“Seguir afirmando la inspiración y la inerrancia de las Escrituras en nuestro tiempo es uno de los grandes retos para los cristianos”
La fiabilidad de la Biblia ha centrado la atención en la segunda edición de las jornadas Desafío XXI, organizadas por la Facultad IBSTE, y que ha reunido a líderes españoles de la teología protestante.
CASTELLDEFELS · 30 DE MAYO DE 2023 · 18:39
La Facultad Internacional de Teología IBSTE ha celebrado la segunda edición de las jornadas Desafío XXI. Una propuesta de reflexión académica y teológica sobre temas de relevancia actual para la iglesia española, según han explicado desde la institución.
Mientras que el año pasado la iniciativa se centró en la apologética y la renovación del culto, en esta nueva edición la Biblia en sí ha acaparado la atención del discurso, con el tema “Inspiración, fiabilidad y autoridad de las Escrituras”. En concreto, en los aspectos de la inerrancia y la infalibilidad. “El propósito ha sido poder ayudar a la iglesia local, a pastores y obreros, dando argumentos desde una perspectiva conservadora. Es difícil obedecer algo en lo que no tengamos una plena confianza”, ha explicado el rector de IBSTE, Manuel Martínez, que también ha remarcado que el objetivo era el motivar a “confiar más en la Palabra de Dios”.
Combinando, por primera vez, la modalidad presencial con el formato en línea (los vídeos de las plenarias se pueden consultar aquí), y a través de un programa dinámico, con conferencias de distintas temáticas y con un grupo diverso de líderes del ámbito de la teología protestante en España como invitados para impartir las charlas, el evento ha abordado distintos aspectos relacionados con la cuestión de la inerrancia y la infalibilidad de la Biblia. Desde IBSTE han recordado que el material de las conferencias se basa en un libro escrito por los participantes en las jornadas y que será publicado en los próximos meses.
Un repaso a la historia
Andrés Messmer, profesor de la Facultad IBSTE y del Seminario Teológico de Sevilla, ha desarrollado un cuadro general sobre “Inerrancia bíblica en la historia de la iglesia”. Citando a varios padres de la iglesia ha señalado que hubo un consenso en la época patrística sobre la inerrancia de la Biblia y que la postura “conservadora” fue también la predominante en la Edad Media. “Vemos una misma historia en estas primeras etapas de la iglesia, y eso va a continuar en la época de la Reforma. Las cosas no cambiaron hasta la Época Moderna”, ha señalado.
A partir del siglo XVI, y “debido a la influencia de los jesuitas”, ha matizado Messmer, “la Iglesia Católica Romana tomó una postura que se centró más en la influencia humana, mientras los protestantes, por su influencia patrística y agustiniana, tendían más hacia la influencia divina”.
El cambio de paradigma se dio en la Época Moderna, con la Ilustración y la revolución científica y tecnológica. Aunque sería injusto tachar de liberales a todos los que plantearon dudas sobre la fiabilidad de la Biblia, dice Messmer, y pide un esfuerzo de empatía por comprenderlos también en su tiempo, en el que se dan cambios “epistemológicos” profundos en Occidente, sí concluye con que el siglo XIX marca un antes y un después en la cuestión, incluso hasta la actualidad. “Seguir afirmando la inspiración y la inerrancia de las Escrituras en nuestro tiempo moderno ha sido uno de los grandes retos para los cristianos”, afirma.
La Biblia, la pastoral y la ética
La conexión entre la percepción de la fiabilidad de la Biblia en la historia de la iglesia hasta la actualidad se ha planteado a través de dos cuestiones principales: la pastoral y la ética.
Manuel Martínez ha intervenido en cuanto a la primera, señalando que “es necesario evaluar nuestra pastoral” y que “existen algunos cambios que ya por sí solos requerirían una revisión de la pastoral”. “Algunas denominaciones fundadas en una exégesis contemporánea han roto con pautas éticas que hasta ahora parecían inquebrantables, por ejemplo, aceptando la ideología de género o las relaciones ecuménicas”, ha lamentado Martínez.
Además, ha señalado el valor especial de la Biblia en la enseñanza desde la pastoral, afirmando que “en su nivel como expresión de la revelación de Dios no tiene parangón ni equivalente en este periodo”. “La cuestión de la pastoral es qué método, qué fundamento y qué mensaje transmite la actividad en sí. De lo demás, hablaremos de todo, como hacía Lutero”, ha señalado.
