¿Y si Moisés no escribió todo el Pentateuco?

A la doctrina de la inspiración no le afecta que el Pentateuco pudiese haber sido un extenso núcleo originario de Moisés transmitido durante generaciones siendo editado y cerrado siglos después.

05 DE JUNIO DE 2021 · 22:00

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Imagen de Mariam Soliman en Unsplash.

Durante una reunión de adolescentes de mi iglesia, un joven narraba apesadumbrado cómo su profesor de filosofía ridiculizó públicamente La Biblia por contener un libro atribuido a Moisés (el Deuteronomio) y que narra su propia muerte. El conocido sitio web cristiano Got Question afirma que plantear que pudieran haber ediciones del Pentateuco (los 5 primeros libros de La Biblia) posteriores a Moisés pone en “entredicho la veracidad del Pentateuco […] Esto sería tratar de debilitar la palabra de Dios, y una forma de hacerlo es poniendo en duda la historicidad y autoría del Pentateuco”, llegando a sentenciar que se “pone en tela de juicio los testimonios de Jesús1”.

Afirmaciones tan categóricas producen temor entre quienes creen en la inspiración divina de La Biblia. Pero ¿Es realmente así? ¿Se refuerza o más bien se pone en entredicho la credibilidad bíblica cuando se niega la autoría plural del Pentateuco?

En primer lugar, en ningún lugar de La Biblia se nos dice que sea importante conocer el número o la identidad de los autores de cada libro. Como tampoco que sea importante el periodo de redacción para cada uno de ellos. Estos son requisitos apologéticos modernos a posteriori pero que resultan ajenos a las necesidades de los receptores originales.

La Biblia no afirma que la autoría de estos cinco libros sea exclusivamente de Moisés. Cuando Jesús, por ejemplo, dice: «Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él» (Juan 5:46) no está diciendo que todo el Pentateuco, versículo por versículo, sea una obra monolítica de Moisés. Incluso admitiendo que gran parte procediese de Moisés (Josué 8, 32), quizás oralmente, Jesús aquí simplemente dice que Moisés habló de Él. Pero NO que todo el Pentateuco sea obra de Moisés.

 

¿Una autoría plural en diferentes épocas contradice La Biblia?

En contra de lo que muchos cristianos afirman, a la doctrina de la inspiración no le afecta que el Pentateuco pudiese haber sido un extenso núcleo originario de Moisés transmitido durante generaciones siendo editado y cerrado siglos después ¿Qué problema tiene la inspiración divina en esto? Ninguno ¿Y si Dios determinó que fuese así? ¿Quiénes somos nosotros para imponer determinadas exigencias? La inspiración sobre los escritores bíblicos no depende del número de autores o del proceso completo de composición de cada libro. Lo importante es que Jesús se refiere a estos libros como Las Escrituras.

De hecho, aquellos que exigen al Pentateuco haber sido escrito por Moisés son los primeros en matizar que, como mínimo, debió haber dos autores: Moisés y quien(es) narra(n) su muerte (Dt. 34).

Como vemos, no hace falta ser erudito para comprobar que referirse a estos libros como “La ley de Moisés” no implica que Moisés fuese el autor de cada línea. Incluso los cristianos más conservadores suelen admitir que la parte final que describe su propia muerte no debió ser suya.

 

La Sagrada Familia de Gaudí no es solo de Gaudí

En la antigüedad, e incluso hoy, es frecuente referirse a obras literarias o artísticas nombrando solamente a su autor principal, al alma mater o el inspirador, a pesar de que posteriormente exista un grupo más amplio de autores en ocasiones anónimos.

Sirva de ilustración los numerosos profesionales que participaron y que aún siguen construyendo la catedral de la Sagrada Familia de Barcelona. Sin embargo, a nadie se le ocurre calificar como “engaño” que nos refiramos a la catedral de Gaudí a pesar de que no es 100% obra del autor que murió hace ya mucho tiempo. Seguimos hablando de la obra de Gaudí a pesar de la implementación de diferentes añadidos que él no tenía en mente y que se hicieron necesarios tiempo después.

