¡Estoy realmente emocionado, porque estoy vivo!
Soy singularmente único y tengo conciencia de ser quien soy, además disfruto de la dicha eterna de haber conocido a Jesús.
19 DE ENERO DE 2025 · 08:00

¡Estoy realmente emocionado porque estoy vivo, más vivo que nunca!
Reconozco que este poderoso sentimiento de infinita gratitud y de una esperanza viva se lo debo a mi Dios que me ha permitido descubrirme a mí mismo y saber quién soy, de dónde vengo y también a dónde voy, y esto, aunque es mucho decir, es absolutamente cierto.
Hace poco más de cincuenta años que nací de nuevo y, a partir de ese momento, me apercibí de lo maravilloso que es vivir; no tanto por nuestra corta vida aquí en la tierra, sino por sentirme tan agraciado de haber recibido el impagable don de la vida eterna sin merecerlo en absoluto.
Cuando las palabras de Jesús penetraron en mi alma, siendo aún muy joven, cambiaron mi mundo y también, mi triste vida. Jesús ha dicho y es verdad: "El que en mí cree tiene vida eterna"; y yo creí en Él y tengo vida eterna, y la empecé a disfrutar desde que le conocí. Esta es una vida que se prolonga hasta el infinito, es un volver al diseño original de Dios porque, en realidad, fuimos creados para vivir eternamente. Tal como dicen las Sagradas Escrituras, que solo en parte conocemos algunos vislumbres del mundo venidero, también sabemos que estaremos para siempre con el Señor y que disfrutaremos de los propósitos eternos de Dios que todavía desconocemos en profundidad. ¡Y esto es realmente emocionante!
Muchas veces pienso que si yo no fuese quien soy y si no hubiese tenido la oportunidad de nacer y de vivir en esta vida, no habría podido conocer a mi Creador, al Dios Todopoderoso. Aunque reconozco que desde nuestra génesis todos estamos contaminados por el efecto viral del pecado. También considero que esta bendición de nacer me ha brindado la gran oportunidad de reconocer que sin Él estoy completamente perdido y que, al reconciliarme con Dios por la fe en Jesús mi Salvador estoy recibiendo la impagable bendición del perdón de mis pecados y del don de la vida eterna. ¡Sí, me estoy refiriendo a una vida interminable y plena, esta es una vida sin fin!
Lo único que estoy tratando de hacer ahora mismo, es explicarme para que cualquier persona pueda entenderme acerca de lo que estoy diciendo respecto al maravilloso propósito de la nueva vida que Dios me dio para poder disfrutarla ya aquí en la tierra. Desde luego que soy consciente que, para seres finitos y tan temporalizados como nosotros es casi imposible pensar en clave de eternidad. Sin embargo, hoy descansaré con un sentimiento de inmensa gratitud porque tengo una nueva identidad, soy singularmente único y tengo conciencia de ser quien soy, además disfruto de la dicha eterna de haber conocido a Jesús el Autor de la Vida que ha sido el verdadero restaurador de mi alma y de todo mi ser.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - ¡Estoy realmente emocionado, porque estoy vivo!