Dios en la poesía española contemporánea (III)

Uno de los poetas de la generación del 98 injustamente olvidado es Manuel Machado, al igual que al olvido se desterró a José María Pemán por sus ideas políticas, como si la poesía se amasara en el horno de la política y hubiera que quemar el pan que no nos gusta."/>

La generación del 98 y Dios

Dios en la poesía española contemporánea (III)

Uno de los poetas de la generación del 98 injustamente olvidado es Manuel Machado, al igual que al olvido se desterró a José María Pemán por sus ideas políticas, como si la poesía se amasara en el horno de la política y hubiera que quemar el pan que no nos gusta.

07 DE NOVIEMBRE DE 2009 · 23:00

,
Mentes estrechas. Corazones hirviendo de prejuicios. Asesinos de García Lorca. Dejo los lamentos, las objeciones y las quejas y vengo a la poesía. Entre la abundante producción religiosa de Manuel Machado figura su canto a Jesús del Gran Poder.
Jesús del Gran Poder, Señor, Dios mío… Si en medio de la noche sevillana aparece tu efigie soberana entre gotas de llanto y de rocío… Si de tu santa faz el sol sombrío antes que el astro enciende la mañana y de tu sangre la Divina grana eterna corre como fluye el río… Y vuelven a bajar las golondrinas a quitar de tu frente las espinas al mandato de Amor, eterno y fuerte. Ríndese el mal y el odio. Y tu “Carrera” al hombre enseña, al fin, de qué manera puede ser Dios un condenado a muerte.
Su hermano Antonio es más profundo. Quiero decir que profundiza más en el tema que conduce a lo divino. La bibliografía en torno al pensamiento religioso de Antonio Machado es abundantísima. Aquí sigo al norteamericano Armad F. Baker, profesor de la Universidad de Nueva York en Albany, en su libro EL PENSAMIENTO RELIGIOSO DE ANTONIO MACHADO. Este autor plantea una cuestión que yo considero de gran importancia. Pregunta si la falta de fe que algunos estudiosos ven en el poeta es realmente de él o es una proyección del sentir religioso de quienes escriben. Yo tengo a Antonio Machado por hombre creyente en la divinidad. A través de Juan de Mairena Machado denuncia las contradicciones del ateísmo. Agrega que hasta la blasfemia es un acto de fe que afirma la divinidad. Los testimonios de anticlericalismo ocupan espacios importantes en el conjunto de su obra. Pero también está presente el reconocimiento de Dios. Basta con leer su canto a la Saeta. O su encuentro con Dios a través del sueño:
Ayer soñé que veía a Dios y que a Dios hablaba; y soñé que Dios me oía… Después soñé que soñaba. Todo hombre tiene dos batallas que pelear: en sueños lucha con Dios; y despierto, con el mar. Anoche soñé que oía a Dios, gritándome: ¡Alerta! Luego era Dios quien dormía, Y yo gritaba: ¡Despierta!
No quiero, ni debo silenciar a Unamuno en este repaso al 98. Sería una crueldad. Ningún otro autor del 98 ha sido analizado en sus creencias religiosas como el autor de EL SENTIMIENTO TRÁGICO DE LA VIDA. El fraile capuchino que fue catedrático de Filosofía en la Universidad de Salamanca, Enrique Rivera de Ventosa, escribió un bello libro titulado UNAMUNO Y DIOS. Dice que el vasco se consideraba “hambriento de Dios por todos los caminos y que parece no haberlo encontrado en ninguno”. No obstante, ahí está su monumental poema al Cristo de Velázquez, poema bíblico en cada estrofa, en cada palabra, anillo espiritual de divinos coloquios entre Dios y el hombre. Visitando las ruinas del Monasterio Cisterciense en la Granja de Morezuela, Unamuno compone estos versos:
En los ojos del Eterno, Padre tierno, de vuelta al eterno hogar, gota de lluvia en océano soberano, se habrá mi alma de anegar. ¡Oh mis dulces dos luceros, mis veneros de la paz que a Dios pedí, Dios por vosotros me mire y respire.
En CANCIONERO POÉTICO, obra de sus últimos años, Unamuno recuerda en líneas emotivas su fe de niño:
“Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar. La hiciste para los niños, yo he crecido a mi pesar. Si no me agrandas la puerta, achícame, por piedad; vuélveme a la edad bendita en que vivir es soñar”.
Artículos anteriores de esta serie:
 1José Mª Pemán me acercó a Dios 
 21898 y 1927: dos generaciones y Dios 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - La generación del 98 y Dios