Rizpah

Rizpah tuvo el impresionante valor de luchar contra aquellos que querían devorar a sus hijos: una madre coraje puso voluntariamente su vida en la brecha por ellos.

02 DE OCTUBRE DE 2022 · 09:00

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Imagen de Nathan Lumdao en Unsplash.

“Un diamante fue un trozo de carbón que a través de la presión se convirtió en lo que hoy es”. Henry Kissinger.

“Cuando anhelamos la vida sin dificultades, recuérdanos que los robles crecen fuertes con vientos contrarios y los diamantes se hacen bajo presión”. Peter Marshall.

“Permita que Dios use las dificultades y desilusiones de la vida, como pulimento para transformar su fe en un diamante brillante que absorba y refleje Su amor”. Elizabeth George.

Hay una mujer en la Biblia poco conocida para la mayoría, ni tiene una historia maravillosa ni brilla por una serie de cualidades aparentemente excelentes; pero que hoy toca mi corazón de un modo especial. Me estoy refiriendo a Rizpah, y si algo me gusta especialmente para poder conocer un poquito en profundidad a alguien, es comenzar por su nombre.

Rizpa (heb. Ritspâh), para la mayoría “carbón  encendido” o “piedra candente”, incluso, según otras fuentes piedra brillante. A la hora de la verdad, todas las acepciones vienen a decir lo mismo; todos sabemos que el carbón a temperaturas muy altas, se convierte en el más hermoso de los diamantes. Y creo que esto es lo que le sucedió a esta mujer, un carbón sin más que fue sometido a muchísimo, y eso hizo de ella que se convirtiera en la más hermosa piedra brillante. Una mujer no conocida por todo el mundo, con una vida muy complicada; pero de la que podemos extraer algunas increíbles lecciones.

Tan solo hace unos días, algo que no tiene nada que ver, algo que vi por una absoluta casualidad y una pregunta, levantaron la calumnia más fuerte a alguien que os podáis imaginar; esas cosas suceden como tantas otras que son extrañas compañeras de viaje para un creyente, pero ocurren. Cuando esto sucede, siempre tenemos las dos mismas opciones, apartarnos del Señor y salir corriendo, o luchar con fuerza por la verdad y la justicia; en este caso, Rizpah, fue una madre coraje a lo grande, ¡muy a lo grande! No sé cuantas mujeres serían capaces de realizar lo mismo que ella.

Encontramos la historia de Rizpah en 2ª Samuel 21 y es muy dura y muy fuerte.

Saúl había muerto, David es el rey; han pasado 3 años de hambre y David consulta al Señor cual era la razón de esta hambruna.  El Señor le revela que las acciones de Saúl hacia los gabaonitas era la causa de esta.  En el tiempo de Josué, Israel había hecho un pacto con los gabaonitas, pero Saúl quebrantó el pacto.  Como resultado Dios está castigando a Israel. David se acerca a los gabaonitas para saber cómo arreglar las cosas. Los gabaonitas solicitan que siete hijos de Saúl sean ahorcados públicamente.  Los siete hombres sacrificados por la ofensa de Saúl contra los gabaonitas incluyó a los dos hijos de Rizpah, la concubina de Saúl.

¡Ay los gabaonitas! Siempre dando problemas desde la primera vez que, con mentiras, fueron admitidos en el pueblo de Israel; porque se equivocaron de pleno al no consultar con el Señor y admitirlos dentro de ellos sin vuelta de hoja.

La ejecución de los siete hijos de Saúl por parte de los gabaonitas es violenta desde todos los puntos de vista, y nos sorprendemos al ver el cruel abuso de poder. Sin embargo, la naturaleza violenta de la narración se ve interrumpida por las acciones de una madre en duelo. Rizpah hace por sus hijos en la muerte lo que no pudo hacer por ellos en vida, es decir, protegerlos de los depredadores. Aquí, somos testigos de una madre afligida que realiza una vigilia silenciosa sobre los cadáveres que quedaron expuestos en una colina. Ella no pudo evitar que David tomara a sus hijos, y tampoco pudo evitar que los gabaonitas los mataran. Entonces, simplemente hace lo que puede hacer; pero con una fuerza y un coraje que me impresionan. Rizpah tuvo el impresionante valor de luchar contra aquellos que querían devorar a sus hijos: las bestias del bosque, una madre coraje puso voluntariamente su vida en la brecha por ellos. Esta historia que pasa desapercibida para muchos, lleva implícita lecciones que nos pueden ayudar a todos:

1-  En primer lugar, aceptar que el amor de una buena madre por sus hijos,  es una de las cosas más preciosas y grandes de la vida, y esta mujer hizo todo lo que pudo por ellos; lo que no pudo en vida, tristemente lo hizo en muerte. Para cualquier madre, lo sensato es dejarse la piel por ellos, no sólo en su educación secular y demás; también y todavía más importante, su educación y ejemplo viviendo a Cristo en su propia vida, apartarlos de cualquier depredador que les quiera hacer daño y vivir de rodillas por ellos.

2- En segundo lugar, que toda acción mal hecha delante de Dios, trae consecuencias devastadoras tarde o temprano. Simplemente podemos retroceder a unos gabaonitas disfrazados y a un…. “Y los Israelitas no consultaron a Jehová”. Podemos seguir con un Saúl destronado que se siente despechado y mucho más. Las malas acciones traen malas consecuencias inexorablemente.

3- En tercer lugar, Dios siempre da una oportunidad de restauración, no en vano es el Dios de las segundas oportunidades.

4- Y en último y maravilloso lugar, Dios cumple a través de una mujer, una concubina del rey destronado, acusada y apuntada por unos cuantos, la restauración de todo aquello, pasando meses de un horror infinito para remediar el mal cometido con sus hijos.

Me miro a mí misma, y pido al Señor aprender a ser como Rizpah, tal vez un simple carbón encendido que bajo muchísima presión, él pueda hacer de mí el más precioso de los diamantes que brille para su gloria y para iluminar el camino hacia Cristo a un mundo sin Dios y sin esperanza.

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