“Los cristianos nos tenemos que hacer notar, por talento y talante”

Cristóbal López, nuevo coordinador del Grupo Federal de Cristianos Socialistas (PSOE), considera necesario que más militantes cristianos “salgan del armario religioso” y participen en política.

Pedro Tarquis , Redacción PD

MADRID · 02 DE NOVIEMBRE DE 2020 · 22:49

Cristóbal López, coordinador federal de Cristianos Socialistas. / Vida Nueva Digital,
Cristóbal López, coordinador federal de Cristianos Socialistas. / Vida Nueva Digital

El Grupo Federal de Cristianos Socialistas cuenta con un nuevo coordinador nacional. Se trata de Cristóbal López Villatoro, hasta ahora secretario de organización de la agrupación Centro Sevilla capital.

Cristóbal López, católico, conversó con Protestante Digital sobre la acción de Cristianos Socialistas, su ilusión y retos ante esta nueva etapa, en la que espera que el grupo federal pueda transmitir “el alma del socialismo” a las dinámicas del partido, mostrando que “hay alternativa al egoísmo, la mediocridad o el individualismo”.

Para López, es fundamental que más militantes socialistas cristianos “salgan del armario religioso”, para que de esta forma no sean otras minorías organizadas las que marquen el devenir del partido en asuntos ideológicos o morales. El nuevo coordinador de la federación apuesta en todo caso por tender puentes, enfatizando la mediación como estrategia fundamental ante la crispación en la sociedad y política actual. 

P. Explícanos cómo se integra Cristianos Socialistas en el PSOE.

R. Somos un grupo federal dentro de la secreatría del área de laicismo. Y como coordinador federal, de forma ideológica, yo defiendo que somos el alma del socialismo. Detrás de cada acción, cada presupuesto, hay una idea, un alma. La voluntad de Cristianos Socialistas se construye bajo dos prismas: la certeza de que hay una alternativa al egoísmo, a la mediocridad y al individualismo, y la voluntad de crear espacios de participación. Históricamente ha sido muy importante en la transición, y también lo ha sido en el fermento del proyecto socialista.

 

P. Algunos podrían pensar que el PSOE es un partido laicista, alejado del hecho religioso, sin embargo existe este grupo federal. ¿Cuál es la labor que realiza esta federación dentro del patido?

R. Creo que el socialismo es consciente de que el Estado es aconfesional, que las instituciones tienen que ser laicas, entendiendo el laicismo como el hecho de respetar a todas las religiones pero que nunca se gobierne en el nombre de ninguna religión. Somos conscientes de que la sociedad es religiosa. En ese triángulo, cuando el PSOE ha gobernado ha tratado con muchísimo respeto el hecho religioso. El problema es que cuando no ha gobernado ha tirado de su cuestión anticlerical. Cuando un partido solo puede reivindicar la oposición al Concordato, es un partido de ideas secas. Pero esto ha pasado en pocos momentos del PSOE. La mayoría de las veces, por ejemplo con Felipe González y Alfonso Guerra, la relación con la Iglesia Católica fue tensa pero respetuosa. Y ahora con Pedro Sánchez, que se le han puesto muchos estigmas, pero como se ha visto en la visita reciente al Papa, hay un clima de normalidad y cordialidad.

En el partido socialista hay compañeros que tienen una actitud anticlerical que es razonable, a causa del papel de la Iglesia Católica durante la Guerra Civil y la dictadura, pero la mayoría del votante socialista (un 70%) es católico no practicante. Así que el PSOE no es un partido anticlerical. Tenemos lagunas, pero la mayoría de sus votantes y militantes son religiosos.

En cuanto a Cristianos Socialistas, tuvo un período inicial de bagaje intelectual, bajo Carlos García de Andoin, que a la vez trabajaba de asesor en Moncloa. Luego bajo la dirección de Juan Carlos González ha venido un período de mucha acción social, de trabajar la calle, de relaciones con la iglesia. Y a mí me tocan dos cuestiones: una relación fuerte con la calle y una relación fuerte con el partido. Queremos tener peso en el partido, y hay dos formas. Una es a través de las ideas, y otra trabajar. Ya no se puede solo pensar y escribir, sino también actuar y movilizar. Necesitamos trabajar ambas cosas, ideas más trabajo, que resulta en respeto y consideración.

 

P. Sabemos que Cristianos Socialistas trabaja, a través de comunicados y documentos, para incidir en las políticas que pueda defender el partido, pero no muchas veces estas ideas acaban formando parte del ideario del PSOE, por ejemplo en las cuestiones relativas al inicio y final de la vida, las leyes antihomofobia y las restricciones que suponen ante el derecho de los padres a educar a los hijos… ¿Hasta qué punto Cristianos Socialistas tiene peso en el PSOE?

R. Son cuestiones internas en las que trabajamos. A veces no se ve el desarrollo de la ley y no se sabe cuánto ha actuado, cuánto ha servido de freno o tapar la hemorragia de un tema concreto cuando sale la propuesta final. Temas de aborto, eutanasia, cuidados paliativos, son leyes que cuando salen ya Cristianos Socialistas ha trabajado para que sean más humanas, más cercanas al evangelio. Por eso es relativo a veces valorar esa aportación, puede ser que de la propuesta que nosotros hagamos, en lugar de plasmarse un “Diez” se plasme un “Siete”, o un “Seis”. En los temas del fin de la vida, no sabemos qué hubiera pasado sin que Cristianos Socialistas hubiera existido. Pero por ejemplo, sabemos que en las cuestiones de memoria democrática sabemos que Carlos García de Andoain ha jugado un papel importante desde Cristianos Socialistas. Desde una actitud cristiana, humilde, silenciosa, callada, pero efectiva. En educación también llevamos tiempo trabajando y pidiendo que se abandonen las ideas caducas y que se llegue a una ley buena, efectiva. Es evidente que el grado de influencia no es fácil de medir, pero nosotros trabajamos para ello. 