Pues algo parecido ocurre hasta el cierre del Pentateuco. Un proceso similar acontece con nuestras leyes a las que se añaden modificaciones o enmiendas a lo largo de años mientras siguen considerándose la misma ley al hablar de ella.

 

Una forma de hablar habitual en La Biblia

En Mateo 27, 9 Jesús apela a un escrito de Jeremías cuando en realidad está citando Zacarías 11, 12-13 ¿Miente Jesús? ¿Se equivoca con la autoría? ¿Queda tocada la armonía bíblica de la inspiración? Si descartamos el error del redactor o del copista, es posible que Jesús citase a Jeremías como una sinécdoque, como una alusión al profeta que encabezaba un listado clásico de libros proféticos. Si esto fue así (la opción más plausible según varios comentaristas) se derriba de un plumazo el argumento de que Jesús debió referirse necesariamente a Moisés como autor único del Pentateuco. Porque si Jesús no le dio especial importancia a la autoría de Zacarías hasta el punto de atribuir a Jeremías una cita suya ¿Por qué, entonces, tendría que ser obligatoriamente rígido al referirse a textos atribuidos Moisés? ¿Por qué afirmar que “Moisés escribió de mí” o decir “como dice La Ley de Moisés” implica necesariamente que el 100% de los 5 primeros libros son del puño y letra de Moisés al 100%? ¿No es absurda dicha exigencia apologética moderna?

Fuera como fuese, Jesús tuvo que referirse a aquellos escritos tal y cómo eran conocidos por sus coetáneos, independientemente de que hubiera otros autores implicados en la Torá más allá de Moisés. Es lo lógico. Lo natural es que Jesús no se dirigiese a aquellos textos de un modo diferente a como ellos los describían. Es un principio fundamental de la comunicación y de hacerse entender. Aun así, insistimos en que el Pentateuco no reclama para sí mismo ser escrito al 100% por Moisés.

En Las Escrituras no vemos que a nadie le importase quién escribiese –por ejemplo- la parte del Pentateuco que habla de la muerte de Moisés ¿O acaso se observa en La Biblia algún debate o preocupación al respecto? Ni lo más mínimo. Ya en tiempo de Jesús existían hipótesis acerca de quién pudo escribir esa parte y otras muchas de La Torá (¡Que nadie piense que lo que aquí contamos es algo nuevo!), pero lo realmente importante no eran los puños detrás de las letras sino el Dios detrás de los puños. La necesidad actual de parte de algunas tradiciones conservadoras para afirmar que Moisés escribió todo el Pentateuco tiene más que ver con la necesidad psicológica de preservar determinadas tradiciones que se van transmitiendo acríticamente que con la auténtica realidad bíblica.

Jesús diría que la mostaza “es la más pequeña de todas las semillas” (Mt 13, 31) cuando realmente no es la semilla más pequeña. Así que si aplicamos las mismas exigencias exegéticas de los defensores de la plena autoría mosaica tendríamos que afirmar también que Jesús se equivoca con la semilla o miente. Pero de nuevo caeríamos en el error de no pensar como los hebreos antiguos y utilizar un tipo de pensar occidental moderno no aplicable al contexto donde lo importante es el mensaje espiritual, no el dato informativo exacto de un elemento citado. En el caso de la mostaza Jesús no estaba haciendo ninguna declaración naturalista absoluta sino que simplemente utiliza un estilo enfático dirigido a un público que tenía interiorizado al grano de mostaza como el más pequeño de todos. Así hablaban. Y aunque la mostaza no era técnicamente el grano más pequeño, la pedagogía era la ideal porque conecta con el lenguaje y los símbolos asumidos por los oyentes. Y lo mismo podemos decir cuando Jesús apela a la Torá del modo en el que lo hacían sus oyentes. Lo importante era qué decían Las Escrituras. Todo esto debería ser obvio. Creo que realmente no estaríamos discutiendo nada de esto si determinadas corrientes posteriores no hubieran impuesto a nuestra tradición contraproducentes exigencias apologéticas de precisión histórica y científica ajenas al texto bíblico.

