La imperfecta voluntad de Dios
En nuestra reflexión personal deberíamos de concluir que la misericordia de Dios hacia nosotros no nos exime ni mucho menos de nuestra responsabilidad ante Él.
22 DE OCTUBRE DE 2022 · 08:00

No siempre resulta fácil discernir la perfecta voluntad de Dios para nuestra vida. Por lo general, todos y cada uno de nosotros somos muy indulgentes con nosotros mismos. Es realmente asombrosa nuestra capacidad de auto justificación con respecto a nuestros propios errores personales, aunque gracias a Dios (nunca mejor dicho), no somos sentenciados y condenados por el Juez justo a la primera de cambio, porque Él se deleita en misericordias y se acuerda de que somos polvo.
Pero en nuestra reflexión personal deberíamos de concluir que la misericordia de Dios hacía nosotros no nos exime ni mucho menos de nuestra responsabilidad ante Él, por lo cual llegamos a la sincera conclusión de que también todos y cada uno de nosotros somos moralmente responsables de nuestros irresponsables actos y de nuestras ociosas palabras que pudieran denigrar la reputación de cualquier persona.
He definido la imperfecta voluntad de Dios en uno de los casos bíblicos más celebres de la historia, consentido por Dios con su mismo pueblo. Estoy refiriéndome a la petición del pueblo de Israel a Samuel para que les levantara un rey que les gobernase en lugar de un juez como era el sabio Samuel y esto desagrado completamente a Dios a la vez que al mismo profeta,“Y el Señor dijo a Samuel: Haz caso a todo lo que el pueblo te dice. Porque no te han rechazado a ti, me han rechazado a mí, para que no reine sobre ellos” (1 Samuel 8:7). Pero Dios consintió que ellos eligieran a un monarca y les advirtió, lo que esto supondría para su futuro como pueblo al dejar de ser una teocracia para convertirse en una autocracia como los demás pueblos de la época (1ª Samuel 8: 1-22 Deuteronomio 17:14-20).
Y yo me pregunto frecuentemente: ¿por qué Dios no impone su voluntad en muchas ocasiones o por el contrario, porque consiente algunos de nuestros despropósitos sabiendo que nos pueden resultar dañinos o perjudiciales?
Mi única respuesta es porque Dios es en gran manera bueno y muy paciente con nosotros y también nos da la oportunidad de gestionar nuestra propia vida de la mejor manera posible, otorgándonos el invaluable don del libre albedrio.
Cuando oramos el Padrenuestro para que se haga Su voluntad en la tierra como se hace en el cielo, estamos diciéndole que no queremos hacer la imperfecta voluntad de Dios con nuestras caprichosas decisiones, aunque pudieran parecer justificables humanamente hablando.
Dios quiere ser el Rey absoluto de nuestra vida, un rey que gobierna con gran sabiduría, amor y una indiscutible autoridad. No es la mejor cosa de la vida estar haciendo la voluntad permisiva de Dios, porque ese territorio nos coloca en una zona de gran riesgo espiritual y nos expone a muchos peligros de los que Dios mismo no se hace responsable, tal como advierte a los futuros súbditos de esa nueva monarquía en Israel.
Por lo tanto no debemos de resignarnos a vivir en la imperfecta voluntad de Dios, sino a caminar en su perfecta voluntad, más allá de nuestras involuntarias faltas y errores personales. Porque el verdadero éxito en la vida del cristiano es conocer y hacer la perfecta voluntad de Dios hoy, aquí y ahora... (Romanos 12: 1-2)
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - La imperfecta voluntad de Dios