‘Introducción a la Apologética cristiana’, por Antonio Cruz

La apologética secularista avanza en Occidente y cada vez se hace más necesario presentar defensa y dar razones de la esperanza que hay en nosotros.

30 DE SEPTIEMBRE DE 2021 · 19:00

Detalle de la portada del libro. / Editorial Clie,
Detalle de la portada del libro. / Editorial Clie

Tengo escrito y divulgado que Antonio Cruz es uno de los intelectuales más destacados en el protestantismo de España y América Latina. Es licenciado y doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Barcelona y doctorado en Ministerio por la Theological University of America. En el campo de la enseñanza sus profundos conocimientos del tema le elevaron a catedrático de Bachillerato en Ciencias Naturales. Al mismo tiempo ejerció como jefe del Seminario de Experimentales en la citada Universidad catalana, donde fue también profesor en el Centro de Estudios Teológicos. Al otro lado de los mares trabajó en la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos en Miami, Estados Unidos. Ha sido pastor de Iglesias en Tarrasa y Sevilla. Muy demandado, ha pronunciado conferencias en casi todos los países de la América hispana. Introducción a la apologética cristiana es su libro número 18.

El primer tomo de la Enciclopedia de la Biblia, de la catalana Ediciones Garriga, afirma que “la apologética o defensa de la fe maneja principios estables por lo que su contenido esencial se refiere”.

De esos principios escribe Cruz con profundidad y extensión en el libro que estoy comentando. El autor entiende que la apologética como defensa de la fe cristiana constituye una suerte de disciplina pro-evangelizadora capaz de alisar el camino hacia la creencia en Jesús como Hijo de Dios y Salvador del mundo.

La apologética no es una ciencia inventada ayer por la mañana. Dice Antonio Cruz que su desarrollo puede dividirse en ocho períodos históricos: El apostólico, siglo I. El Patrístico, siglos II al V. El Eclesiástico, siglos VI al XIII. El Reformado, siglo XVI. El Astronómico, siglos XVI y XVII. El de la Crítica Ilustrada, siglos XVIII y XIX. El Apologético, siglo XX y el llamado Período Científico, siglos XX y XXI, que estamos viviendo. El mundo científico está atónito ante el avance de la apologética cristiana, que está abriendo indirectamente la puerta a la posibilidad de un Dios creador, según ellos.

Subiendo hasta las alturas divinas Antonio Cruz presenta cuatro argumentos sobre la existencia de Dios: el argumento cosmológico, el argumento del diseño, el argumento moral y el argumento de esa moralidad que conduce a Dios. Cruz coincide con el gran Víctor Hugo cuando el autor de Los Miserables escribe en el capítulo IV de sus Odas: “No hay más que un Dios verdadero y justo en su clemencia. Todo acaba en Él y en Él todo comienza”.

Capítulo de mucha sabiduría espiritual y bíblica es el que Cruz escribe en tres puntos sobre el problema del mal y la teodicea.

El mal es una realidad cruel desde que el mundo es mundo. Es un tema poco tratado por escritos cristianos y al que Antonio Cruz concede una gran importancia; explica con palabras cargadas de sinceridad que los creyentes han intentado a lo largo de la historia justificar las razones que Dios puede tener para permitir el mal y han creado la “teodicea”, toda una disciplina teológica difícil, ya que la Biblia aporta escasa información al respecto.

En el siglo XVII el filósofo alemán Gottfried Leibniz actualizó el término teodicea en sus Ensayos definiéndolo literalmente como justificación de Dios. Posteriormente se dio el nombre de teodicea a la teología natural, parte de la metafísica que trata de la causa primera: Dios, su existencia, su esencia, su operación. Para el autor de Introducción a la apologética cristiana, la existencia de Dios no es incompatible con la existencia del mal y, por lo tanto, el argumento que propone la incompatibilidad entre el Dios bíblico y el mal, se viene abajo. Implica que el mal es un problema para los escépticos, no para los creyentes en Cristo Jesús.