 

Más allá de algunas tradiciones

Hay personas que han sido sacudidas en su fe tras sospechar que Moisés quizás no escribió todo el Pentateuco como le aseguraron. El miedo a cuestionar este innecesario “dogma” tan implantado en muchos creyentes sigue alimentándose desde púlpitos, artículos y virales de YouTube que señalan por su nombre a aquellos “herejes” que cuestionan la plena autoría mosaica. Sin embargo, la evidencia bíblica es fuerte. Suficientemente fuerte como para que seamos todos más humildes y respetuosos con el hermano. El asunto se ha debatido tanto en el judaísmo como en el cristianismo desde siempre. San Jerónimo (s. IV), por ejemplo, ya desde una mera lectura directa del Deuteronomio sugirió que algunos de sus textos debieron ser de la época de Esdras (s. V a.C.)2. Afirmar que la multiautoría es una teoría moderna es añadir más desinformación.

Los eruditos señalan numerosos argumentos para la autoría plural. Entre ellos destacan las diferentes repeticiones de las historias (algunas repetidas hasta 5 veces), los diferentes elementos lingüísticos, culturales o de estilos que avalan la multi autoría del Pentateuco. Algunos de los elementos del Pentateuco son más característicos de los siglos VI-IV a. C. que de los hipotéticos siglos XIII o XV (a. C.) en los que pudiera haber vivido Moisés. Dicho esto, no nos vamos a meter aquí en complejas erudiciones académicas sobre las que ya existen amplísimos y extraordinarios trabajos al respecto.

Aquí expondremos evidencias sencillas para que un lector común pueda comprobar por qué se aboga por la autoría múltiple del Pentateuco tan solo leyendo La Biblia.

Evidencias de autoría múltiple:

Un ejemplo de texto posterior a Moisés: “Ciertamente pondrás por rey sobre ti” (Deuteronomio 17:14-20):

Dios le dice a Israel: “Ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere“(Dt. 17, 15). Y posteriormente se adjuntan instrucciones concretas acerca de cómo debe actuar el Rey de Israel (14-20).

Bien. Teniendo esto en cuenta fijémonos en algo sencillo de comprobar:

Si este párrafo hubiera sido escrito por Moisés estaríamos ante instrucciones monárquicas “proféticas” dadas por Dios al pueblo que serían conocidas por todos los integrantes del tenso debate entre Samuel y el pueblo (1 Samuel 8) que pide para sí un rey que los gobierne ¿Cierto?

OK. Sin embargo, el pueblo no apela al texto sagrado de Dt. 17 para defender su petición y que -supuestamente- ¡Moisés habría avalado al 100% por escrito que la monarquía es establecida por Dios! Así que no tiene sentido pensar que durante el debate acerca de poner rey en Israel NADIE apelase a un texto sagrado que cerraría de portazo cualquier discusión ¿No es cierto?

Por si el absurdo fuera poco, más raro aún es pensar que fuese el mismo Samuel quien ignorase adrede que Dios había dejado por escrito una declaración que le contradice. Esta hipótesis situaría a la idea clásica de inspiración bíblica en problemas aún mayores pues que el capítulo entero se convertiría en una farsa narrativa con un Samuel jugando sucio y un Dios diciendo cosas contrarias a Su Palabra. El shock se multiplica al observar que Dios no quiere rey sobre Israel argumentando que la petición popular de monarquía equivale a rechazar a Dios mismo (1 S. 8, 6-7) ¡Pero! ¿¡No fue Moisés quien (supuestamente) ya habría dicho cientos de años antes en Dt. 17 que Dios estable un rey!? Desde la idea de autoría única de Moisés: ¿¡Hay algo de sentido en todo esto!?

