La gloria de Dios en mi soledad

Nuestro Dios desea nuestro amor, desea ocupar el lugar principal y secreto de nuestro corazón.

15 DE ABRIL DE 2023 · 23:45

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Imagen de Bros Man, Unsplash.

“La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo.”

Gustavo Adolfo Bécquer 

 

“Ahora empiezo a meditar lo que he pensado, y a verle el fondo y el alma, y por eso ahora amo más la soledad, pero aún poco”.

Miguel de Unamuno

 

“Las victorias de Dios, no las ganan las multitudes. El hombre que se atreve a ir donde otros retroceden, se encontrará solo; pero verá la Gloria de Dios”.

Gordon Watt

 

En la mañana muy temprano y cuando era casi oscuro, tuve la sensación que en tantas ocasiones de mi vida he podido experimentar, frío, mucha lluvia golpeando en los cristales junto al viento, y aún cuando mi corazón se iba calmando de haber atravesado mil problemas y mi vida comenzaba a resurgir, me puse delante de mi Señor y lo busqué en medio de mil sensaciones encontradas. Estaba completamente sola y todo lo que me rodeaba me hacía sentir una profunda paz en medio de una soledad que sabía que no era real, el Dios de mi vida estaba muy cerca calmando mi frío y toda clase de sentimientos íntimos de mi corazón; pero comencé a meditar sobre lo que significa la soledad de cualquier tipo, de qué forma puede afectar a todos los que rozan mi vida y como puedo actuar ante todo ello.

La Capilla de Santa Helena es una iglesia armenia del siglo XII en el nivel inferior de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, en donde dice la tradición que se encontró la Cruz de Jesús, algo de lo que difiero; creo que muchos lugares reales, por razones obvias, no recogen o son y contienen lo que dicen; pero de todos modos, os dejo algo que, entresacando algunos pequeños párrafos, y llevándolo a un terreno diferente, me parece precioso:

“En la capilla de Santa Helena………………… Una persona oraba así…….. «Aquí pesa tanto la herida de tantos que sufren. Han excavado tu roca, Jesús. Han horadado tu montaña. Han encontrado tu cruz escondida, callada, oculta. Descanso aquí en medio de tu dolor. No me turbo junto a la cruz. Me da paz este lugar de roca. Estoy solo. Todo es santo aquí. Todo está lleno de ti. ¡Cuánto silencio en este lugar de noche! Se alegra mi alma al pensar en ti. Descanso. ……………….. Toco suavemente tu roca hendida, herida. Gracias Jesús por sostener mi cruz».

Obviamente quien escribe está refiriéndose a una cruz real; pero quiero trasladar todo esto a algo espiritual, no a una cruz física que no está; pero sí a la cruz real de Cristo, de su bendita persona y de lo que sentimos al acercarnos a él y experimentar consuelo, descanso, plenitud y llenura de cada uno de los vacíos y dolores por los que podamos estar atravesando.

Todos sabemos que cuando se requiere de alguien que haga algo grande, se le envía a un refugio solitario. Fueron muchos los profetas de Israel que anduvieron y sirvieron en soledad; Juan el bautista andaba solo por el desierto y el Apóstol Pablo dijo con tristeza: “Todos me han desamparado”.

Son demasiadas las ocasiones en las que, aunque nos encontremos rodeados de personas que nos quieren, ni aún quien más nos ame, es capaz de comprender nuestra soledad o nuestro dolor.

¿Sabéis cual es la verdadera razón? Es que nuestro Dios desea nuestro amor, desea ocupar el lugar principal y secreto de nuestro corazón; y este será el único modo en el que él nos bendiga con paz, con todo su amor y compasión; y al poder experimentar esta profunda bendición, nos llevará a poner todo nuestro esfuerzo en compartir las preciosas verdades de Dios con todos aquellos que lo desconozcan y lo necesiten.

Vivimos tiempos en los que muchísima más gente de la que nos imaginamos sufren de soledades, acosos, tristezas… y procuran llenar sus vacíos de mil modos, en redes sociales con muchos “amigos” o en multitud de lugares en los que su soledad y vacío pueden llegar a ser muy fuertes.

Alguien dijo una verdad que me parece preciosa:

“Cada vez que te sientas incomprendido, su voz te llama; porque solamente Cristo puede dar satisfacción al alma, aquellos que caminan con él cada día, jamás sienten la soledad” .

Me encanta el texto de la Escritura…

“Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.” (Isaías 51:2)

¿Quieres ver la gloria de Dios en medio de tu sentimiento de soledad? ¡Simplemente acércate a él, siente su presencia, escúchale, obedece y síguele!

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