Eva Mozes Kor, preciosa historia de perdón

Cuando mi mar esta muy negro, y el haber pasado por esta historia de vida real, me deja el corazón entre muy dolorido y, a la vez lleno de paz; me vienen al alma las palabras de Jesús en la Cruz.

26 DE ABRIL DE 2020 · 10:00

Eva Mozes Kor, en abril de 2016. / Wikimedia Commons,
Eva Mozes Kor, en abril de 2016. / Wikimedia Commons

“Perdona a tus peores enemigos. Nadie puede cambiar mi pasado, que es una cosa terrible. Desde el momento en que perdoné a los nazis, me sentí liberada de Auschwitz y de toda esta tragedia que me ha sucedido. Si no merecen el perdón, ese es su problema”.

Eva Mozes Kor

 

En una noche en la que se me ahoga un tanto la garganta entre una especie de soledad, confinamiento, un aire que parece que ni corre, los tonos más grises, azules, y más verdosos que nunca de mi mar, quiero recordar a vuestro lado una de las más preciosas historias que he conocido jamás… La historia del perdón más absoluto de una mujer, que junto a su hermana gemela Miriam, quienes fueron tremendas víctimas del Holocausto judío; de modo especial a causa de los terribles, absurdos y locos experimentos del tristemente conocido  Dr. Josef Mengele, fue capaz de decir las preciosas palabras escritas en el encabezamiento de este artículo.

En la plataforma, como muchas otras, la familia de Kor fue dividida. A sus dos hermanas mayores y a su padre se los llevaron para ejecutarlos. Poco después la separaron de su madre. Eva nunca volvió a verla; en ese punto, sólo quedaban ella y su hermana gemela idéntica, Miriam.

Las gemelas tuvieron un terrible destino en Auschwitz. Eva y Miriam fueron una de las casi 1.500 parejas abusadas por el doctor Josef Mengele, como bien sabéis apodado Todesengel, “El ángel de la muerte”; Mengele era un oficial y médico nazi que desde el campo de Auschwitz-Birkenau llevaba a cabo experimentos arbitrarios en los niños.

Los nazis estaban interesados en los secretos de la fertilidad, le dijo Kor a CNN en el 2016, y los investigadores creían que descubrir la genética detrás de los gemelos haría que las madres alemanas dieran a luz más hijos, lo que contribuiría en el crecimiento de la raza aria.

Los sádicos métodos de Mengele resultaron también ser infames y casi siempre tuvieron horribles consecuencias. Muchos de los llamados gemelos de Mengele murieron.

 Escribió Kor en el 2015:

“Tenía dificultades para adaptarme al hecho de que no era nadie ni nada, solo una masa de células para ser estudiadas”.

Como parte de la serie de CNN Voces de Auschwitz, cuando conmemoraba el aniversario número 70 de la liberación del campo, Eva describió cómo Mengele la inyectaba cinco veces al día con sustancias que ella desconocía….

“Después de una de esas inyecciones me puse muy enferma”, recuerda. “A la siguiente mañana, el doctor Mengele entró. Se dirigió a los otros doctores y, riendo sarcásticamente, dijo: ‘¡Qué lástima! Es tan joven. Solo le quedan dos semanas de vida’ ”.

Si Eva hubiera caído, Miriam habría recibido una inyección en el corazón, que la hubiera matado instantáneamente. Mengele les habría hecho entonces, autopsias comparativas; pero Eva sobrevivió y, por eso también, su hermana.

Las experiencias de Kor en Auschwitz la impulsaron a trabajar sobre el tema, enseñando sobre la memoria, la comprensión y, sorprendentemente... ¡El perdón!

Cincuenta años después de ser llevada a Auschwitz, Eva Mozes Kor regresó, y se encontró cara a cara, con Hans Munch, un doctor nazi que, a pesar de que nunca trabajó en ese campo de concentración y exterminio, conocía a sus captores.

Parada junto al doctor, ella le pidió que documentara todo lo que sabía sobre las cámaras de gas; quería agradecerle a él por eso, porque fue algo muy importante que hizo, por aquellos que sobrevivieron a Auschwitz y también por todos los que murieron.  

Eva necesitó cuatro años para redactar la carta en la que perdonaba a los nazis que le hicieron daño en Auschwitz.

Después de vivir en Israel y posteriormente trasladarse a Terre Haute, Indiana, Eva Mozes Kor fundó el Museo del Holocausto CANDLES en 1995, con la misión de prevenir los prejuicios y el odio a través de la educación.

La protagonista de nuestra historia de hoy, fue reconocida y premiada en multitud de ocasiones, fue doctora honoraria de diferentes lugares e instituciones, llevó premios de todo tipo, fue distinguida por diferentes gobernantes y muchísimas otras cosas; pero lo cierto es que se merecía todo eso y más, después de, ya no solamente por  lo que sufrió y superó; sino el gran ejercicio de perdón absoluto y sincero hacia aquellos que tanto mal le habían causado.

Cuando mi mar esta muy negro, y el haber pasado por esta historia de vida real, me deja el corazón entre muy dolorido y, a la vez lleno de paz; me vienen al alma las palabras de Jesús en la Cruz…

 “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”. Lucas 23:34 …

¿Sabían realmente los que estaban crucificando a Jesús lo que estaban haciendo?

¿Sabían los nazis lo que estaban haciendo?

¿Sabía Mengele lo que estaba haciendo?

¿Sabe cualquier persona que nos agravie, y de un modo fuerte lo que está realmente haciendo?

¿Aquellas palabras de Jesús en la Cruz eran reales o retoricas?

Creo sinceramente que, son muy pocas las ocasiones en las que alguien que pueda estar haciendo un mal del tipo del que hemos escrito hoy, pueda no darse cuenta, o no ser consciente…. Salvo muy raras excepciones; y creo que Jesús sabía bien lo que estaba diciendo.

La Escritura no nos obliga en ningún momento a callar, soportar vejaciones increíbles…

Pero hay una enseñanza muy importante para mi en todo esto. Si una mujer como Eva Mozes Kor, fue capaz de hacer lo que hizo, y si mi Jesús soportó todo aquello por amor a ti y a mi…

Yo, hija del Dios vivo que entregó a la muerte a su propio hijo por amor a mi, creo que antes de nada, estoy obligada a actuar del mismo modo…  ¡Yo perdono! del resto, se encarga el Dios que todo lo sabe. El amor y el perdón tienen que ser un distintivo básico en mi; porque sirvo… ¡Al gran Maestro!

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