La explicación coherente es que la supuesta orden dada por Dios a Israel para poner rey sobre ellos (Dt. 17, 14-20) no estaba aún escrita en tiempos de Samuel (luego veremos algún ejemplo más). Se trataría de un añadido posterior de Dt. 17 que no contradice La Escritura sino que la reafirma. A lo único que contradice este añadido es a la tradición humana (no bíblica) que exige al Pentateuco ser escrito 100% por Moisés. Pero La Biblia no nos dice cómo se transmitieron los textos sagrados, ni su orden, ni los requisitos de Dios para una redacción o edición final del libro que hoy consideramos Palabra de Dios

¿Qué problema hay si Dios quiso inspirar a los escribas para realizar estas adicciones posteriores que aclararían dudas y que además consolidarían la fuerza de la Palabra de Dios ante el pueblo y su rey para generaciones posteriores? Este registro posteriormente cerraba el debate y fortalecía la confianza del pueblo en Las Escrituras. Para nosotros lo importante es que el Espíritu Santo se mueve como quiere y que Jesús refrendó Las Escrituras una vez se cerró su redacción. Todo lo demás es crear problemas y dudas de fe donde no las hay.

Otras evidencias de autoría del Pentateuco posterior a Moisés:

Más evidencias de añadidos posteriores a Moisés:

1) “Y los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que reinase rey sobre los hijos de Israel, fueron estos…”. (Génesis 36, 31). Este texto no pudo ser escrito antes de Saúl, el primer rey de Israel que vivió cientos de años después que Moisés:

2) Como en el verso anterior, a menudo se habla en pasado de acontecimientos posteriores a la entrada en la Tierra prometida:

Éxodo 16, 35: "Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que entraron en la tierra habitada: maná comieron hasta que llegaron al término de la tierra de Canaán". Dt 2:12: "Y en Seir habitaron antes los Horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron de delante de sí, y moraron en lugar de ellos; como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dio Jehová". Dt 4:38: "Para echar de delante de ti gentes grandes y más fuertes que tú, y para introducirte, y darte su tierra por heredad, como hoy".

3) El Pentateuco se refiere a Moisés en tercera persona. No suele aparecer hablando en primera persona, excepto –obviamente- en la trascripción de sus discursos: Éxodo 11, 3: "También Moisés era muy gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y á los ojos del pueblo". "Y el Señor dijo a Moisés..." (Nu. 2:1, 5:1, 31:1). "Y ésta es la bendición con la cual bendijo Moisés, varón de Dios, a los hijos de Israel, antes que muriese" (Dt. 33:1). "...todas las cosas que Jehová había mandado a Moisés" (Éxodo 39:42, 40:27, 29, 32).

4) Dt. 34, 5-6: "Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y enterrólo en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bethpeor; y ninguno sabe su sepulcro hasta hoy".

Este texto no solo no pudo escribirlo Moisés sino que incluye un “hasta hoy” que transmite que ha pasado mucho tiempo desde su muerte. Tanto, que cuando Dt. 34, 5-6 se escribe ya nadie sabe siquiera la localización de algo tan importante para su historia como su tumba.

5) Alguien tan conservador y a favor de la autoría mosaica del Pentateuco como Richard McDonald, del Seminario Teológico Bautista del Sur, admite que “las Escrituras incluyen indicaciones de adiciones y actualizaciones autorizadas divinamente. Por ejemplo, Proverbios 25:1 cuenta que los hombres del rey Ezequías agregaron dichos de Salomón a Proverbios3”. ¡Podríamos haber empezado por aquí y hubiéramos zanjado el asunto!

