La Xunta de Galicia restaurará los cementerios evangélicos

La parroquia de Loureda esconde, entre la maleza, un cementerio evangélico fundado en 1906 por intermediación del Gobierno inglés. Un camposanto que durante años pasó inadvertido para los propios vecinos y que, en breve, será reformado. Un cementerio que, según cuenta el pastor de una de las iglesias evangélicas de Arteixo, Joaquín Leis, fue fundado en 1906 por intermediación del gobierno inglés, harto de recibir noticias de marineros protestantes que morían en las costas gallegas sin recibir sepultura. Durante años constituyó el único cementerio evangélico de Arteixo aunque, en realidad, acogió tanto a protestantes como a representantes de distintos cultos, un hetereogéneo grupo que en aquella época aglutinaba a los conocidos como disidentes de la iglesia católica. Esto era debido a que los cementerios católicos, al ser “lugares sagrados”, no aceptaban “herejes”, mientras que los protestantes, al tener el concepto de que el cementerio es el lugar donde descansa sólo el cuerpo, admitían enterrar a cualquier persona como acto humanitario. En la actualidad, no es más que un terreno ruinoso, desposeído de su antigua condición de lugar sagrado y cortado por un camino vecinal que le ha robado parte del terreno. Tanto es así, que la mayoría de los habitantes de la parroquia de Loureda desconocen su existencia y remiten a los interesados al cementerio evangélico situado en Arteixo, de posterior ejecución. Sin embargo, en Arteixo, algunas personas, entre ellas Joaquín Leis, pastor de la Iglesia Evangélica situada en la avenida de Caión, no solo conocen su existencia, sino que han tomado parte activa en la petición de ayudas para su restauración. Con ello, pretenden recuperar del olvido un patrimonio importante de su iglesia.