Cuando la vida te sacude

Ser cada vez más semejante a Cristo es el deseo de cada creyente, y es muy alentador saber que Dios tiene el mismo deseo profundo para nosotros.

27 DE DICIEMBRE DE 2020 · 12:00

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Foto de Seth Schwiet en Unsplash CC.

“Vas caminando con tu taza de café y de repente alguien pasa, te empuja y hace que se te derrame el café por todas partes.

-¿Por qué se te derramó el café?

-Porque alguien me empujó

Respuesta equivocada:

Derramaste el café porque tenías café en la taza. Si hubiera sido té, hubieras derramado el té.

Lo que tengas en la taza, es lo que se va a derramar.

Por lo tanto, cuando la vida te sacude (que seguro pasará) lo que sea que tengas dentro de ti, vas a derramar.

Puedes ir por la vida fingiendo que tu taza está llena de virtudes, pero cuando la vida te empuje vas a derramar lo que en realidad tengas en tu interior. Eventualmente sale la verdad a la luz.

Así que habrá que preguntarse a uno mismo, ¿qué hay en mi taza?

Cuando la vida se ponga difícil, ¿qué voy a derramar?

¿Alegría, agradecimiento, paz, humildad?

¿O coraje, amargura, palabras o reacciones duras?

¡Tú eliges!

Ahora, trabaja en llenar tu taza con gratitud, perdón, alegría, palabras positivas y amables, generosidad y amor para los demás.

De lo que esté llena tu taza, tú eres el responsable.

Y mira que la vida sacude, sacude más veces de las que puedes imaginar”.

 

He de reconocer que desconozco quien es el autor de este mensaje que hace poco llegó a mis manos; pero realmente me ha parecido muy bueno, y digno como para pararme un poquito y reflexionar en lo que quiere transmitir.

Antes de continuar permitid que os deje cuatro textos de la Escritura, acerca de como poder llegar a ser más semejantes a Cristo, que de eso va lo que quiero compartir brevemente con vosotros.

“Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas”. (1 Pedro 2:21)

“Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu”. (2 Corintios 3:18)

“Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó su manto, y sentándose a la mesa otra vez, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros”. (Juan 13:12-15)

“El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo”. (1 Juan 2:6)

No logro sacarme de la mente y el corazón la ilustración que os dejé al principio; ¿qué sale de mí cuando la vida me sacude? Simplemente sale lo que hay, lo que llevo dentro, lo que he ido forjando a través de los años de mi vida al lado de mi Señor. En realidad, el secreto está en ir soltando lo que tengo demasiado apegado a mí que no conviene, y asemejarme cada día más a mi Maestro y Salvador.

Ser cada vez más semejante a Cristo es el deseo de cada creyente, y es muy alentador saber que Dios tiene el mismo deseo profundo para nosotros; de hecho, la Biblia dice que Dios "nos predestinó para que fuésemos hechos conformes a la imagen de su Hijo"; sin embargo, el hecho de que Dios nos transforme en semejanza a Cristo, no significa que podamos sentarnos y ser llevados al cielo en parihuelas y tan ricamente. Este proceso exige muchísima de nuestra cooperación voluntaria con el Espíritu Santo, llegar a ser más como Cristo requiere tanto el poder divino como el cumplimiento de todo lo necesario por nuestra parte. 

Hay tres cosas que me parecen muy importantes y que contribuyen a ser más como Cristo: nuestra entrega absoluta a nuestro Dios, nuestra libertad del pecado y nuestro crecimiento espiritual.

  • Ser cada vez más semejantes a Cristo es el resultado de la entrega a Dios. Pablo escribiendo a los Romanos dice que nuestro culto racional implica una auto dedicación total a Él, ofrecemos nuestros cuerpos como "sacrificios vivos", y nuestras mentes son renovadas y transformadas.

Cuando Jesús le dijo a Leví... "Sígueme", el discípulo dejó inmediatamente sus mesas de dinero; del mismo modo todos debemos rendimos voluntariamente con todo lo que tenemos y somos. Como dijo Juan el Bautista, "Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe."

  • Ser cada vez más semejantes a Cristo es el resultado de la libertad del pecado; puesto que Jesús vivió una vida sin pecado. Cuanto más nos consideramos "muertos al pecado" y vivamos una vida de pureza, seremos más parecidos a Cristo; al consagrarnos a Dios, el pecado ya no es nuestro dueño, y nosotros estamos más claramente identificados con Cristo.

Nuestro Señor Jesús nos invita a seguirlo, a imitarlo, y tenemos su ejemplo de obediencia, amor sacrificial y sufrimiento paciente; también tenemos el ejemplo de los apóstoles, quienes fueron, no sin dificultad, modelados a Cristo.

Cuando se trata de restringir el pecado en nuestras vidas, tenemos la ayuda divina por la Palabra de Dios, la intercesión de Cristo y el poder del Espíritu Santo que mora en nosotros.

  • Y en tercer y último lugar, ser cada vez más semejantes a Cristo es el resultado del crecimiento cristiano. Al principio de ser salvos, somos inmaduros en  sabiduría y en conocimiento, e inexpertos en la gracia y el amor; pero poquito a poco vamos creciendo. En cada una de estas cosas, nuestra responsabilidad es llegar a ser más fuertes y más como Cristo. "Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. "Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos…"

En estos mismos momentos, Dios está trabaja en nosotros: "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. Pero llegará un día, en el que el proceso será completado: "cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. La promesa de ser plenamente semejantes a Cristo en el futuro, es en sí misma una motivación para llegar a ser más como Cristo ahora: "Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro."

¿Qué va a derramar mi taza hoy, mañana, en tiempos de crisis y cada día de mi vida hasta llegar a su presencia?, todo dependerá de mí, de vivir tan cerca de mi Cristo, que tal y como decía el gran siervo de Dios…

“Cercanía a Dios trae parecido a Dios. Cuanto más veas a Dios, más de Dios será visto en ti”. (Charles Spurgeon)

Os dejo con una preciosa canción hecha oración… HEAR MY SONG LORD

 

Escucha mi canción Señor

me inundaste de música,

escucha mis palabras Señor

me llenaste de tanto amor….

Esto es tuyo Señor,

este día te doy.

 

Cuando tengo hambre… tú me das pan vivo,

cuando tengo sed, agua de vida por mí.

No temeré, siempre estás conmigo;

cada necesidad … satisfaces en mí...

 

Escucha a tus hijos, estamos elevando nuestra alabanza a ti.

¡Qué el canto como el incienso se levante ahora a tu trono!...

¡Ven a hacer de nuestras alabanzas tu templo, tu hogar!…

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - Cuando la vida te sacude