 

El relato de La creación

Otro aspecto muy importante, y poco mencionado, para la multiautoría es el asombroso encaje del relato de La creación de Génesis 1 y 2 como respuesta inspirada a la crisis de identidad de Israel durante y tras el exilio en Babilonia. Cada detalle es un golpe demoledor a las cosmogonías que dominaron la antigüedad como Egipto y especialmente Babilonia. Dios responde a su pueblo para liberarles de las cosmovisiones de las superpotencias que marcaban el destino de los humanos y la justificación teológica de su servidumbre a los reyes y dioses paganos. Todo encaja y resulta maravillosamente liberador si nos situamos en la opresión de Babilonia que tanto marcó a Israel (Para más detalles acerca de La creación como relato anti-babilónico ver: Ciencia y Biblia ¿Fue Génesis escrito para ser leído literalmente?).

En esta misma línea, siendo el relato de Adán y Eva un elemento central para la fe, fijémonos en que no hay ni una sola mención a la primera pareja, ni al plan original de Dios, ni al pecado de Adán fuera del relato de La creación. Nada en el resto del Antiguo Testamento. Si fuera escrito por el mismo Moisés, este “olvido” total de su propia narración resulta demasiado raro en un Pentateuco dominado por explicaciones acerca de la limpieza del pecado y la voluntad originaria de Dios… es como si Adán y Eva no hubieran existido jamás. Silencio. Pero… ¿Cómo ignorar el propósito divino con los primeros humanos y la entrada del pecado? ¿¡Cómo llenar el Pentateuco de explicaciones y rituales limpiadores y al mismo tiempo que olvida todo lo relativo al origen del pecado? ¿Por qué el resto del Pentateuco nunca apela a los fuertes elementos identitarios que el mismo Moisés (supuestamente) reveló en Génesis 1 y 2!? De hecho, no es solo el resto del Pentateuco. Tampoco se menciona la historia de Adán y Eva en ninguna otra parte del Antiguo Testamento ni tampoco en la literatura extra bíblica judía hasta aproximadamente el siglo II a. C4, una narración completada durante y/o tras el exilio de Babilonia

Si pensamos que Moisés escribió los relatos de la creación nos preguntaríamos además por qué redactó dos diferentes y con algunas discrepancias entre sí (desde el literalismo). Pero La Biblia nunca dice que fuera Moisés el autor de estos capítulos. Lo que sí vemos es una gran y coherente obra en la provisión divina a su pueblo si aceptamos que son posteriores a Moisés. Así todo encaja, nos asombra y nos lleva a rendirnos ante un Dios liberador que habla a sus hijos desde sus problemas y necesidades sentidas, desde su contexto. El Pentateuco es la historia de un pueblo exiliado de Egipto buscando su propósito en tierra extraña. Son libros que proporcionaron identidad y consuelo a los cautivos de Babilonia que probablemente cerraron la edición final del Pentateuco (Ver video):

 

¿Josué escribió la muerte de Moisés?

La clásica respuesta conservadora de que el relato de la muerte de Moisés fue escrito por Josué implica admitir que el Pentateuco… ¡No es obra exclusiva de Moisés! Así que el castillo de naipes de la autoría única se caería tan solo por esto.

Pero esto no acaba aquí: Admitir a Josué como autor nos hace asumir que él hubiera optado por una extraña forma de referirse a sí mismo tipo: "Y Josué hijo de Nun fue lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él: y los hijos de Israel le obedecieron, é hicieron como Jehová mandó a Moisés" (Dt 34, 9).

No solo nos llama la atención que Josué se refiera a sí mismo en pasado y en tercera persona. Lo realmente desconcertante es cómo sabría un Josué teóricamente vivo que los hijos de Israel iban a obedecerle hasta el final de la historia ¿Y si le hubieran desobedecido poco después de escribir aquello? Así que para los defensores de la autoría de Moisés + Josué se vuelve a plantear el mismo problema que suscita el obituario de Moisés. Es decir, que para mantener la autoría de Josué y la coherencia del texto se hace necesario añadir al menos otro tercer autor más a la lista. Algunos han llegado a decir que Josué sabía el futuro y que por eso escribió de este modo. Pero claro… si Josué sabía el futuro: ¿Por qué no dejamos el argumento simplemente en que Moisés también lo sabía y que él es el autor de todo? Pero volveríamos al punto de partida.

