Juan del Encina (siglos XV-XVI)

Dice Alonso Zamora que Del Encina “hereda todos los valores medievales y se convierte, a la vez, en pionero del Renacimiento”.

07 DE ENERO DE 2022 · 12:13

Placa y busto en memoria de Juan del Encina en León. / Leonoticias,
Placa y busto en memoria de Juan del Encina en León. / Leonoticias

Juan del Encina, poeta, músico y autor dramático, llamado patriarca del teatro español, nació el 12 de julio de 1468 en la provincia de Salamanca, en el lugar llamado La Encina, del cual tomó el nombre, según costumbre originada en el Renacimiento. En la Universidad de Salamanca estudió humanidades. Peregrinó a Jerusalén, de cuyo viaje publicó una relación titulada Trivagia. Tenía 51 años cuando fue ordenado sacerdote en Roma, donde había estado años anteriores sirviendo en la capilla papal con sus dotes musicales. Representó a Fernando de Castilla en la corte del Vaticano. De su vida se sabe que vivió en Málaga durante nueve años, de 1510 a 1519. Antes de cumplir 60 años se retiró a un monasterio de León, donde murió, probablemente en 1529. La Universidad de Salamanca publicó su obra de poeta y músico. A la primera edición siguieron otras seis. En opinión del experto en la literatura de aquellos siglos, Alonso Zamora, Del Encina “hereda todos los valores medievales y se convierte, a la vez, en pionero del Renacimiento”.

 

CANCIONES

Tu sagrado advenimiento

dio principio a nuestra vida,

y el virgen concebimiento,

con tu santo nacimiento

nos dio ley muy escogida.

 

Tu santa circuncisión

y el ofrecer de los Reyes,

tu muerte y resurreción

tu milaglosa acensión,

destruyó las falsas leyes;

 

Si la fe y el galardón

por un peso se pesasse,

cierto soy que no faltasse

gran remedio a mi passión.

 

Mi passión es muy crecida

y mi fe de fe muy llena,

que, según la fe, la pena

se da por una medida.

 

Y si la fe y la afición

a galardón se pesasse

cierto soy que no faltasse

gran remedio a mi passión.

 

Muchas vezes he acordado

de olvidar a vos, mi Dios,

y en acordarme de vos

hállome desacordado.

 

He procurado olvidaros

por acordarme de mí;

quando pienso en cómo os vi

pienso más en más amaros.

 

Y con este tal cuydado,

cuydoso por vos, mi Dios,

en acordarme de vos

hállome desacordado.

 

Querría no dessearos

y dessear no quereros,

mas, si me aparto de veros,

tanto me pena dexaros

que me olvido de olvidaros.

 

Si os demando galardón

en pago de mis servicios,

daysme vos por beneficios

pena, dolor y passión,

por más desconsolación.

 

Y no puedo desamaros

aunque me aparto de veros,

que si pienso en no quereros

tanto me pena dexaros

que me olvido de olvidaros.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Dios en la poesía religiosa española - Juan del Encina (siglos XV-XVI)