El viernes 15 de octubre el juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Castellón ordenó la retirada cautelar de 32 libros distribuidos en once institutos públicos de la ciudad y en un centro de menores que habían sido enviados por la Concejalía de Cultura. La demanda fue propuesta por Abogados Cristianos, contando con el apoyo de la Confederación Valenciana de AMPAs y APA (COVAPA) que se ha mostrado consternada por lo que consideran un contenido inadecuado para menores.

En declaraciones a Religión Confidencial, la presidenta de la confederación de padres y madres que agrupa a unas 250.000 familias, Sonia Tarrero, explicó la “indignación que nos han trasladado los padres por estos libros repartidos por la Concejalía de Cultura, y que no podemos ni debemos permitir los padres que desde las administraciones públicas hagan y deshagan como quieran, haciendo de nuestros hijos herramientas políticas de adoctrinamiento”.

“No podemos considerar igualdad o respeto unos libros que lo único que generan son odios y que generarían problemas educativos donde no los hay”, expresó Sonia Terrero. “Es una pena derrochar dinero en estos libros, y no en infraestructuras educativas o apoyo pedagógico, y no hay diálogo con los padres, nos tienen miedo y nos quitan nuestros derechos”. Por todo ello, la presidenta pide a los padres que “hagan llegar a COVAPA todo cuanto atente a los derechos de las familias e la educación, no les dejaremos solos nunca”.

Inclumplimiento

La orden del juez, sin embargo, ha sido ignorada por los representantes políticos, por lo que los libros continúan en las bibliotecas de los institutos. Por ello, la asociación de Abogados Cristianos ha presentado otro recurso para que se retiren ya estos libros tras ver la respuesta “de los políticos locales y autonómicos” ante la decisión judicial.

Mónica Oltra, vicepresidenta de la Comunidad y miembro de Compromís, advirtió “los libros se quedan”. Por su parte Verónica Ruiz, concejala de Cultura, defendió la inclusión de los libros porque “tenemo la convicción de que regalar estos libros en los centros educativos contribuye a la inclusión y al respeto a la diversidad”.

Diferentes entidades de la ciudad se unieron para defender el “derecho a la libertad de expresión” y al colectivo LGTBI de lo que consideran un ataque por parte de Abogados Cristianos. Según Mónica Oltra, la Ley LGBTI de la Comunidad establece que todas las bibliotecas deben contar con un fondo bibliográfico específico en materia de diversidad sexual, familiar, de género y desarrollo sexual. “Seguiremos en pie, venga una asociación de juristas que tienen más de fascistas que de cristianos o venga quien venga”, recalcó Oltra.

Distintos actores políticos nacionales e internacionales -incluso el presidente de Argentina, Alberto Fernández- se han pronunciado para mostrar su apoyo a la Generalitat.

Contenido de los libros

Algunos de los libros llevan estos títulos: “Cómo superar un bollodrama”, “El fin del armario”, “Transeducar. Arte, docencia y derechos”, “Un año sin nombre”, “Yo soy así y eso no es un problema”, “La cultura de la homofobia y cómo acabar con ella” o “A la conquista del cuerpo equivocado”.

En los libros destinados a alumnos menores de edad se encuentran afirmaciones tales como las siguientes: “si estás follando con tres gintónics encima, una raya de coca y compartís un porro, eso no es el chemsex (fusión de las palabras inglesas ‘chemical’ y ‘sex’ que hace referencia al uso de drogas para prolongar la actividad sexual durante horas, generalmente entre hombres y múltiples parejas), eso es una fiesta de toda la vida”, o “vale que te hagas un enema importante de vez en cuando porque quieres ir a una orgía y te conviene saber que no llevas sobrepeso oculto. Una vez, ocasionalmente, no es malo”.

En el índice de otro de los libros, se pueden ver algunos de los temas tratados como “El lado positivo del porno”, “Orgías con luz y a oscuras”, “El chemsex desde dentro”, o “Buscando p… mientras paseas. El cruising”. Otro 

Abogados Cristianos ha interpuesto una querella contra Verónica Ruiz por prevaricación, delito de odio, provocación sexual e incitación a la práctica sexual a menores de 16 años. Los letrados aseguran no entrar en la libertad de los autores a la hora de escribir sino en el “adoctrinamiento” a los menores en las aulas.

Polonia Castellanos, presidente de esta asociación recuerda que con estos libros están intentando “adoctrinar a los menores, defendiendo la pornografía, el sexo con drogas y atacando a las religiones, no sólo no es educación, sino que es un delito”.

De hecho, recuerda que “el contenido no sólo incluye contenido sexualmente explícito, sino que recurre al constante escarnio de las religiones. No sólo a la católica, también al Islam, el judaísmo y la religión evangélica”. Así, se pueden encontrar capítulos con los siguientes títulos: “Al obispo le dan por el culo”, “Chaperos en el Vaticano”, “Alá no es grande y Jesús no nos ama” o “Una p... para el pastor”.