El día 7 de diciembre se celebró la inauguración de Casa Nueva, el punto de referencia y encuentro para la Iglesia Centre Cristià de Mallorca, formada por unos 1.500 miembros, la mayoría de ellos de la ciudad de Palma.

El acontecimiento tiene su importancia histórica. Son pocas las iglesias en Baleares que tienen un edificio construido expresamente para su uso, siendo la mayoría de los locales adaptados en los bajos de edificios residenciales o en algún caso en un polígono industrial. En Mallorca existe una pequeña congregación que se reúne todavía en un edificio anterior a la Guerra Civil, otra tiene un edificio que tuvo que tener denominación de fábrica adjunto a un bloque de pisos que se construyó en pleno franquismo. Otra congregación hizo su edificio con sus propias manos en los años 60, ya con menos trabas.  Pero el Centre Cristià de Mallorca, con sus aproximadamente 1.500 miembros mayormente en Palma, ha luchado para construir un local capaz de albergar a algo menos de la mitad. Con el nuevo local todavía será necesario dividir la congregación en dos turnos.

Un lugar amplio y versátil

El edificio tiene 4 plantas, con un garage y almacenes tanto para la necesidad del edificio, como de su obra social;  en el segundo sótano, aulas; cocina y comedor en el primer sótano; y la sala principal ocupa la planta baja y buena parte de la primera, siendo también parte de la primera para la administración y despacho pastoral.

Hace ya dos lustros que la iglesia comenzó a soñar y orar por una solución a su necesidad de espacio. Gracias al Señor y a muchos donantes tanto locales, como de otras partes de la Península y del mundo entero entraron los fondos necesarios para su construcción.

Ilusión y futuro

Para la inauguración se organizó una serie de actividades especiales para el puente, con la inauguración propiamente dicha el jueves 7 por la tarde. Asistieron un representante del Govern y un Conseller del Ayuntamiento de Palma, juntos con la Defensora de la Ciudadanía de Palma y su adjunto recientemente destituido. También estuvo el arquitecto y pastores y representantes de las federaciones evangélicas de España y Baleares.

El acto, que comenzó cantando el himno “Sublime Gracia”,  fue presidido por Jonatán Rodríguez quien destacó que esta ‘Casa Nueva’ para la congregación tiene deseo de ser una casa abierta a la comunidad. Miguel Navarro, presidente del Consell Evangèlic de les Illes Balears, hizo un breve resumen de la historia de los evangélicos en las islas, desde la fundación de las primeras congregaciones en Mahón y Sa Pobla. Su deseo era que fuera un lugar para hablar de Cristo, que sus miembros sean agentes de cambio en la comunidad y que esta casa nueva sea lugar para encontrarse con el Creador.

Juan Carlos Escobar, de parte de las Asambleas de Dios, destacó el gran sacrificio que han hecho los miembros y otros para hacer realidad este lugar que, sin embargo, no es sino un paso hacia el futuro. Mirando atrás destacó el impacto de los evangélicos en la sociedad desde la reforma del siglo XVI en asuntos como la democracia, la educación y la ayuda al necesitado.

Por parte de la Ferede, Carolina Bueno nos recordó que estamos en días de celebrar la Constitución, un documento que nos concede la libertad de culto, recordando que en anteriores constituciones, particularmente la de 1812, no hubo tal derecho. Nos animó a aprovechar esta libertad para el bien de la sociedad y el avance del Evangelio.

Anna Moilanen, Defensora de la Ciudadanía, ha hecho mucho para ayudar en el proyecto. Estuvo especialmente agradecida por las muestras de compromiso con los débiles, mostrando los mejores valores. Juan Manuel Lafuente, Conseller del Mar en el Govern de Baleares, valoró la solidaridad. Reconoció que el edificio es un hogar para esta comunidad, apreciando que también está abierta para la sociedad en general.

 

 

 

 

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Finalmente el pastor principal Daniel Rodríguez nos animó con un mensaje sencillo, pero profundo, desde Juan 3:16. Hizo referencia especial a la historia del esclavista John Newton quien, después de su conversión escribió el himno que había abierto el acto. También hizo mención al mallorquín más reconocido hasta nuestros días, Ramón Llull, quien después de su conversión quiso conquistar el mundo no cristiano por el amor y la persuasión, la apologética, en lugar que por la fuerza. La Palabra de Dios tiene poder para persuadir cuando la presentamos en amor, como hizo Jesús en la conversación que encontramos en el Evangelio de Juan capítulo 3.

Los siguientes días también ha habido una serie de actividades para abrir este edificio a la comunidad: desayuno para líderes de las iglesias de la isla junto con invitados; culto unido; programas especiales para jóvenes, talleres, etc..