El extraño argumento de Josué (o Moisés) como autor “profeta de la historia futura” implicaría que él pone por escrito incluso las libres decisiones morales que iban a tomar en el futuro los israelitas. Sin embargo, el relato no nos habla de estas supuestas extraordinarias dotes adivinatorias de Josué y/o Moisés y que serían únicas en toda La Biblia debido a su enorme precisión. Además, describir una visión del futuro como algo que ya ocurrió en un pasado en el que en ocasiones incluso aparecen personajes con nombre y apellidos tampoco encaja con el estilo narrativo de relatos nacionales hebreos. Es todo demasiado rocambolesco. Y el autor jamás nos dice, como sí sucede en otros lugares de La Biblia, que “el Señor le mostró cómo ocurriría todo” o algo similar. No se nos dice que esta cualidad sobre natural sin igual sea un don de Josué. Ni se insinúa ni parece algo implícito en la narración. Si aquellos escritos fueran impresionantes profecías escritas por Moisés o Josué, la propia Escritura se hubiera referido a ellas como profecías ¡Para la Gloria de Dios en primer lugar! Pero nunca La Biblia se refiere a estos escritos como impresionantes visiones del futuro sino como acontecimientos simplemente ya sucedidos, un registro para la memoria y el aprendizaje de Israel.

 

Conclusión

Los argumentos para una interpretación de varios autores y editores inspirados del Pentateuco son numerosos. Encajan con el sentido común de cualquier generación así como con en el pensar hebreo al que se dirige. La armonía de La Biblia se sostiene ante las evidencias de la pluriautoría del Pentateuco. Por otro lado, todo se nos vuelve extraño e inconsistente si creemos que Moisés fue el autor único de todo el Pentateuco. Si hemos escrito acerca de este asunto es porque el dogma de la plena autoría hace que pequeños creyentes sean sacudidos en su fe. Y también porque desde el dogma de la total autoría mosaica los incrédulos rechazan La Biblia por inconsistente.

El dogmatismo incongruente no puede ser nuestro punto de partida sino más bien un diálogo abierto, respetuoso y responsable entorno a Las Escrituras. No inventemos más cargas innecesarias ni nos dividamos señalando a herejes ficticios que solo son hermanos que han llegado a otras conclusiones desde su examen honesto de La Biblia. El mundo reniega de la Iglesia en gran parte por nuestra estupidez, y de esto también nos habla el Pentateuco. Son tiempos para centrarnos en lo esencial de Su Palabra, de ir a un mundo de corazones que gimen por propósito, consuelo y salvación.

Los libros del Pentateuco son para Israel. Pero también nos hablan de nuestra propia historia. Muestran lo patético de mi torpeza y esclavitud, de mi caída y redención. Nos hablan de mi salida del Edén, de Egipto, de Babilonia y nos encauza hacia nuestro verdadero hogar en la tierra prometida. En el Pentateuco comienza nuestro tosco peregrinaje desde La Ley hacia la sublime Gracia que un día rescató a un pecador ciego y perdido como yo. De todo esto, y de mucho más, nos hablan los escritos de Moisés y de otros siervos inspirados que nos presentan un Dios libertador que nos dirige de vuelta a casa. Y su Palabra es verdad.

 

 

Notas

1 https://www.gotquestions.org/Espanol/hipotesis-documentaria.html

2 Obras completas de San Jerónimo, BAC, Madrid. En inglés: The Principle Works of Jerome (Nicene and Post Nicene Fathers of the Church, vol. 6; trans. W. H. Fremantle; Edinburgh: T&T Clark, 1989), 337-38

3 Richad McDonald, ¿Quién escribió el obituario de Moisés en Deuteronomio 34?, coalicionporelevangelio.org, 10 julio 2019

4 Daniel C. Harlow, Después de Adán: Leer el Génesis después de la era evolutiva. Revista Aletheia, 2012, p. 21

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