A veces se dice que somos marginales o no pintamos nada, pero no es así. El Partido Socialista es un partido de talante humanista. Se puede ser socialista y cristiano. Si ponemos una comparativa con el evangelio y los programas de los partidos, creo que el partido que tiene más coincidencias en sus valores con el evangelio es el PSOE. La coherencia entre ser cristiano y socialista es casi un cien por cien.

 

P. Sé que se ha hecho un esfuerzo por integrar a cristianos de otras confesiones que no sean solo católicos.

R. En el caso de los evangélicos es muy enriquecedor. Siempre ha habido una lectura más personal de la Biblia y creo que la iglesia evangélica está mejor preparada para el siglo XXI que la católica. Hay un sacerdocio más universal y vuestra organización es menos jerárquica que en la iglesia Romana, y por eso estáis más en sintonía con los tiempos actuales. Creo que este es uno de los éxitos del crecimiento evangélico en la sociedad española. Además habéis entrado en sectores donde la iglesia católica ha tenido más prejuicios.

Creo que esa lectura ilustrada de la Biblia, el sacerdocio universal y la estructura no jerárquica es mucho más positiva para la iglesia en el siglo XXI.

 

P. ¿De qué forma el evangelio impregna vuestro trabajo en Cristianos Socialistas?

R. Imitar a Cristo es fundamental. Es nuestro maestro, que nos lleva a tres cuestiones fundamentales: la unión a Dios, a la unión con otras personas y a la unión con los pobres. Mejorar la sociedad es un propósito de Dios, y nosotros debemos saber encontrar a los necesitados que necesitan de este evangelio. Hay gente que se olvida del prójimo, pero nuestra opción preferente es por los pobres.

 

P. ¿Cuál es la perspectiva del presente y futuro inmediato de Cristianos Socialistas?

R. Este es un tiempo en el que tenemos que trabajar, a nivel partido, que salgan los compañeros socialistas creyentes del “armario”. Las minorías organizadas trabajan a veces mejor que las minorías. Tenemos la responsabilidad, porque somos la religión mayoritaria en España y a la vez el partido con mayor representatividad en España en estos momentos. Por eso, tenemos que romper con ese “armario religioso”. Y además hay que dotar a la gente de esperanza. Estamos en una situación dura por la transformación del mercado laboral. Estamos en un momento bisagra donde se está creando una nueva clase social, el precariado. Hace falta un nuevo contrato social que nos permita salir adelante. Y esto nos debe dar esperanza.

En tercer lugar, tenemos que tender puentes. En el ámbito profesional, debemos saber lo que hacemos. Por eso vamos a potenciar la formación, a través de una escuela que va a dirigir Juan Carlos González, para profesionalizar la mediación. Los políticos saben negociar, pero no mediar. Nosotros intentaremos que el tender puentes tenga metodología.

En cuarto lugar, hay una urgencia de conocimiento. Lo más normal es que cuando tengas inteligencia, te hagas más humano.

Este es mi programa político, modesto, que espero llevar a cabo desde esta plataforma.

 

P. ¿Cómo ves el ambiente de crispación política actual?

R. La crispación viene por un caldo de cultivo. El precariado lo pasa muy mal y se genera un descontento que se transmite luego a las instituciones, así como la desconfianza en los gobernantes. Así es como está ganando fuerza el populismo de izquierdas y de derechas. Hay otro término, el populismo técnico, que yo lo defino como “simples soluciones a problemas complejos”. Se olvida la complejidad y esto lleva a crispación también. La crispación siempre mantiene arriba a los mismos. 

Otro tema es el de la desigualdad. El poder económico está en cada vez menos manos. Y la desigualdad la percibimos de forma innata. Hay progresos en la democracia liberal. Hay que reivindicar la democracia liberal como un bien en este sentido.

La crispación política se debe a que el nicho electoral se ha reducido y hay grupos que buscan votos a través de la crispación. Aunque en España, la historia nos enseña que la crispación aumenta cuando el Partido Popular no ha gobernado. El Partido Popular tiene un sentido patrimonial del poder y una mala relación con la derrota electoral. Les cuesta aceptarlo. La crispación es porque hay un verdadero cambio en España. La gran batalla contra el Gobierno actual es que por fin podemos entrar en un período de meritocracia, y que la gente que se lleve los concursos sea quien valga. En España no se ha hecho la transición económica. También hace falta hacer otra más, la religiosa, que daría para un monográfico.

El municipalismo es el que nos puede enseñar. Tenemos que estar para resolver problemas. Ahí los cristianos podemos hacer cosas importantes. Cuando un cristiano llegue a una agrupación o una asociación, se tiene que notar, tanto por su talante como por su talento. Pero sobre todo por su talante de cercanía. Como en la encíclica de Francisco lo dice, si somos “Hermanos todos”, es para que lo pongamos en práctica.

Cristianos Socialistas rompe el mantra de que los cristianos no podemos estar en un partido socialista. Hemos hecho un esfuerzo para que el movimiento evangélico esté en la ejecutiva de Cristianos Socialistas y seguiremos trabajando para ello en el presente y futuro.

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