Fructificando en la gestión empresarial (3): Paz

La paz, en el contexto que Pablo enseña a los Gálatas, tiene que ver con armonía, concordia, equilibrio. ¿Cómo lo aplicamos a nuestra vida empresarial?

04 DE OCTUBRE DE 2022
11:00 CEST
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Imagen de Alexandre Chambon en Unsplash.

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Con el amor como motivación principal en nuestros negocios y el gozo como una actitud permanente en nuestra vida profesional, entramos en un nuevo elemento del fruto del Espíritu Santo que nos ayudará a mantener un perfecto equilibrio en nuestra vida: la paz.

Y es que la paz, en el contexto que Pablo enseña a los Gálatas, tiene que ver con armonía, concordia, equilibrio. Vamos a analizar este elemento en nuestras facetas empresariales como clave de éxito en nuestra vida interior y en su resultado visible a las personas que nos rodean.

Como dijo el griego Petrarcas: “Cinco enemigos de la paz habitan con nosotros: avaricia, ambición, envidia, ira y orgullo; Si estos fueran desterrados, deberíamos disfrutar infaliblemente de paz perpetua”. Como lideres empresariales cristianos, ¿conseguimos desterrar estos enemigos de la paz en nuestra aventura empresarial?

Todo se inicia en el interior de la persona, en una gestión eficaz de las áreas de la vida para conseguir el equilibrio

No hay duda de que todo se inicia en el interior de la persona, en una gestión eficaz de todas las áreas de nuestra vida para conseguir un equilibrio, una armonía que contribuya a ser personas libres, sin ataduras y que transmiten paz en sus actividades.

Tenemos a nuestra disposición metodologías para conseguir la paz interior, pero Jesús nos enseñó que la paz verdadera, la que proviene del conocimiento y de la comunión con Él, no es como la sociedad la entiende (Juan 14:27). Una de las acepciones de la palabra paz es la de unión, equilibrio y ésta también tiene que ver con todas las áreas de nuestra vida: empezamos con el área espiritual, con la relación Dios y yo.

¿Qué armonía y unión existe entre nuestro yo y Dios en nuestra cotidianidad empresarial? ¿Descargamos en Él nuestras preocupaciones, contamos con Él para la ejecución de nuestro plan de negocio, buscamos su complicidad en nuestras expectativas de futuro?

La paz empieza manteniendo una relación íntima con el Dios de Paz.

No cabe duda de que la siguiente área, la relacional, es la que mayor frustración genera a una gran parte de los empresarios y ejecutivos de nuestra sociedad. Mantener un equilibrio entre la vida familiar y la vida profesional al parecer no es fácil, ya que la demanda por las dos partes es alta y es aquí donde debemos gestionar este asunto con mucha delicadeza, pero también con mucha determinación.

No es fácil mantener el equilibrio entre la vida familiar y la vida profesional, por lo que debemos abordarlo con delicadeza y determinación

¿Compensa los resultados económicos que nuestra gestión empresarial genera a favor de nuestro cónyuge y familia cuando para ello, descuidamos o no invertimos el suficiente tiempo para ellos?

En mis inicios profesionales en la gestión tuve que pasar mucho tiempo fuera de casa y precisamente cuando mis hijos eran pequeños y mi esposa necesitaba de más ayuda. Gracias a Dios, mi esposa tomó esa carga y pudimos gestionar nuestra vida para que hubiera una cierta armonía en nuestro hogar, pero siempre me queda la duda si podría haber hecho más por mi familia en cuanto al tiempo de dedicación y a la calidad de éste.

Existen otras áreas de nuestra vida, como la salud, el tiempo, el área intelectual que no debemos olvidar ni sacrificar por nuestra actividad empresarial.

Pero este equilibrio interno debería resultar en efectos apreciables para nuestro prójimo, ya sea en ámbito familiar, relacional y profesional.

Existen iniciativas empresariales, como por ejemplo la Fundación ideas para la Paz en Colombia – FIP, que tienen como objetivo generar conocimiento, desarrollar prácticas y acompañar procesos para contribuir a la construcción de una paz estable y duradera en Colombia, que es digno de resaltar y, en este caso, utiliza la generación de iniciativas empresariales para contribuir a la paz social del país. Pero de lo que trata este elemento del fruto del Espíritu Santo es más bien de conseguir una paz, un equilibrio interno como clave de éxito y en este caso, en nuestra gestión empresarial, es decir, consigamos la paz interior para fructificar en nuestros negocios.

No cabe duda de que si además contribuimos a la paz en la sociedad con nuestro trabajo vamos a conseguir mayor satisfacción personal.

¿Somos ejemplos de equilibrio personal a nuestros empleados o colegas? ¿Transmitimos suficiente confianza a nuestro alrededor para contagiar paz y serenidad?  Dios nos llama a ser pacificadores, como distintivo de los hijos de Dios (Mateo 5:9).

La paz es una clave de libertad. Disfrutemos plenamente de nuestra profesión, dedicando el tiempo necesario y la calidad de éste a nuestras relaciones, a nuestra salud, a nuestro crecimiento intelectual y espiritual. Todo ello nos llevará a ser lideres empresariales cristianos ejemplares, que es lo que la sociedad necesita.

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