Cultura y espiritualidad

Una reflexión sobre lo que significa verdaderamente ser cristiano en culturas que se llaman a sí mismas ‘cristianas’.

06 DE JUNIO DE 2025
10:00 CEST
Foto de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/es/@onesixtieth?utm_content=creditCopyText&utm_medium=referral&utm_source=unsplash">Seth kane</a> en Unsplash,
Foto de Seth kane en Unsplash

Acabo de volver de unas vacaciones en los fiordos noruegos y ha sido una experiencia increíble. Pero ahora que estoy en casa, reflexionando sobre lo que más me ha llamado la atención, tengo que reconocer que, a pesar de los maravillosos paisajes, lo más impactante para mí ha sido la cultura.

Doy varios ejemplos. Un día subimos a un tranvía, pero no sabíamos cómo pagar. En la estación no había ninguna máquina expendedora de billetes, preguntamos al conductor que muy amablemente nos explicó que teníamos que bajarnos una app desde donde podríamos contratar y pagar nuestro viaje. Se acabó la conversación, yo fui a mi asiento y el conductor dio por supuesto que yo haría lo que me había sugerido, lo cual hice (por si hay alguna duda).

Otro día teníamos que dejar las maletas en la consigna de un hotel, ya saben que hay que abandonar las habitaciones a las doce, pero nosotros seguíamos de viaje por la tarde y queríamos aprovechar el día visitando la ciudad. La señorita de recepción muy amablemente (y repito muy amablemente con toda la intención) me dijo dónde estaba la consigna, cuando llegué allí era una habitación… ¡sin puertas! Tenía que dejar mis maletas en una habitación que no tenía ni puertas. Allí las dejamos y allí estaban cuando volvimos.

Los coches se paran cuando te acercas a cruzar la calle y podría estar así todo el artículo. En mi cultura española todo esto es impensable. Hay que tener en cuenta que Noruega es un país de cultura protestante.

(Dejemos aquí un espacio para reflexionar cada uno)

Y aquí es donde quiero reflexionar, una cosa es la cultura y otra muy distinta es la espiritualidad. Creo que, aunque la cultura afecta claramente nuestra forma de actuar, la espiritualidad debería cambiar por completo nuestras vidas.

Es posible que una cultura protestante donde la responsabilidad, el civismo, la cordialidad, etc., tienen un papel importante, puede hacernos pensar que esto es algo cercano a la espiritualidad.

Para mí, seguir a Cristo es una idea clara, solo tengo que ver lo que hizo y lo que dijo, entender que para seguirlo tengo que creer en él.

“Ya no os llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; os he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir os lo he dado a conocer”.

Pero hay una condición: “vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”.

Me preocupa mucho que en nuestras iglesias hayamos tomado el camino de crear buenas personas, ciudadanos modélicos. Cuando hablamos de ser ejemplo a los demás, ¿de qué estamos hablando?

Creo que el cristianismo está más cerca de romper normas y nadar contracorriente que de crear buenos ciudadanos, pero la realidad es que la cultura se está comiendo a la espiritualidad.

No puedo entender cómo los cristianos apoyan a algunos líderes mundiales claramente lejanos al cristianismo. No puedo entender cómo se usa el nombre de Dios en vano y la Biblia para justificar genocidios. No puedo entender que en un país como Noruega tengan uno de los índices de suicidio más altos de Europa y que el gobierno haya tenido que intervenir la venta de alcohol por los graves problemas de alcoholismo de la población.

Estamos mezclando peligrosamente cultura y espiritualidad.

Ya pasaba en la época de Jesús, cuando el joven rico le dice: “he cumplido todos los mandamientos, Jesús le contesta “si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque tenía muchas riquezas”.

Está bien seguir a Cristo si no interrumpe demasiado mi vida. Tenemos ya creyentes de tercera y cuarta generación, para ellos el evangelio es algo natural, lo han vivido desde la cuna, pero ¿les hemos contado lo que es seguir a Cristo? ¿Les hemos dicho: vende lo que tienes (quítate todo aquello que te molesta y que te dificulta seguir a Cristo) y sigue a Cristo?

Y para que esto no quede acusador, me pongo como primer ejemplo.

Ayer, en una convención, hice un comentario a alguien que me contestó: me encanta lo que me dices, siempre que hablo contigo me haces de coach, y pensé: algo estoy haciendo mal, no quiero ser un coach, quiero ser un cristiano que transmite esperanza de vida a las personas. Tengo que buscar la forma de hacerlo mejor.

Espero ser capaz de ir dejando atrás mi cultura y avanzar en mi cristianismo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - Cultura y espiritualidad