`Progres´ y `carcas´ en la fe

Vaya por delante que entendemos que no se puede hablar dentro de la fe cristiana de "carcas" oonservadores y "progres" o progresistas, puesto que Jesús fue ambas cosas a la vez. No creemos que sea este el criterio correcto a la hora de estudiar o dividir las diferentes corrientes dentro del cristianismo.

18 DE JULIO DE 2005 · 22:00

,
Jesús fue conservador en defender a un Dios de justicia que exigía la muerte del Cordero como expiación, con un cielo y un infierno, y con una moral y ética superior a la ya de por sí estricta de los fariseos. Fue conservador en defender que Él era el único camino al Padre, sin otro intermediario alguno. También en su apego y fundamento en la palabra escrita y reconocida de parte de Dios que existía en su tiempo; conocida como la Torah por los judíos y como el Antiguo Testamento por los cristianos. A la vez, fue progresista en traer un mensaje de gracia, de perdón para quienes fracasan setenta veces siete. En igualar en culpabilidad delante de Dios a todos los seres humanos, sin tener en cuenta la mayor o menor gravedad de sus hechos o el peso de sus méritos; en dar un trato exquisito y justo a la mujer y a los marginados de su época. En buscar el espíritu de la Ley en vez de la letra pequeña de la ley. Por lo tanto, no es correcto a nuestro entender una clasificación que separe a los cristianos en bandos de conservadurismo y progresismo. Habrá ocasiones en que tengamos que ser conservadores (para la sociedad) y en otras que debamos afrontar ser progresistas frente a los valores actuales tanto de la Iglesia como de nuestros contemporáneos. Y el tema es importante. Un conservador acertado servirá para preservar verdades y valores básicos e inmutables. Un conservadurismo erróneo bloqueará la contextualización y la adecuación correcta del mensaje eterno a la sociedad transitoria en la que vivimos, como les ocurrió a los fariseos. A la inversa, un progresismo falso producirá la disolución de las bases necesarias para la vida cristiana, el anarquismo que llevará el caos al orden necesario para que la iglesia tenga vitalidad y fuerza espiritual. Sin embargo, un progresismo adecuado llevará a la libertad y al avance del Evangelio en bien de todos los seres humanos, comenzando por los propios miembros de la iglesia (¿quién no está ahora de acuerdo con la -en su momento- debatida lucha por la abolición de la esclavitud?). Por lo tanto, lo esencial no es ser "conservador" o "progresista", sino saber cuándo y cómo actuar en cada circunstancia sin que varien los principios. Y sobre todo ser coherentes con lo que pensamos y somos. Y aún podríamos añadir que ni siempre el progreso es cambiar, ni es exacto que un conservador deba mantenerse inmutable en sus conceptos. Pero no queremos complicar más el tema.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - `Progres´ y `carcas´ en la fe