El sentido de la apologética que introduce Antonio Cruz como pruebas y fundamentos de la verdad de la religión cristiana, tiene sus raíces en el primer siglo con los grandes apologistas del Nuevo Testamento y se prolonga hasta muchos siglos después, con las discusiones entre judíos y musulmanes.

Entra Cruz en la apologética científica y cita palabras del filósofo inglés Richard Swinburne: “Es bastante probable que, si hay un Dios, otorgue sentido a un universo como el nuestro, complejo y finito”. Para Cruz el universo no es finito, es tan infinito como su Creador. Lo que el filósofo inglés pone en duda él lo afirma: Si no existiera un Creador, ¿por qué debería existir el universo? ¿Acaso puede salir algo de la nada absoluta? La existencia de un universo físico complejo, como el que conocemos, es algo demasiado grande para ser explicado sólo por la apologética científica.

Cruz concibe la apologética como una lucha entre el ateísmo, que niega su aplicación a la fe cristiana, y los principios doctrinales que defiende el creyente.

Como escritor e investigador que gusta tratar los temas que toca con profundidad, en las páginas de su Introducción a la Apologética Cristiana defiende la revelación de Dios en la Biblia, el concepto de los milagros protagonizados por Jesucristo y relatados en los cuatro Evangelios, la resurrección de Jesús, de la que dice que la evidencia histórica y la pura lógica indican que el rabino galileo fue quien dijo ser, que murió en la cruz, fue sepultado y la tumba quedó vacía. Estos hechos son incontrovertibles por mucho que no se quieran aceptar.

El último capítulo que escribe Cruz en su libro, una imponente máquina de lectura siempre atractiva y en movimiento, una biblioteca circulante de apologética, está dedicado a personas creyentes.

La apologética secularista avanza en Occidente y cada vez se hace más necesario presentar defensa y dar razones de la esperanza que hay en nosotros. El apóstol Pedro nos da una serie de pautas a seguir en cuanto a la actitud del apologista en su defensa del Evangelio de Jesucristo.

Hemos de desechar el miedo ante el avance de la apologética atea contra la Divinidad. Tal como lo escribió Daniel Defoe en su famosa novela Robinson Crusoe: “El miedo del peligro es diez mil veces más terrorífico que el peligro mismo”. Si confiamos solamente en nosotros mismos y en nuestras posibilidades personales es fácil que nos acobardemos, pero si confiamos en que el Señor está siempre a nuestro lado y controla todo lo que nos ocurre, superaremos cualquier temor.

Según la apologética cristiana que Antonio Cruz describe en este libro, los creyentes debemos estar siempre preparados para presentar defensa. Pero defender el cristianismo sin haber estudiado diligentemente sus principios fundamentales está gravemente equivocado. Pero además, para defender bien algo, primero hay que conocer la amenaza del atacante. La apologética cristiana no sólo ofrece evidencias a favor del cristianismo sino que además muestra las debilidades del ateísmo.

Un último objetivo del apologista cristiano consiste en persuadir. No se trata solamente de convencer a las personas de que el cristianismo es verdad, sino sobre todo de persuadirlas para que entreguen sus vidas a Jesucristo.

La apologética no está reservada a un grupo selecto de eruditos educadores. La apologética es para todo cristiano comprometido, incluyendo a personas de pocos estudios. Cada cual puede defender su fe en su medio natural según su nivel de preparación, porque la apologética es la defensa razonable del cristianismo del Nuevo Testamento en cualquier momento, en cualquier lugar, con cualquier persona, usando cualquier material apropiado para la ocasión.

Formidable, bien documentado, bien estructurado, bien escrito este último libro de Antonio Cruz, que en él se reivindica como investigador sobresaliente. Libro admirable por su técnica, impactante por los nuevos argumentos que pone a nuestro alcance. Libro que deben leer todos los cristianos, desde predicadores, pastores, otros líderes de iglesias y los últimos convertidos a la fe de Cristo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - ‘Introducción a la Apologética cristiana’, por Antonio Cruz