El anticatolicismo de Juan Ramón Jiménez

En esta misma sección de Protestante Digital he publicado ya tres artículos sobre el gran poeta español Juan Ramón Jiménez, Premio Nóbel de Literatura. En el último me referí al anticatolicismo del poeta. Puesto que el tema da para más, continúo aquí.

22 DE DICIEMBRE DE 2007 · 23:00

,
Juan Ramón Jiménez queda descartado, sin discusión posible, de todo estudio realizado o que se pretenda realizar sobre El sentido católico en la literatura española, título de un libro publicado en 1940 por Ángel Valbuena Prat y reeditado en 1963 con el nombre de Estudio de literatura religiosa de España. Ni la vida ni las ideas de Juan Ramón Jiménez autorizan su inclusión en la lista de autores católicos, como se ha intentado hacer por parte de algunos escritores parciales. Todo lo contrario: Juan Ramón Jiménez fue un autor anticlerical, anticatólico, y de ello dan fe los juicios vertidos públicamente sobre la Iglesia católica. En la página 106 de su libro Aristocracia y democracia, Juan Ramón Jiménez dice que el catolicismo es un falso Cristianismo:
«Luego, las clases privilegiadas, a la sombra de la iglesia romana, han hecho del Cristianismo una religión para «clases» privilegiadas: No sé cómo es el catolicismo en los Estados Unidos; en Europa, por lo general, es un falso Cristianismo; ahoga en su rito extravagante y retórico la esencia ideal de Cristo».
En el curso de una conferencia pronunciada en la Universidad de Puerto Rico en abril de 1954, Juan Ramón dijo:
«El catolicismo ha ido convirtiendo sucesivamente la religión cristiana en un Cristianismo idolátrico en donde intervienen mucho las peanas de unos, y las rodillas de otros... ¿Qué persona verdaderamente humana permitiría que nadie se arrodillase ante ella?».
En una nota manuscrita, inédita y al parecer sin título descubierta por Saz-Orozco en la Universidad de Puerto Rico, Juan Ramón escribió:
«El catolicismo es una forma mucho más basta de paganismo que el paganismo porque (no tiene espíritu sino) ya tiene que ser hipócrita ante el Cristianismo. Es el paganismo detrás de la Iglesia».
Las tres citas de Juan Ramón Jiménez aquí transcritas son aportaciones de Carlos Del Saz-Orozco en su ya citado libro Dios en Juan Ramón. En ellas queda claro el abandono por parte del poeta de los principios católicos que le fueron inculcados durante los años juveniles de permanencia en el colegio jesuita del Puerto de Santa Maria. Su rechazo del catolicismo es violento, total, exasperado. Este rechazo incluía a la jefatura máxima de la jerarquía católica. En literatura, Juan Ramón Jiménez fue modernista convencido, como lo fueron casi todos los que estudiaron en la Institución Libre de Enseñanza y que luego ocuparon posiciones dirigentes en la política, la literatura, la filosofía, el arte, etc. Por su desviación de los estrechos conceptos católicos, el modernismo estaba muy mal visto por el Vaticano y el papa Pío X publicó una encíclica condenándolo. Juan Ramón Jiménez aludió a este hecho en un curso dado en la Universidad de Puerto Rico en 1953. José Carlos Mainer, en su ensayo sobre Modernismo y 98, reproduce el texto donde Juan Ramón Jiménez hace referencia a este hecho. Dijo el poeta:
«El modernismo, el movimiento modernista, empezó en Alemania a mediados del siglo XVIII y se acentuó mucho a finales del siglo XIX. Fue muy importante entre los teólogos que empezaron ese movimiento. La idea era unir los dogmas católicos con los descubrimientos científicos modernos; y el papa Pío X publicó, divulgó una encíclica excomulgando a todo este grupo; esa encíclica la tienen ustedes en la biblioteca en una serie de encíclicas modernas de Papas, que están en la biblioteca: la encíclica Pascendi gragis del papa Pío X contra el modernismo en general, no solamente contra el teológico, sino el literario; contra todo el modernismo».
Entre los excomulgados por Pío X estaban Miguel de Unamuno y, naturalmente, el propio Juan Ramón. Esto justificaba, en gran medida, las escasas simpatías que el poeta mostraba por la figura del Papa. Saz-Orozco alude a un artículo de Juan Ramón Jiménez publicado en 1953 en Asomante, revista editada en Puerto Rico, en el que el poeta incluye estas extrañas apreciaciones sobre el Papa:
«Yo —dice Juan Ramón— tengo pronosticado hace tiempo que el Papa vendrá a Nueva York con sus irlandeses. Mussolini, hombre inteligente y soberbio, que purgó sus fantasías de lo segundo, ahorcado bocabajo con su inspiradora general, dio ya el golpe de gracia al Papa libertándolo de su prisión castellana y haciéndolo banquero. Desde entonces, Cristo ya no fue pobre ni preso y perdió su prestigio cristiano de sencillez y rebeldía... Sí, el Papa vendrá a Nueva York y podrá pasar temporadas en Puerto Rico, donde parece que aumentan las disensiones católicas gradualmente».
La opinión negativa sobre el Papa la mantiene Juan Ramón Jiménez hasta el final de sus días. Cinco años antes de su muerte, en febrero de 1953, un amigo íntimo del poeta, Juan Guerrero Ruiz, le escribe una carta desde Madrid pidiéndole que revise su posición religiosa y considere su reconciliación con la Iglesia católica. Afirma Saz-Orozco que la contestación de Juan Ramón a Guerrero Ruiz nunca llegó a manos de éste. El original fue hallado dentro de un sobre, con la dirección y el remite, pero sin franqueo postal. El párrafo que reproduce Saz-Orozco es elocuente y revela la afirmación antipapal de Juan Ramón Jiménez en sus últimos años de vida. Dice el poeta a su amigo:
“No olvide usted, querido Juan, que yo llevo 67 años pensando y sintiendo ese Dios en mi vocación poética nunca decaída. Esto, me parece quetambién le gustará a dios. Y desde esos años de pleno sentir y pensar, yo le diría a usted que fuese más cristiano y menos católico, digo menos ritual y supersticioso, menos teatral y cotidiano, y más espiritual, ideal y sencillo, como yo pretendo ser y como fue Cristo. Y como no es el Papa ni la Iglesia. Cristo creo yo que fue el hombre mejor, que ya es bastante; y si resucitara como hombre mejor, esté usted seguro (de) que vendría a verme a mí aquí a Riverdale y no al Papa en Roma, ni a ningún católico de los que yo conozco; ésos que se figuran que ellos son los mejores seres del mundo, pero ellos so1os, no los budistas, los protestantes, todos los que tienen un ideal que los católicos no son capaces de respetar aunque ese ideal sea evidentemente más verdadero que el de ellos”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - El anticatolicismo de Juan Ramón Jiménez