En cuanto a la ética, Berend Coster, también profesor de la Facultad Internacional IBSTE, la ha puesto de manifiesto desde la relación entre una ley que nos condena y un evangelio que nos justifica, y ha señalado que la ética apunta hacia ese espacio de vida responsable que hay entre uno y otro. “Podemos comprender la ética bíblica por medio del concepto de la sabiduría. Es la práctica de vivir moralmente bien, con uno mismo, con el prójimo y con Dios”, ha remarcado.
Coster ya había abordado antes la cuestión de la revelación profética y la fiabilidad de la Biblia subrayando que la profecía es revelación del consejo de Dios y una comprensión sobrenatural de la vida, que es la comprensión de la verdad de Dios. “Toda la Biblia es revelación de la Palabra de Dios, revelación constante y continua”, había señalado. “Unidos en y por el canon, los libros proféticos, tienen una autoridad que por otra parte no tendrían. Recibimos el canon como un registro del pacto, una historia constitucional que garantiza una verdad fundamental de Dios”.
Definiendo los conceptos de inerrancia e infalibilidad
El teólogo y escritor alemán José Hutter, colaborador habitual de este medio, también ha participado en las jornadas para aportar una definición de los términos de inerrancia e infalibilidad. “Infalibilidad se refiere a que la Biblia no contiene errores en cuanto a lo que enseña, e inerrancia quiere decir que la Biblia no solamente no contiene errores en lo relativo a la enseñanza de nuestra fe, sino que tampoco se equivoca al hacer afirmaciones sobre ciencias naturales e históricas”, ha explicado.
Hutter ha detallado una serie de puntos que es necesario considerar para comprender las ideas en las que se basan los conceptos. “La doctrina de la inerrancia no puede resolver problemas específicos, sino que facilita los parámetros para dirigirnos hacia una solución. Tampoco es la garantía de que podemos resolver todos los problemas que aparecen en la Escritura. No exige que los autores bíblicos siempre usaron un lenguaje gramatical correcto. La inerrancia no descarta el uso de hipérboles. No exige precisión histórica o semántica. Lo esencial es que la afirmación sea adecuada para su contexto. Tampoco requiere el uso de lenguaje técnico de la ciencia moderna, ni exactitud verbal en las citas del Antiguo Testamento. No exige la reproducción de las palabras exactas de Jesús, sino que es suficiente que el texto exprese el sentido de lo dicho por Jesús. La inerrancia no requiere que las fuentes que citan los protagonistas bíblicos sean inerrantes, sino que los respectivo errores se reproducen de forma fiel”.
Ante las complejidades de pensar en una comprensión respecto a tales ideas, Hutter ha señalado que la creencia “en un Dios Todopoderoso no debería suponer ningún problema con la aceptación de un libro que nos habla de forma veraz acerca de todo lo que menciona”. “Lo que no es posible metodológicamente es que una persona que excluye lo sobrenatural, juzgue un libro sobrenatural con un método natural. Es una contradicción”, ha añadido.
¿Y la crítica textual?
Los profesores de IBSTE Matthew Leighton y Shane Hudson han abordado la inerrancia e infalibilidad de la Biblia desde la cuestión de la crítica textual. Antes de ello, Leighton ya había hablado de la relación de estos conceptos con la teología sistemática, señalando que es imposible acercarse al texto sin ideas preconcebidas. “Lo que ya piensas acerca de Dios, influye en el entendimiento del texto. Por eso debemos formular nuestra teoría hermenéutica en base a lo que hacemos cuando leemos el texto”, ha señalado.
Además, también ha remarcado que “hay una relación recíproca entre el texto y la interpretación”. “Hablar de la necesidad de leer según la guía de nuestro sistema teológico no rebaja la autoridad de las Escrituras, sino que más bien la exalta, porque el marco es un resumen de las Escrituras. Nos acercamos con un fiel resumen”, ha dicho.
En el apartado de la crítica textual, tanto Leighton como Hudson han repasado el desafío que supone siempre afirmar la fiabilidad del texto y a la vez acercarse con una actitud crítica en cuanto a su formato y composición. No obstante, ha puntualizado Leighton, es necesario tener en cuenta que “Dios ha considerado a bien inspirar el texto infalible de la Biblia y luego dejar su transmisión por medio de un proceso falible”.
Hudson ha hecho énfasis en cómo revertir ese aspecto negativo para dotar todavía de mayor fortaleza el argumento de la fiabilidad de la Biblia. “La presencia de material peculiar y chocante en los evangelios es una prueba de que esas historias sobre Jesús son verdaderas. El registro de la vergüenza que causaron algunos de los pasajes más difíciles acerca de Jesús nos da una mayor confianza en la fiabilidad de la Biblia”, ha destacado.
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