos los días millones de veces, y puede traer consecuencias nefastas, ¡absolutamente nefastas!
Permitid que deje con vosotros algunas frases que pueden ilustrarnos bien lo que quiero transmitir:
La vida no se mide por las veces que respiramos, sino por los momentos que nos dejan sin aliento. – George Carlin
No importa cuántas veces fracases, lo que importa es cuántas veces te levantas.– Abraham Lincoln
La paz comienza con una sonrisa.– Teresa de Calcuta
La vida es 10% lo que te sucede y 90% cómo reaccionas ante ello.– Charles R. Swindoll
¿Recordáis lo que nos dice la Escritura en 1ª Samuel 16:7?...“ Pero el Señor dijo a Samuel: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.”
¡Efectivamente! El Señor había desechado a Saúl como rey, tenía motivos, y sabía bien a quien quería como sustituto, un muchacho que para su propia familia era... un pastor de ovejas.
Samuel obedeció al Señor en todo, y al llegar a casa de Isaí y ver a todos sus hijos, ya se empezó a emocionar con el primero, las primeras apariencias, las primeras impresiones, y así fue uno por uno, y el Señor en cada momento le decía lo mismo, conocéis el resto.
Cuando mandaron llamar a David, Samuel quedó... un tanto ¡plof! Pero el Señor que no sólo mira las apariencias, la primera impresión, entonces dijo, es este, es este... El que llegaría a ser el gran rey David, fue curtido por Dios detrás del corral de las ovejas, pero tenía lo principal, un corazón conforme al corazón de Dios.
Todo esto nos invita a reflexionar sobre la importancia de la resiliencia, la actitud positiva y la fe en nuestra vida diaria. No importa los desafíos que enfrentemos, con una mentalidad abierta y la fuerza de Cristo, podemos superar cualquier obstáculo.
Al final, la vida se trata de cómo reaccionamos ante las situaciones que nos suceden, y con fe y acción, podemos encontrar, guiados por Dios, la conclusión correcta.
Ni existen ni creo en las casualidades, esta mañana una querida amiga me envió algo precioso con mi nombre, y estaba escrito... “Deja que tu sonrisa cambie el mundo, pero no dejes nunca que el mundo te la cambie a ti.”
¿Mi sonrisa? Sí y tantas cosas mías, para unos es una bendición y para otros... la primera impresión...
Marquemos una primera impresión no forzada o falsa, sino sincera y real; somos hijos de Dios y embajadores de su reino, hijos de luz; hagamos resplandecer esa luz guiando a otros a Cristo.
¡Señor haz que pueda dar una primera buena impresión sincera y real que lleve a otros a ti!
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